Sábado, 16 de junio de 2007. Año: XVIII. Numero: 6390.
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 OPINION
EL MUNDO QUE VIENE / JEAN-LOUIS BRUGUIERE
«La tregua de ETA ha sido una trampa para rearmarse y reestructurarse; la banda no quiere negociar nada»
ES EL MAYOR 'JUEZ ESTRELLA' DE FRANCIA. HA DIRIGIDO ALGUNAS DE LAS INVESTIGACIONES CON MAS REPERCUSION EN LOS ULTIMOS AÑOS Y SE HA CONVERTIDO EN UNO DE LOS GRANDES ESPECIALISTAS DEL MUNDO EN TERRORISMO. A PARTIR DE MAÑANA, PUEDE CAMBIAR LA TOGA POR UN ESCAÑO EN EL PARLAMENTO GALO
RUBÉN AMON

CARGO: Juez antiterrorista y candidato del UMP (Unión para un Movimiento Popular) a los comicios legislativos franceses / EDAD: 64 años / FORMACION: Licenciado en el Instituto de Estudios Políticos y en la Escuela Nacional de la Magistratura / AFICIONES: Los puros, la pintura surrealista, pilotar / CREDO: La justicia / SUEÑO: Uno inmediato, entrar en la Asamblea Nacional

Jean-Louis Bruguière (Tours, 1943) puede considerarse el equivalente francés del juez Garzón. Es una comparación superficial, epidérmica, inevitable, que se justifica en la proyección mediática de los personajes, en la competencia de los grandes dossieres internacionales y en los tentadores devaneos con política. Igual que Garzón compitió en las elecciones de 1996, Jean-Louis Bruguière, experto en el entramado de ETA y luminaria en la trinchera del terrorismo islámico, ha decidido ingresar en el partido de Nicolas Sarkozy (UMP) para conquistar en las urnas el acta de diputado. Las cosas le han ido bastante bien en la primera vuelta, ya que aventaja en casi cinco puntos al aspirante socialista, monsieur Chuzac. Pero es mañana cuando el supermagistrado francés conocerá finalmente si accede al título de señoría en la tercera circunscripción de Lot-et-Garonne (este de Burdeos, norte de Toulouse).

De momento, la ha recorrido pueblo a pueblo y casa a casa con espíritu de viajante y con marchamo de celebridad ambulante. Tiene que mejorar las maneras y la oratoria sobre el estrado -le falta ritmo, le sobran los nervios- pero Jean-Louis Bruguière comienza a imaginarse una vida sin la toga, sin la escolta militar y sin los desórdenes involuntarios que provocaba su misión redentora. Estaba habituado a desalojar los restaurantes cuando tenía hambre (razones de seguridad obligan) y contrajo matrimonio en una capilla blindada mientras un puñado de francotiradores custodiaban la ceremonia. Gajes de un oficio que lleva ejerciendo 25 años con chaleco antibalas y que eleva a rango de mito la propia estirpe familiar: resulta que el juez Bruguière pertenece a la undécima generación de magistrados desde la raíz de su árbol genealógico, aunque ningún otro antepasado ha logrado escalar tan alto en la escala socio-judicial.

Empezó desarticulando los míticos burdeles de madame Claude. Se hizo con el dossier del atentado antisemita del restaurante Goldenberg en 1992 (seis muertos). Desmanteló los grupúsculos anarco-comunistas de Acción Directa. Investigó a Gadafi por el ataque terrorista al avión de la compañía UTA (1989). Coordinó la captura Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos. Ocupó la vanguardia contra los argelinos del GIA (Grupo Islámico Armado). Ha destacado en primera línea contra el terrorismo de ETA. Y, últimamente, ha sido noticia por haber solicitado el mandato de captura contra el presidente ruandés Kagame, artífice, según Bruguière, del atentado que costó la vida a Juvenal Habyrimana, su antecesor en la jefatura de Estado cuando se recrudecía la hemorragia entre hutus y tutsis. Son sólo algunos episodios deslumbrantes de su ejecutoria y de su biografía (imposible distinguir ambos extremos), aunque los vecinos de Villeneuve-sur-Lot -jubilados, agricultores, cristianos, ganaderos...- acudieron a su mitin nocturno del pasado miércoles para escuchar soluciones concretas a problemas cotidianos. Nada que ver con el escondite misterioso de Bin Laden, ni con la amenaza nuclear de Corea del Norte.

