Sábado, 23 de junio de 2007. Año: XVIII. Numero: 6397.
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 MADRID
M2 / SEVERO OCHOA
Archivado, pero hay «mala práctica»
El juez que ha tramitado el «caso Leganés» ha ordenado el archivo de las actuaciones. La Consejería de Sanidad llevó unas denuncias anónimas al Fiscal y varias asociaciones secundaron la iniciativa
PEDRO BLASCO

Decisión salomónica. El caso de las sedaciones irregulares del Servicio de Urgencias del Severo Ochoa fue archivado ayer por el juez. Curiosamente, todas las partes implicadas, Gobierno regional, médicos, sindicatos y partidos se mostraron satisfechos del fallo. La realidad es que el auto es un varapalo para el doctor Montes y su gente y, en menor medida, también para la Consejería de Sanidad, al no poder probarse los hechos.

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El juez entiende que, a pesar de «la mala práctica médica», no puede demostrarse la causa de las muertes. También recuerda que la vía penal no deja de ser la última a la que acudir, «pues es la que sanciona las conductas más graves y que, por ello, exige de una certeza más allá de las presunciones...».

El magistrado mantiene que, una vez escuchadas las partes, «la instrucción parece agotada y no debe ir más allá, ya que, por más que pudiéramos profundizar y proseguir, no se llegaría en ningún caso a encontrar elementos bastantes para, por dolo eventual o por culpa, responsabilizar criminalmente a los imputados por las muertes de los pacientes tras las sedaciones».

El auto añade que «varios pacientes han muerto tras mala práctica médica a la hora de sedarles, si bien no se puede lograr asegurar, al menos con lo que hasta ahora se ha recopilado, que el fallecimiento deviniera exclusivamente por los fármacos prescritos por los doctores».

Señala que, en los casos informados pericialmente, «se ha practicado mal la Medicina, pero no consta que las muertes sean consecuencia de ello». El juez agrega que hay «una duda que no puede despejarse: los pacientes pudieron morir o por la sedación indebida o por su enfermedad inicial y esto, para exigir responsabilidad penal, ha de quedar claro. Acción y resultado deben estar conectadas y este último poderse imputar objetivamente al autor».

No se juzga la sedación

Rafael Rosel Marín, magistrado, quiere dejar claro en el auto que «debe dejarse patente, por más confusión que se haya querido generar por parte de algunos, que en estas diligencias no se ha interesado analizar, en ningún momento, el hecho de la sedación a un paciente terminal». «Esto -añade - nunca se ha sometido a debate en las partes». Es más, el magistrado señala que «tampoco se ha querido analizar la manera de proceder de un centro de salud».

Desde las primeras semanas los partidos de izquierda y los sindicatos señalaron que el Gobierno del PP quería desprestigiar la sanidad pública y, en concreto, el Severo Ochoa que estaba considerado como un hospital de izquierdas.

De la prueba pericial encargada por el Juzgado al Colegio de Médicos «se desprende que se sedó terminalmente a cuatro pacientes, si bien contaban con la posibilidad de serles ofrecido tratamiento médico». En esos pacientes, según el auto, había alternativas aplicables, «si bien los médicos decidieron sedar al paciente para su fallecimiento sin dolor».

El magistrado señala que además de las cuatro historias estudiadas en las que hubo mala praxis, «en otras treinta también puede hablarse de mala praxis». «Existen 20 historias clínicas en las que se sedó innecesariamente al paciente por estar en coma profundo, lo que constituye una mala práctica médica, según los peritos judiciales».

Existen otras diez historias en las que la sedación terminal se aplicó sin identificar el síntoma refractario y no se emprendían tratamientos específicos de control antes de iniciarla, «lo que constituye también una mala praxis médica», según los expertos.

El auto señala que once de los pacientes «fueron sedados de tal manera y con tales dosis que pudiera sugerirse una posible relación directa con la muerte o, cuando menos, una contribución muy notable al acortamiento de la vida».

El juez señala que el informe de los peritos concluye que pese a haberse realizado sedaciones terminales con dosis injustificadamente altas y pese a haberse asociado medicamentos potencialmente peligrosos... «no es posible afirmar o negar, con certeza absoluta, si la causa directa de la muerte fue la medicación administrada».

