El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, desaprovechó ayer la oportunidad de preguntarle sobre la falta de libertad en su país al monarca árabe en la cena que ofreció anoche en el Palacio de la Moncloa. De hecho, ambos mandatarios abordaron otros asuntos como la situación en el Líbano, la pacificación de Irak y la Alianza de Civilizaciones, según informó el Ejecutivo en un comunicado.

La grave situación que atraviesa en estos momentos Palestina y las negociaciones para resolver la crisis nuclear con Irán fueron otras de las cuestiones de las que Zapatero y Abdulá bin Abdelaziz hablaron durante la cena.

Sin duda, el proceso de paz en Oriente Próximo fue uno de los asuntos sobre las que el mandatario saudí insistió más. De hecho, en la cena de gala que ofrecieron los Reyes en su honor en el Palacio del Pardo el pasado lunes, el monarca árabe pidió a España que asumiera un papel protagonista para poner fin a este conflicto, «antes de que sea ya demasiado tarde».

Precisamente, esto es lo que piensa la mayoría de los colectivos -agrupaciones feministas y de defensa de los derechos de los homosexuales- que ayer se quejaron de que el rey saudí haya recibido en España todo tipo de honores. Consideran inexplicable que en pleno siglo XXI continúe habiendo países donde no se respeten los Derechos Humanos.

La directora de la Fundación Mujeres, Marisa Soleto, fue muy clara al respecto y aseguró que «las agendas políticas de los Estados occidentales deberían incluir siempre la defensa de los derechos de las mujeres», al tiempo que afirmó que «el respeto a los derechos humanos debería ser importante a la hora de conceder cualquier tipo de galardón».

Además, añadió que los países occidentales deberían asumir más responsabilidades en la tarea de «impulsar cambios en estos países, a nivel legal y práctico».

La hasta ahora portavoz de la Red de Mujeres y actual concejala socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Angeles Alvarez, fue mucho más allá de las meras declaraciones y no asistió a la recepción que organizó el Ayuntamiento de Madrid, en la que el mandatario saudí recibió de manos del alcalde Alberto Ruiz Gallardón las llaves de la ciudad. «No hubiera sido coherente y hubiera actuado en contra de mis principios si hubiera asistido al acto para saludar al mandatario de un país que tiene normas que atentan contra los Derechos Humanos de las mujeres», precisó.

Enriqueta Chicano, de la Federación de Mujeres Progresistas, insistió en que los Derechos Humanos «deberían incorporarse en las agendas políticas» y confió en que, aunque no esté incluido este aspecto en la agenda de la cena, el presidente del Gobierno hable, finalmente, con el monarca saudí de esta cuestión.

Asimismo, comentó que las relaciones diplomáticas se pueden mantener por diferentes razones, pero argumentó que «no se pueden dar premios a un país donde se vulneran los Derechos Humanos».

También el presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales, Toni Poveda, reprochó al Gobierno la concesión del Toisón de Oro a Abdulá, al que considera «persona non grata». Añadió que actualmente hay en Arabia Saudí 93 homosexuales encarcelados. «Es uno de los ocho países del mundo que condenan la homosexualidad con la pena de muerte», recalcó, según informa Servimedia.

Para el portavoz de IU-ICV en el Congreso, Joan Herrera, la decisión es «un insulto para cualquier demócrata», sobre todo, cuando se le da al mandatario de un país donde «no se respetan los derechos básicos».