Tampoco con la vida que Bruguière ha sobrellevado hasta ahora. Aseguran que ha cruzado el umbral del espejo. Un espacio abstracto y misterioso reservado a los coleccionistas de secretos. Dicho sea sin modestia, porque la mutación psicológica y profesional se realiza en la naturaleza de un hombre en cuya arquitectura mental «no tienen sitio el fracaso ni la derrota». Lo dice en su condición de juez excedente. Suspendido, no porque pernocte en el aire, sino porque se ha concedido una tregua en función de los resultados que obtenga mañana.

PREGUNTA.- ¿Por qué ha decidido iniciar una carrera política?

RESPUESTA.- Es una experiencia apasionante, acaparadora, hermosísima. Y no proviene de mi condición de juez, sino de mi realidad ciudadana. Yo soy originario de esta tierra (Hautes-Garonne), mi familia ha vivido aquí desde hace tres siglos, y me siento muy ligado a ella. Los responsables políticos de la zona me preguntaron si quería participar, comprometerme. Tenía importantes obligaciones. Debía terminar ciertos dossieres. Pero, finalmente, me decidí a aceptar el desafío. Fue importante tener detrás el apoyo de Nicolas Sarkozy. Lo conozco bien porque trabajamos juntos cuando él era ministro del Interior. Me siento identificado con su idea de Francia.

P.- ¿Desde qué perspectiva?

R.- Comparto con Sarkozy sus convicciones, sus valores, su claridad. Me interesa su visión del mérito y del trabajo. Me atrae su alergia a la resignación. Creo que debemos aprovechar una oportunidad histórica de reformas que él va a impulsar. Francia se había descolgado. No sabía responder a los desafíos de la globalización ni del liberalismo. Vivíamos anclados en el pasado y en una vacua autocomplacencia. Estábamos atrapados en una visión irresponsable del asistencialismo y del estatalismo.

P.- Lionel Jospin, ex primer ministro socialista, le acusa a usted de oportunista y de egocéntrico. Dice que le sorprende y escandaliza este salto a la política que acaba de realizar.

R.- El problema del socialismo francés consiste en su incapacidad para dar respuestas con ideas y con soluciones. Creen que el reproche y el insulto son las maneras de cuestionar un proyecto político bien definido y delineado. Yo he vivido todo este acoso socialista en mi propia batalla electoral. Y he percibido que el Partido Socialista galo ha perdido el tren de la Historia. Es el único partido de su filiación en Europa que se resiste a la renovación y a los nuevos retos. Representa el declive, no el progreso. El progreso es Nicolas Sarkozy.

P.- Usted ha decidido empezar desde abajo. ¿Tiene aspiraciones de convertirse en un mosquetero de futuros gobiernos? ¿Cuáles son sus verdaderas ambiciones?

R.- Si finalmente consigo la victoria en la segunda vuelta del domingo, quiero trabajar en el Parlamento. Me atrae la idea de tener un espacio activo en la discusión y elaboración de las nuevas leyes. Sin olvidar, por supuesto, la lucha antiterrorista. Esta vez desde un plano político, a través del empuje de las comisiones parlamentarias y de acciones concretas. También en el ámbito de la cooperación con España. Estoy muy unido a su país.

P.- ¿Cómo ve la cooperación franco-española para combatir a ETA? ¿Es realmente tan satisfactoria como se suele transmitir?

R.- La cooperación ha sido muy buena y fluida en los últimos años. En el plano político, en el policial y en el judicial. Yo he insistido mucho en la idea de no minusvalorar el fenómeno de ETA. Es un grupo terrorista peligrosísimo que se vale de un disfraz político para sembrar el terror y reforzarse militarmente; no nos engañemos.

P.- ¿Y cuál ha sido su impresión del cese del alto al fuego?

R.- No me sorprende. La tregua de ETA fue una táctica unilateral y su final, otra táctica unilateral. ETA nunca ha querido dejar las armas; a la banda nunca le ha interesado reciclarse políticamente.

P.- ¿Y cuál es realmente la situación militar de ETA en junio de 2007?

R.- ETA es siempre la misma. Mantiene una estructura fuerte. Mucho más cuando el alto al fuego no ha sido sino una manera de tomar aire, de rearmarse y de reestructurarse. Una trampa. Un señuelo.

