Lunes, 11 de junio de 2007. Año: XVIII. Numero: 6385.
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NUEVA COLECCION
Andy vs. Pablo: Warhol revienta el mercado del arte
La disminución de la obra en circulación del pintor malagueño y el renovado entusiasmo por la producción del creador de la Factory arroja a los coleccionistas con recursos económicos a los brazos del rey del Arte Pop
BORJA MARTINEZ

Siguiendo con su política de ofrecer colecciones estrictamente culturales, EL MUNDO ofrece desde el próximo domingo Los retratos e iconos de Andy Warhol. Esta nueva promoción ofrece al lector una serie de 40 láminas con las obras míticas del creador norteamericano, impresas a todo color en papel de máxima calidad (estucado gofrado de 250 gramos) y con completas fichas explicativas en el reverso. Una colección única que homenajea a Andy Warhol en el 20 aniversario de su muerte, aunque, como se demuestra en estas páginas, sigue más vivo que nunca en las subastas. El próximo domingo, los lectores de este periódico recibirán de forma totalmente gratuita las dos primeras láminas: el retrato de Marilyn y la lata de sopas Campbell's.

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MADRID.- «Cuando Picasso murió, leí en una revista que había hecho 4.000 obras de arte en su vida, y pensé: 'Caramba, yo podría hacer eso en un solo día'. Y descubrí que, caramba, hace falta más de un día para hacer 4.000 obras de arte (...). Y empecé y llegué a las 500 y luego paré. Pero me llevó más de un día, creo que un mes. Fue una desilusión el caer en la cuenta de que tardaría tanto tiempo». Semejante ritmo de trabajo, confesado con estas palabras por Andy Warhol en su Filosofía y corroborado por los colaboradores de la Factory -Gerald Marlanga, uno de sus ayudantes, afirmaba que cada Marilyn apenas les llevaba cuatro minutos-, explica en parte el hecho de que a día de hoy el artista del peluquín platino ande pisándole los talones al malagueño en cuanto a volumen de negocio.

Uno y otro, dos creadores prolíficos y, a su modo, revolucionarios son los principales protagonistas del espectacular desarrollo experimentado en los últimos años por el mercado internacional del arte. Según datos publicados por la agencia francesa Artprice, los 1.010 lotes de Warhol negociados en 2006 movieron más de 199 millones de dólares (unos 150 millones de euros), frente a los 339 (casi 254 millones de euros) rendidos por los 2.087 lotes de Picasso puestos en el mercado durante el mismo periodo. Ambos ocupan las dos primeras plazas del top ten de artistas más cotizados. Hasta 43 piezas de Warhol -8 más que Picasso- se vendieron durante el pasado ejercicio por más de un millón de dólares, y cuatro cambiaron de manos por más de 10 millones. La revalorización anual de la firma Andy Warhol se encuentra en torno al 36%, y acumula una rentabilidad del 382% desde 1996.

Pero la fiebre del mercado por el Papa del pop se ha agudizado en lo que va de año, y va a poner a Warhol en condiciones de amenazar la posición de liderazgo que viene ocupando Picasso ininterrumpidamente desde hace más de 10 años. «Warhol es el artista internacional más importante del siglo XX», afirmaba recientemente en declaraciones al diario The Times Angus Maguire, director de la sección de arte contemporáneo de la casa de subastas Bloomsbury de Londres. «Conceptualmente, es más importante que Picasso».

Y lo decía en vísperas de los importantes remates de mayo en Nueva York, que han sorprendido a todos por sus excelentes resultados económicos y han elevado a Warhol al olimpo de los artistas más cotizados de todos los tiempos. Su Green Car Crash, según Christie's «el Santo Grial para multitud de coleccionistas de arte contemporáneo», fue colocado el día 16 del pasado mes por 71, 7 millones de dólares, unos 53,7 millones de euros. La puja final doblaba la estimación más optimista realizada por la casa de subastas londinense y multiplicaba por cuatro la anterior marca del artista, establecida en noviembre de 2006 con un Mao adjudicado al coleccionista de Hong Kong Joseph Lau por 17,3 millones de dólares (12,9 millones de euros). Un cuadro de su serie Death and Disaster, muy alejado temáticamente de sus populares retratos, obraba el milagro.

En la que fue la subasta de arte de posguerra más exitosa celebrada hasta la fecha, con unas ventas valoradas en más de 287 millones de euros, otra obra de Warhol, Lemmon Marilyn -hermana de la que EL MUNDO ofrece a sus lectores el próximo domingo-, también superó, con 28 millones de dólares (casi 21 de euros), el record de aquel Mao.

Estos resultados han terminado de consagrar a Warhol como el artista predilecto de los marchantes. Mientras que Picasso ya cuenta con mucha obra colocada en colecciones institucionales y por lo tanto comercialmente paralizada, la inacabable producción de Warhol -la mayoría en manos de coleccionistas privados promete proporcionar largo aliento a su racha millonaria.

