Jueves, 28 de junio de 2007. Año: XVIII. Numero: 6402.
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EMBOSCADA TERRORISTA / El líder del PP promete que, si gobierna, condecorará «con distintivo rojo» a los fallecidos / Zapatero dice que las acusaciones son «burda demagogia» y que el Ejército ha ido con más seguridad que nunca
Rajoy califica de 'vergüenza' la falta de inhibidores y la clase de medalla
Reprocha al presidente que no reconozca el carácter de la misión y promete que si él gobierna otorgará a los seis fallecidos la Cruz con distintivo rojo Zapatero le acusa de «burda demagogia»
MANUEL SANCHEZ

MADRID.- José Luis Rodríguez Zapatero se mueve mal en la adversidad. Tras 72 horas sin el más mínimo mensaje político sobre el atentado terrorista en el Líbano, que costó la vida a seis soldados españoles, el presidente del Gobierno utilizó un Pleno sobre el Consejo Europeo y una pregunta en la sesión de control para que los españoles le escucharan pronunciarse. Y, claro, le salió mal.

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El líder de la oposición, Mariano Rajoy, llevaba tres días esperando pacientemente y ayer, cuando su presa salió en falso de su madriguera, tuvo fácil el disparo. Zapatero era el objetivo a abatir. Y, claro, lo hizo.

Rajoy, en la sesión de control de toda la legislatura en la que logró tener más contra las cuerdas a su adversario, calificó de «vergüenza» la falta de inhibidores en los vehículos militares del Ejército español y, además, prometió condecorar con «distintivo rojo» a los seis fallecidos, una distinción que, en su opinión, les ha racaneado el Gobierno.

Zapatero, que agotó en su primer turno todo su tiempo y al que sólo le restaron nueve segundos en su réplica final, se limitó a calificar de «burda demagogia» el mensaje de Rajoy.

Rajoy, ésta vez, estuvo duro y contundente, pero sin excesos dialécticos y dando un perfil crítico, aunque apabullante.

En su primera intervención, recordó la muerte de la soldado española Idoia Rodríguez Buján en Afganistán, cuando viajaba en un vehículo BMR sin inhibidor de frecuencias. Y recordó que en el mismo vehículo, y también sin inhi- bidor de frecuencia, murieron los seis soldados españoles en el Líbano.

Zapatero, aunque criticó -con razón- que el caso de la muerte de la soldado Idoia Rodríguez es difícilmente equiparable a lo que sucedió el pasado domingo -fue por una mina, que ningún inhibidor hubiera detectado-, llegó a decir que «los soldados en Afganistán y en el Líbano tienen hoy la mejor situación de medios de seguridad que nunca han tenido en la Historia nuestras misiones de paz».

El presidente del Gobierno desperdició buena parte de su turno en repetir el mensaje que el ministro de Defensa había difundido durante todo el día en todos los medios de comunicación.

Es decir, que los primeros inhibidores se instalaron bajo el mandato de su Gobierno -en el año 2005-, que hay un amplio contingente militar en el Líbano que no los tiene y que, en el futuro, España será uno de los pocos países del mundo que va a tener los mejores medios de seguridad en todos los vehículos blindados en misiones de paz.

Tras todas estas explicaciones, Zapatero acabó con nueve segundos en el marcador del tiempo en el Congreso, y Rajoy lo sabía.

Por ello, el líder de la oposición se levantó de su escaño para afirmar rotundamente: «Esto es una vergüenza».

Tras recordar las preguntas del PP y las respuestas del Gobierno en muchos casos sobre la seguridad de los soldados españoles en las misiones de paz fuera de nuestras fronteras, el líder del PP repitió la expresión para asegurar que los últimos seis militares muertos «han sido en el mismo tipo de vehículo y no llevaban inhibidores».

Rajoy concluyó su intervención, muy aplaudida por los suyos pese a las horas tardías en las que se celebró, denunciando el tipo de condecoración que se le ha dado a los seis fallecidos.

«El Gobierno libanés concede a los seis militares fallecidos la medalla de la guerra y la medalla al valor. Cuando yo sea presidente del Gobierno, esas medallas amarillas serán medallas con distintivo rojo. Debe saberlo», dijo Rajoy.

A Zapatero le quedaban nueve segundos. En baloncesto es mucho tiempo, siempre que no pierdas por más de tres. Pero, en este caso, le hubieran hecho falta tres triples consecutivos.

Zapatero tiró a la desesperada desde el medio del campo: «Señor Rajoy, la vergüenza y la demagogia más burda son sus palabras». Nadie miró si el tiro entró, porque el partido estaba ya finiquitado.

Previamente, en el debate sobre la cumbre europea, Zapatero lo abrió dando su primer mensaje sobre el atentado terrorista que costó la vida a seis soldados españoles. Lo hizo de forma solemne, aunque sin apearse del mensaje que quiere transmitir el Ejecutivo de que estaban en una operación de paz.

«Están allí en una operación de paz, aportando su esfuerzo y sacrificio, hasta entregar sus propias vidas, para contribuir a establecer condiciones de estabilidad en una zona donde se dilucidan muchos de los riesgos para la paz del mundo», dijo.

Y añadió: «Hemos pagado un alto precio. Pero no se alterará nuestro compromiso con la paz en Oriente Medio, ni faltará nuestro apoyo a Naciones Unidas como actor principal para conseguirla. Tampoco disminuirá nuestra determinación para que los culpables de esta criminal acción nunca alcancen sus objetivos».

El comentario unánime en los pasillos, y no sólo de diputados del PP, era que todo esto llegaba tarde. Casi 72 horas después.

A las puertas del Debate sobre el estado de la Nación, previsto para las próximas semanas, todo pinta mal para el Gobierno. Eso sí, sigue habiendo en las filas socialistas una fe ciega en que Zapatero enderece la situación y vuelva a ganar un debate que, hasta ahora, nunca ha perdido.

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