Aunque para ese instante los tiroteos y las explosiones habían perdido intensidad, todavía retumbaban en la noche ráfagas esporádicas de ametralladoras. En realidad, el crepitar de los fusiles era, en su mayoría, la expresión del alborozo de los combatientes islamistas que deambulaban por lo que era todo un símbolo del poder de Abú Mazen.

A esa hora, las calles de Gaza -sin electricidad alguna- aparecían absolutamente desiertas. Salvo entre las estrechas travesías del denominado Beach Camp, el campo de refugiados donde se encuentra la residencia del líder de Hamas y triunfador de las elecciones democráticas de 2006, Ismail Haniya. El dirigente islamista apareció rodeado de una cohorte de guardaespaldas y leyó un largo comunicado en el que justificó la ofensiva de sus acólitos, acusando a los uniformados de Al Fatah de comportarse como «piratas» y de participar en «un complot internacional» contra el Gobierno de unidad nacional.

Ya se sabía que el presidente de la cada vez más irrelevante Autoridad Nacional Palestina (ANP) iba a disolver el Ejecutivo liderado por Haniya. El líder de Hamas optó por ignorar la decisión de Abú Mazen tachándola de «ilegal», exigió que se «respete el proceso democrático» y continuó expresándose como si aún fuera primer ministro. Tras su discurso, Haniya concedió esta entrevista a EL MUNDO.

Pregunta.- ¿Qué pasa ahora que han derrotado a las fuerzas leales a Abú Mazen en Gaza?

Respuesta.- Vamos a aplicar el plan del Gobierno de unidad nacional que ya habíamos diseñado. Un programa que defiende el establecimiento de un estado en los territorios de 1967 [Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este], la posibilidad de negociaciones [con Tel Aviv] a través de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), el respeto de todos los acuerdos que se firmaron con anterioridad [que incluyen el reconocimiento de Israel por parte de la OLP] y la implementación de una tregua a largo plazo que deberían aceptar las dos partes, tanto en Gaza como en Cisjordania.

P.- Pero Abú Mazen ha disuelto el Ejecutivo y aduce que esta revuelta es un golpe de Estado...

R.- Sí, hay gente que dice que esto es un golpe de Estado. Pero nosotros somos mayoría en el Parlamento, somos mayoría en el Gobierno. ¿Cómo vamos a dar un golpe contra nosotros mismos? No se trata de un golpe de Estado, porque nosotros somos la legalidad. Lo que ocurrió es que, tras la instauración del Gobierno de unidad nacional, continuó el complot en contra de este Ejecutivo y eso nos llevó a esta crisis. Pero Gaza va a recuperar la estabilidad y la calma rápidamente. Ahora los palestinos verán cómo mejora la seguridad, porque sólo existirá un arma legítima, la de un Ejército disciplinado que defenderá el respeto a la Ley.

P.- Los hechos sobre el terreno apuntan a una total desconexión entre Gaza y Cisjordania..

R.- Nunca aceptaremos esa idea de separar Gaza de Cisjordania. Hamas nunca permitirá que el estado palestino se establezca sólo aquí. Gaza forma parte del pueblo palestino, de una nación única donde también se encuentran Cisjordania y Jerusalén. Ese plan no funcionará bajo ninguna circunstancia.

P.- Habla usted de una hipotética mejora de la seguridad en Gaza. ¿Cómo van a poner fin al largo secuestro del periodista británico Alan Johnston?

R.- Ahora será mucho más fácil resolver ese problema. Ya hemos mantenido contactos con los jóvenes que lo capturaron pidiéndoles de nuevo que lo liberen y se han dado pasos decisivos en ese sentido.

P.- En la región se ha desatado la aprehensión a que en Gaza se instale una suerte de república fundamentalista. ¿Existe esa posibilidad?

R.- Ese temor se disipará cuando ustedes vean que aplicamos simplemente el programa político del Gobierno de unidad nacional.

P.- ¿Le preocupa la posibilidad de que la Unión Europea se sume al bloqueo absoluto de Gaza que preconiza Israel?

R.- A Europa le pedimos que apoye al pueblo palestino y que nos ayude a recuperar nuestros derechos legítimos y nuestro derecho a tener un estado.