Tras la fastuosa subasta del 16 de mayo, el marchante Irving Blum apenas podía creer lo que acababa de ver. Él fue quien organizó en el verano de 1962 la primera exposición de las latas Campbell's. En parte fascinado por ellas, en parte obligado por el escaso éxito que habían obtenido, decidió entonces comprar la serie completa de 32 lienzos -aún realizados íntegramente a mano, antes de que Andy descubriera la maravillosa mecanicidad de la serigrafía- por 1.000 dólares. Hoy no tienen precio.

Pero ¿qué pasa con Andy? Todavía sigue asombrando a muchos que el arte con sello inequívocamente industrial de la Factory pueda igualar las cotizaciones de otros creadores con una idea más artesanal del oficio. Warhol llevó a la pintura el conflicto que diagnosticara Walter Benjamin para las artes escénicas: la pérdida de su aura a causa de las posibilidades brindadas por la «reproductividad técnica». El cine resolvió el problema creando el star system; Warhol lo hizo convirtiéndose él mismo en estrella. Y pronto se dio cuenta de que su sola marca podía proporcionar réditos millonarios, a él y a aquellos que tuvieran la suerte de poseer algún testimonio de su creatividad. Él aseguraba que cierta compañía había mostrado interés en comprar su aura; hoy casi nadie se atreve a dudar que un Warhol vale lo que cuesta.

En la primera gran exposición de Warhol, celebrada a finales de 1962 en la Galería Stable de Nueva York, muchos compraron por unos cientos de dólares los cuadros que hoy se pagan a millón. Apenas 250 pavos costó entonces al MoMA su primera Marilyn. El galerista Richard Solomon pagó lo mismo por la Lemmon Marilyn de la que acaba de deshacerse por 28 millones. La más cara de las expuestas entonces fue la que eligió el arquitecto Philip Johnson por 800 dólares, hoy también en el museo neoyorquino. Hubo amigos que opinaban que Andy malgastaba su talento pintando aquellas cosas y rechazaron alguna de las obras que aquél les obsequiaba, a lo que con frecuencia el artista respondía alterado: «¡Pero algún día valdrá mucho dinero!».

Y no se equivocaba. Ya tuvo en vida oportunidad de comprobar cómo sus cotizaciones subían como la espuma, aunque sentía celos de que los Rauschenberg y Jaspers Johns fueran mucho más caros, o de que, ya en la última etapa de su vida, los recién llegados como Julian Schnabel lo vendieran todo a la primera y a precios asombrosamente altos. Habría estado encantado de comprobar que 20 años después de su muerte, gracias en parte a una inagotable capacidad de trabajo, sólo Picasso, y vendiendo el doble de obras, consigue hacerle sombra.


EL RÉCORD DEL COCHE VERDE.

JUSTIN LANE / EFE

Cuarenta y siete millones de euros y subiendo: El pasado 16 de mayo la obra Green Car Crash batió el récord que ostentaba una obra de Andy Warhol vendida en una puja. El precio final fue de 71,7 millones de dólares (casi 54 millones de euros), convirtiéndose en la estrella de la subasta de arte de posguerra celebrada en la casa Christie's de Nueva York.


La estrella de un nuevo 'boom'

Warhol es la estrella de un 'boom', el del mercado internacional del arte, que lejos de enfriarse tras cinco años de crecimiento exponencial, encuentra cada vez más entusiastas dispuestos a participar. Los coleccionistas norteamericanos siguen conformando la médula del negocio, pero es el nuevo dinero venido de Asia el que ha contribuido a tirar hacia arriba de las cotizaciones. Los buenos resultados de campañas anteriores han propiciado que esta temporada haya aumentado la oferta, y los precios alcanzados por algunas obras han puesto de manifiesto que sigue habiendo gente dispuesta a gastar mucho dinero en arte.

Es difícil saber qué pesa más a la hora de hacer posibles estas ventas millonarias: si la inversión especulativa a corto y medio plazo o el afán de ostentación de los jeques y los magnates de las economías emergentes. Lo cierto es que las firmas de capital riesgo se han convertido en clientes habituales de las galerías que crecen como setas en Chelsea y otros barrios de Manhattan. Con las dos principales casas de subastas del mundo -Sotheby's y Christie's- ganando 7.500 millones de dólares en 2006 y el mercado del arte en Estados Unidos creciendo a un ritmo cercano al 30% anual, parece que las obras de Warhol que los coleccionistas pongan en circulación van a seguir teniendo buena acogida.

Un ejemplo es la exposición que ha promovido el coleccionista norteamericano Richard Weisman en la galería Martin Summers de Londres. Weisman se ha sacado de la manga un juego completo de la serie 'Deportistas' que en 1977 preparara en sociedad con el artista. Diez personalidades del deporte, entre las que se encontraban Karim Abdul Jabar, Chris Evert, Pelé, Muhammad Ali y O.J. Simpson se prestaron a participar en el proyecto a cambio de uno de los retratos realizados y de 15.000 dólares, en lo que constituyó para Weisman y Warhol un negocio de cerca de un millón de dólares. Ahora, pretende vender uno de los ocho lotes que se realizaron por 28 millones de dólares.

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