P.- ¿Cree que el Gobierno español se ha equivocado al abrir las mesas de negociaciones?

R.- El Estado de Derecho ha funcionado con firmeza. Francia ha ayudado a España a tratar de desmantelar el aparato logístico y militar. Se han producido detenciones importantes y se ha hecho retroceder a los terroristas. Ahora bien, no voy a discutir ni cuestionar el comportamiento del Gobierno socialista. Lo respeto. No lo juzgo. Mucho menos cuando es ETA la que ejerce una estrategia de impostura sin la menor intención de desarmarse. Negociar, en líneas generales, puede ser una buena idea; y hemos visto los frutos en el caso de Irlanda del Norte. El gran problema es cómo y cuándo negociar. Porque aquí hay un evidente obstáculo de fondo: ETA no quiere realmente negociar nada.

P.- El otro frente de colaboración y de preocupación terrorista es el yihadismo. ¿Cuál es su diagnóstico de la situación del terrorismo islámico a raíz de los recientes atentados del Magreb? ¿Se espera un reflujo en la Europa meridional?

R.- Llevo ocupándome del terrorismo islámico desde los años 80. Entonces predominaba el GIA; ahora, el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC). Hemos coordinado algunos golpes contra su estructura. Incluso hemos podido desenmascarar el Grupo Islámico Combatiente Marroquí en cooperación con España. El gran problema de fondo es que el GSPC se mueve ahora con la protección de Al Qaeda. Logística, financiera y militarmente. Y lo hace de acuerdo con dos claros objetivos. Primero, la desestabilización del Magreb, muy peligrosa por razones de proximidad geográfica, de exacerbación y de relación de parentela con la inmigración de nuestros países. El segundo objetivo es arraigarse en el territorio meridional europeo. Los riesgos de un atentado en Francia son reales porque somos el enemigo histórico en razón del pasado colonizador, de la guerra de Argelia y del acoso al GIA. Pero también hay riesgos evidentes de un atentado en Italia y España.

P.- ¿En qué términos en España?

R.- Existe un juego, un diseño propagandístico: los grupos que trabajan al compás de Al Qaeda sostienen que tienen derecho a recuperar Al-Andalus. Han pasado muchos siglos desde la expulsión de los musulmanes de la Península Ibérica, pero la reconquista es un elemento real en las proclamas de los extremistas islámicos, una manipulación como tantas otras.

P.- Usted añade que el conflicto iraquí ejerce de catalizador del terrorismo.

R.- La evolución del terrorismo islámico se desarrolla en términos vertiginosos. Antes era Palestina el epicentro; ahora es Irak, el escenario funciona como un estímulo, como un acelerador. Hemos observado en nuestro país un caso paradigmático: son los franceses convertidos al islam quienes más a pecho se toman la llamada a la guerra santa. Algunos, incluso se marchan a combatir al territorio iraquí. También hemos notado que las mujeres francesas implicadas en el islamismo se casan con activistas para legalizarlos y que puedan obtener los papeles. Otro factor desconcertante es el modo en que ha descendido la edad de los terroristas y de los aspirantes a serlo: nos encontramos con muchos menores de edad, que, además, son bastante más vulnerables y manipulables. El contexto es bastante preocupante porque se está desarrollando la idea del terrorismo global y porque son perfectamente verosímiles las amenazas de orden químico y bacteriológico.

P.- ¿Cree que, realmente, existen medios para combatir el terrorismo islámico? ¿Hasta qué extremo es ilusoria una victoria sobre el yihadismo?

R.- La respuesta de los países occidentales pasa por una estrechísima colaboración en el ámbito de la información, la cooperación judicial y el apoyo policial. Comienza a cundir la idea de que este problema tiene que resolverse con una estrategia común. Tenemos a nuestro favor el desarrollo tecnológico. También debemos ser firmes en la administración de la normativa antiterrorista. Por eso es fundamental que la Unión Europea apruebe el minitratado que sostiene Sarkozy. No hay que perder tiempo. Hay que avanzar en la dirección de un espacio judicial, policial y de seguridad común.

P.- Ya que lo menciona, dicen que Sarkozy va a convertirse en una figura absolutista. Y que la mayoría aplastante en las legislativas va a darle a la derecha todos los mecanismos de un rodillo político.

