No hay otro como él. Rafael Nadal sigue sin perder un solo partido en Roland Garros. Y van tres años, tres títulos de campeón que convierten al tenista en el mejor español de todos los tiempos sobre la tierra batida. Su marca de ayer le coloca en la senda de igualar, a sus 21 años, al legendario sueco Bjorn Borg, el único que ha conquistado cuatro títulos consecutivos sobre la arcilla de París (1978,79, 80 y 81). Borg logró en total seis copas de campeón en París, y nadie hoy es capaz de negarle a Nadal la posibilidad de alcanzar e incluso superar una marca de tan enorme calibre.
La victoria del manacorense en la Pista Central queda aún más engrandecida porque enfrente tuvo al número uno del mundo. Roger Federer no supo cómo parar, como le ocurrió en la edición anterior, el vendaval que le azotó durante algo más de tres horas y cuatro sets (6-3, 4-6, 6-3 y 6-4). El suizo logró arrancar un set al español (el único que cedió en todo el torneo), pero nunca logró acomodarse sobre la pista. Federer, con 10 torneos del Grand Slam en su poder, sigue sin obtener la Copa de los Mosqueteros. «Volveré aquí el próximo año a intentarlo», confesó con cara de circunstancias, mientras Nadal iba pegando saltos y sorteando sillas y barreras hasta llegar a su tío y preparador, Toni, sus padres y otros familiares cercanos.
En la ocasión número 12 en que se enfrentaban las dos primeras raquetas del mundo, el joven español volvió a hacer valer su regularidad para aumentar su ventaja (ocho a cuatro). Un índice del carácter irreductible de Nadal frente al suizo explica casi todo lo que ayer sucedió: de las 17 ocasiones de que dispuso Federer para romperle el servicio, sólo aprovechó una.
Nadal cambia el chip de forma inmediata para preparar desde hoy el torneo de Wimbledon, donde el año pasado fue él el que cayó en la final frente al suizo. / Págs. 2 a 5
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