R. B. / C. S.
MADRID.-
El atestado que realizó el miércoles por la noche la Policía, a partir de la declaración que el escolta de Manuel Pizarro hizo en la Brigada Provincial de Información, confirma los hechos publicados ayer por este periódico.
El rocambolesco incidente entre los agentes del CNI y el guardaespaldas del presidente de Endesa comenzó «sobre las 20.30 horas», cuando el escolta se percató de la presencia de «un turismo Renault Megane estacionado debidamente en la puerta del domicilio [de Pizarro] con una persona al volante».
Tras un lapso de cinco minutos, en el que el escolta «se detuvo» con su coche «en paralelo» al vehículo sospechoso, se inició una persecución en toda regla por las calles de la zona.
Primero, el guardaespaldas persiguió al Renault y, «en el primer semáforo con el que se encontraron, efectuó una fotografía del turismo en su parte posterior», según se explica en el atestado policial.
Los dos vehículos siguieron transitando hasta la plaza del Perú, y ahí fue cuando el perseguido se convirtió en perseguidor. El Renault se colocó detrás del vehículo de escolta y empezó a seguirle «a muy escasa distancia».
El guardaespaldas de Manuel Pizarro llegó a entrar en el aparcamiento de un hotel, para comprobar si efectivamente estaba siendo perseguido. Así era. Poco después, en la plaza de la República Argentina, «fue interceptado por dos vehículos que cortaron la calle».
Fue allí cuando el conductor del Renault se acercó al coche del escolta y, tras una breve discusión, dijo: «Soy del CNI, aparque a la izquierda». El agente de los servicios secretos exigió al guardaespaldas que le «entregara la cámara». Éste se negó y acabó llamando a la Policía y a su jefe.
Al final, «llegaron tres motos de la Policía y un vehículo». Tras varias discusiones, «todos los involucrados se personaron» en las dependencias de la Brigada, donde se elaboró el atestado.
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