R.- Es una visión caricaturesca que no comparto ni puedo compartir. La victoria de las legislativas es una consecuencia razonable del triunfo en las presidenciales. Me parece deseable, necesario, que las reformas prometidas por Sarkozy tengan a su favor una mayoría parlamentaria que las haga posibles. Carece de sentido reprochar al nuevo presidente el absolutismo cuando sus primeras mediadas y sus primeras decisiones han sido un claro ejemplo de apertura, de tolerancia y de sensibilidad a otras familias políticas.


«Lorca tiene un lugar destacado en mi biblioteca»

Una de sus últimas entrevistas aparecen en L'amateur du cigare. ¿Tanto le gustan los puros?

- Es un privilegio que me concedo de cuando en cuando. Y un placer que se combina bien con la gastronomía, siempre que haya moderación. Fumar un habano estimula, sobre todo por la noche. Con café o con ron.

¿Es verdad que usted lleva consigo una pistola Magnum 357 del tipo yo soy la justicia?

- No haga demasiado caso de los mitos ni de las leyendas. Tuve una Magnum hace 20 años. Pero, desde entonces, voy desarmado.

La escolta lleva las armas en su lugar...

- Los escoltas me acompañan a todas partes. Cuando era juez y, ahora, que soy aspirante a diputado en la Asamblea Nacional. Es uno de los precios que se pagan cuando ejerces una profesión delicada, comprometida.

¿Y cómo es la vida sin presión? No es lo mismo ir de pueblo en pueblo buscando votos que manejarse entre la soldadesca de Bin Laden.

- Ahora tengo otra presión, la electoral. Creo que no podría vivir sin presión. Estoy llegando al extremo de necesitarla y de adorarla.

Pero tiene sus vías de escape. Sabemos de una: el dadaísmo.

- El dadaísmo y el surrealismo. Es una época de la historia del arte que me apasiona y que me interesa. Será por esa desinhibición y por esa libertad creativa.

También lee a Lorca... en español.

- Creo que la poesía debe leerse en la lengua de origen. Y Lorca me parece un escritor sobrecogedor. Tiene un lugar muy destacado en mi biblioteca. También acostumbro a devorar la literatura griega clásica, la china y la árabe. Me gusta estudiar las lenguas y los idiomas. Además, una de las cosas más bellas de mi profesión ha sido, precisamente, poder viajar y conocer distintas culturas.

Su último viaje ha sido a Corea.

- Ha sido apasionante. Sobre todo, cuando estuve en la zona divisoria de los dos estados. Uno se ha detenido en el estalinismo de hace medio siglo; el otro prospera, vive en una gran agitación.

Ha viajado mucho. Y ha conocido y tratado a muchas personalidades: Putin, Margaret Thatcher... ¿Alguno le ha marcado?

- Es difícil decir nombres. Tengo un recuerdo muy cercano y muy intenso del rey Abdalá de Jordania. Me pareció lúcido, inteligente, franco. Hay personalidades que hacen ver con optimismo el porvenir de Medio Oriente. Él es una de ellas. Otra, desde luego, es Fouad Siniora, el primer ministro del Líbano.

Usted a los mandos de un avión Mirage F1. ¿Mito o verdad?

- Verdad.


LA CUESTION

- ¿Qué piensa, como juez, de convertir en 'mayores de edad' a los menores delincuentes que reinciden? Es una de las leyes más controvertidas del nuevo presidente Nicolas Sarkozy.

- La comparto, porque no se debe minusvalorar ni juzgar con indulgencia el comportamiento de los menores realmente violentos. Es su estatus de menor de edad el que, insólitamente, les custodia ante hechos muy peligrosos y hasta dramáticos. Sabemos por las estadísticas que esa reincidencia influye en el número de los delitos y, a continuación, en la gravedad. Muchos de nuestros policías se quejan porque los delincuentes que aún no son mayores de edad les desafían con una frase que se ha hecho común: «Arréstame si quieres, pero sabes que me dejarán libre dentro de cinco minutos». Por tanto, debemos ser capaces de responder con una ley severa y disuasoria. Hay que trabajar en la rehabilitación y en la prevención, pero no se puede ser tolerante con la violencia por el hecho de que quien la ejerce tenga 17 años.

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