Los etarras que abandonaron precipitadamente el jueves un coche con 130 kilos de explosivos en las proximidades de Ayamonte (Huelva) dejaron también en el interior del vehículo un ordenador portátil, que está siendo analizado por la Guardia Civil, así como un mapa de Andalucía.
El hecho de que además del material explosivo, los terroristas llevaran bolsas de ropa (incluidas camisetas de la selección española de fútbol) hace pensar a los expertos que el comando estaba trasladándose al sur de Portugal para asentarse allí.
La Guardia Civil ha encontrado en el coche 115 kilos de nitrato amónico, 15 de polvo de aluminio -materiales usados para fabricar amonal-, 10 temporizadores, ocho detonadores, cordón detonante y un aparato emisor-receptor de los que sirven para activar bombas a distancia. En el coche también se halló un manual de instrucciones para fabricar bombas redactado en euskara, según informa Europa Press. El secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, dijo ayer que la hipótesis es que fueran dos personas las que iban en el coche abandonado, pero las distintas versiones de testigos arrojan confusión sobre los hechos.
Lo que sí provocó un gran desconcierto inicial entre los investigadores fue la aparición de una pareja de individuos, dos horas después de que el coche fuera abandonado en la autopista, subidos a una moto de gran cilindrada y que rompieron un cristal del vehículo para apoderarse de una de las bolsas abandonadas en el interior. Al principio, sospecharon que eran los mismos terroristas que habían vuelto a su coche para recoger algo importante para ellos.
Sin embargo, el paso de las horas y el análisis de lo que había en el interior ha llevado a la convicción de que los motoristas eran delincuentes comunes, sin vínculos con ETA, que se acercaron al coche abandonado y, al no ver a nadie cerca, rompieron el cristal para llevarse rápidamente lo primero que tuvieron a mano.
Por otra parte, un alto funcionario de las fuerzas de seguridad lusas admitió ayer la posibilidad de que ETA tenga infraestructura en Portugal. El teniente general Leonel Carvalho, jefe del gabinete que coordina en el Ministerio portugués de Administración Interna las fuerzas policiales del país reconoció, en relación a una presencia etarra en el sur de Portugal, que «la existencia de infraestructura camuflada siempre es una posibilidad», según informa Efe. El automóvil, de matrícula portuguesa no falsificada, es propiedad de la empresa Rentilusa, uno de cuyos empleados señaló que había sido alquilado a largo plazo a una segunda compañía, la cual, según las autoridades españolas, pudo ser la que se lo alquiló a los terroristas.
Por su parte, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, felicitó ayer a la Guardia Civil porque su «presión» provocó la huida «despavorida» de los presuntos miembros de ETA. «La hipótesis más verosímil es que la presión policial, ese control precisamente de la Guardia Civil, hizo huir despavoridamente a los integrantes de lo que se supone que era un comando», explicó. Lo que sucedió, según apunta la investigación es que ese control «ha hecho huir atropelladamente a dos supuestos integrantes de un comando de ETA y, por tanto, se han evitado atentados».