El informe de los forenses señala, y así lo reconoce el juez en el auto, que se parte de la base de estar ante pacientes que, en su mayoría, padecían patologías muy graves y tenían muy pocas expectativas de vida. «Hubo por parte de los médicos una confusión entre lo que son medidas paliativas -necesarias en la mayoría de los casos- y la aplicación de sedación terminal». «A los referidos pacientes -agrega- se les sedó indebidamente, bien pos dosis o por combinación de fármacos, y se puso en riesgo su vida, si bien no se puede descartar que fallecieran de su enfermedad inicial».

El juez añade que no se demandaron autopsias, por parte de los familiares, porque no había sospechas de actuación negligente. «La autopsia habría permitido- según el auto-conocer si la muerte devino por la enfermedad que ya padecía el sujeto o bien par la sedación terminal administrada. Pero, como informaron los peritos, ya no era posible lograr los resultados con exhumaciones y esa línea de trabajo quedaba descartada, debiendo oírse, a continuación, las explicaciones de los médicos, que merecían de la ocasión para describir sus actos».

El magistrado señala que no puede predicarse que los doctores, conscientes, sedaran al paciente para causarle una muerte inmediata y tampoco que negligentemente prescribieran los fármacos sin conocer sus consecuencias letales. De las declaraciones de los médicos se desprende que «creían en todo caso obrar lícitamente y actuar dentro de los cánones prefijados por la ciencia».

«Entendían -señala el auto judicial- que sus pacientes morirían en un muy corto espacio de tiempo y que debían mitigar sus dolores. Ante ello, decidieron sedar y se obtuvo lo pretendido, que no era otra cosa que la esperada muerte, pero indolora».

Sin embargo, los peritos han informado que varios pacientes no estaban en una situación tal que exigiese su sedación. «Pero no se puede sostener -añade- más allá de la duda, de convicciones personales, de meras suposiciones, que los médicos imputados sean responsables de las muertes de sus pacientes».

Texto completo del auto judicial en: www.elmundo.es/


CUATRO HISTORIAS EN EL AUTO

Historia 28.983 Los peritos informaron que no se efectuó un estudio clínico suficiente antes de proceder a la sedación; el diagnóstico no se basó en pruebas evidentes y sólo resultó deducido.Presentaba al ingresar una merma de nivel de consciencia. Antes de la sedación debería haberse estudiado más al paciente, a juicio del perito. La sedación se produjo 14 horas después del ingreso del paciente, lo que motivó que en ese momento padeciera un deterioro neurológico, si bien éste pudo tener muchos orígenes. En este caso, según se informa en el informe de los peritos (que recoge el auto), el enfermo fue empeorando paulatinamente hasta llegar a un punto en el que se indicó la sedación.

Historia 144.998

La paciente entró por su propio pie, con una demencia moderada. Se le aprecia una sepsis y se entiende que debería ser urinaria. En urgencias aparece una hipoglucemia y entra en coma metabólico. Se sostiene por los peritos que no fue correcto haber administrado sólo una dosis de Glucosmon y que se deberían haber mantenido los glucosados, porque aunque hubiera remontado...También deberían haberse administrado antibióticos. Entienden los peritos que empezar con esas dosis de sedación tan elevadas, y con falta de síntoma refractario claro, no es una buena práctica médica.

Historia 526.843

Paciente con una difícil evolución. A1 ingresar es tratado con fármacos. A las ocho horas se decide la sedación del paciente con 40 mg de morfina, sin saber el porqué, manteniendo el tratamiento activo. A1 día siguiente se le retira el tratamiento activo, pero se le mantiene la sedación. Después otro médico retira la sedación y se le vuelve a dar tratamiento activo... Los peritos dicen que se le expuso a un riesgo innecesario al paciente, pues tenía los síntomas controlados. No está claro que la sedación llevara a la muerte, pero tampoco puede negarlo, así como que el tratamiento activo aplicado fue el correcto, si bien se cortó pronto.

Historia 548.000

Se empieza informando que no se hizo una ecografía, siendo esencial para el diagnóstico. Que la historia es muy escueta y que no hay un diagnóstico de la paciente. El perito no sabe de dónde sale que la paciente tiene una sepsis, así como que hay muchos pasos saltados entre administrar suero más edema y una sedación. En definitiva, que ante una paciente grave, faltó aproximarse al diagnóstico cuando se sedó

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