Viernes, 29 de junio de 2007. Año: XVIII. Numero: 6403.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Toros
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
El hombre recorre el mundo buscando lo que necesita y vuelve a su casa a encontrarlo (George Moore)
 ESPAÑA
REGRESO INESPERADO / «Es un lujo contar con un político como él en el partido», según Núñez Feijóo / La educación y la cercanía de sus hijos han sido determinantes en su decisión / Baraja ofertas profesionales del el sector financiero
Rato deja el FMI por su familia pero no descarta regresar a la política
PABLO PARDO / CARMEN REMIREZ DE GANUZA

WASHINGTON/ MADRID.- «Tengo algunas noticias que compartir con vosotros. Acabo de informar al consejo de que no voy a poder cumplir todo el mandato que el consejo me ha dado como director ejecutivo». Así arrancaba el correo electrónico que Rodrigo Rato envió ayer, a las 10.15 horas de Washington, a los 2.716 funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) explicándoles que deja el cargo en otoño.

Publicidad
Apenas unos minutos después, a las 17.00 horas de Madrid, la noticia rebotaba de los teletipos a los pasillos del Congreso de los Diputados y de la web de EL MUNDO a los despachos de la calle Génova y de los feudos autonómicos del PP.

Pero si el comunicado de Washington causaba una contenida sorpresa en la capital estadounidense y en los mercados internacionales, la noticia generaba conmoción entre los políticos y periodistas españoles. No era una de las máximas autoridades del protocolo mundial la que regresaba, por sorpresa y sin aviso, a su país; no era el ex vicepresidente económico del Gobierno del PP el que anunciaba su vuelta a la piel de toro; no era, por supuesto, el empresario de postín; ni siquiera el hombre que más apuestas reunió en su día para suceder a Aznar. Rato era ayer, pese a explicar que vuelve por razones familiares, el centro de la especulación política. Lejos ya de representar una amenaza para el liderazgo de Rajoy, su llegada era recibida en el PP como un signo del cambio que, dicen, se avecina.

«Venga a lo que venga», decía un hombre largamente vinculado a la trayectoria política de Rato en España, «es una magnífica señal política para el PP porque transmite fuerza y confianza en el final de la legislatura y en el peor momento de Rodríguez Zapatero».

La sorpresa alcanzaba a los ratistas más reconocidos, que se enteraron del próximo desembarco por las llamadas de los periodistas. Pero desde Génova se informaba a primera hora de la tarde de que el presidente del PP, Mariano Rajoy había sido informado «hace días» por el propio Rato de su decisión. Y desde los pasillos del Congreso, el secretario ejecutivo de comunicación del partido, Gabriel Elorriaga y el portavoz del Grupo Parlamentario, Eduardo Zaplana, repentizaban sus declaraciones en respuesta al natural asalto de los medios.

«Siempre se le recibirá con los brazos abiertos. Hay personas que no plantean dudas en el PP», decía Elorriaga, no sin insistir en que no sabía nada. «¿Usted cree que se le puede recibir de otra forma?», añadía por su parte Zaplana. También desde fuera de Madrid, algunos barones del partido saludaban la llegada de Rato con alegría, como Alberto Núñez Feijóo. «Es un lujo contar con un político como Rodrigo Rato como miembro del partido», dijo, renunciando, no obstante, a cualquier otra «especulación».

Pero la primera sorpresa de la salida de Rato del FMI se la llevaron sus propios subordinados en dicha institución en Washington. El ex vicepresidente económico español había insistido en que no tenía interés en dejar el cargo ni en volver a entrar en política, aunque en el Fondo sus constantes viajes a España y su atención por la vida política nacional eran bien conocidas y, en ocasiones, habían sido el origen de ciertas críticas internas.

Algunos funcionarios se habían quejado de esas actividades, como cuando Rato envió un mensaje en vídeo al Congreso del PP celebrado en octubre de 2004. Las críticas fueron recogidas en los diarios Financial Times e International Herald Tribune en 2005. En el último año, sin embargo, Rato había restringido de forma significativa sus actividades fuera del Fondo Monetario Internacional, según fuentes de la institución.

En lo económico e institucional, el resto del comunicado que ayer lanzó Rato, de 507 palabras, era un elogio al Fondo Monetario Internacional, a sus empleados y a la Estrategia a Medio Plazo, el nombre que recibe el plan que los socios del Fondo, dirigidos por Estado Unidos, han lanzado para que la institución recupere influencia en el escenario económico internacional. El objetivo es transformar el FMI en un foro en el que las grandes economías coordinen sus políticas. Eso implica dar más poder a los mercados emergentes -fundamentalmente China-, que actualmente están infrarrepresentados en el Fondo.

La semana pasada, Rato logró desbloquear la reforma, venciendo así la oposición de los europeos, que saben que van a perder poder, y de China, que es consciente de que el Fondo le presionará para que aprecie su divisa. El pasado mes de abril, tanto el G7 como Hank Paulson, el secretario del Tesoro de EEUU -el único país con derecho de veto en el FMI- criticaron la lentitud de la reforma.

Sea como fuere, tanto la sorpresa sobrevenida en los mercados financieros internacionales como las especulaciones y expectativas generadas en el orbe político español, se fueron atemperando notablemente al término de la jornada. A fuerza de insistir, las fuentes más próximas al máximo protagonista del revuelo político y mediático, acabaron por rebajar -que no anular- algunos interrogantes.

Tal como decía el comunicado, la razón fundamental del regreso de Rato a España resultó ser de índole privada. Divorciado desde hace más de cinco años de Angeles Alarcó -recientemente nombrada consejera de Telemadrid-, de cuya separación se tuvo noticia el 18 de julio de 2002, siendo número dos del Gobierno Aznar, Rodrigo Rato vuelve a España por razones familiares.

Además, y sobre todo, el ya ex presidente del Fondo Monetario Internacional tiene como prioridad personal recuperar distancias geográficas y ocuparse más de cerca de la educación y de la atención a sus hijos, Gela -de 18 años -, Ana -de 11- y Rodrigo, de nueve años.

Por otra parte, y siempre según las mismas fuentes, Rato baraja ya varias ofertas de trabajo, y alguna muy en particular procedente de una empresa relacionada con el sector financiero.

A todos los que ayer hablaron con él desde Madrid -y fueron una legión- les dijo que «de política, nada de nada». Sin embargo, según las fuentes consultadas, el propio Rato no llega a descartarlo por completo, y aseguran que no se negaría de entrada a una eventual petición del partido.

Curiosamente, ésta era ayer -sólo que al revés- la misma explicación que se daba desde la cúpula del PP. «No podemos especular con la vuelta de Rato a la política activa, decían, «porque antes él tendría que hacer saber que tiene algún interés».

En algunos mentideros se apostaba ayer por que Rajoy y Rato habrían podido concertar voluntades en previsión de un posible adelanto electoral. Sin embargo, en medio de la confusión, las fuentes más solventes descartaban dicha posibilidad y aseguraban, primero, que ni Rajoy ni Rato apuestan, en privado, por dicho adelanto, y, segundo, que aunque la relación personal entre ambos es buena, es más que improbable que hayan pactado su inclusión como número dos en la lista electoral de las generales.

En el seno del PP se aseguraba anoche que el anuncio de Rato había dejado relativamente tranquilo al núcleo duro de Rajoy, porque la candidatura de éste a la presidencia del Gobierno es, ahora más que nunca en la legislatura, indiscutible. Sin embargo, sí causó «incertidumbre» entre quienes aspiran, en caso de fracaso electoral, a la sucesión.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad