El líder de la oposición subrayó en un almuerzo con empresarios un nuevo «marco de prioridades» en el que la política económica ocuparía un lugar preferente, seguida del modelo de Estado y, en tercer lugar, de la lucha antiterrorista. De la reordenación del discurso del PP, que convierte así la bajada de impuestos en su bandera electoral, se desprende un contraataque en toda regla al efectismo presidencial, así como una andanada en la línea de flotación de una gestión económica socialista basada en la inacción y en la inercia del modelo anterior. Más allá de que Rajoy debiera haber aprovechado el Debate para poner sobre la mesa su propuesta fiscal, esto significa que el PP afronta las elecciones generales con una propuesta de rebaja y supresión de impuestos muy atractiva por su audacia, encaminada a garantizar la sostenibilidad del crecimiento económico y la mejora de la competitividad. Rajoy se ha comprometido a poner en marcha una rebaja fiscal de hasta 20.000 millones de euros al año (en torno a dos puntos del PIB) como piedra angular de una nueva política de impulso de la economía.

El PP apuesta por reducir el tipo máximo del IRPF del 43% actual a en torno el 35%. También propone bajar el impuesto de sociedades del 32,5% al 25% en el tipo general, y del 25% al 20% para las pymes. Además, aboga por la supresión del desfasado e injusto impuesto sobre el patrimonio, que resulta una tasa confiscatoria, así como del impuesto de operaciones societarias. Los gravámenes sobre las ampliaciones de capital y sobre las disoluciones y transmisiones de empresas suponen un auténtico freno a la captación exterior de capitales. Su supresión forma parte hace tiempo de las recomendaciones de la UE y, de hecho, casi ningún país de Europa penaliza este tipo de operaciones.

Por otro lado, el PP propone la supresión del Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados (AJD) y el de Transmisiones Patrimoniales (actualmente gravadas entre un 6% y un 7% según comunidades), lo que reanimaría sin duda el sector inmobiliario. La reforma tributaria planteada por Rajoy prevé también deducciones por el dinero destinado a colegios y al cuidado de niños y de mayores. La suma de todo ello implica, pues, una apuesta en toda regla por un modelo económico liberal basado en el impulso a la iniciativa privada como motor del crecimiento. Una iniciativa atractiva que al PSOE le será muy difícil contrarrestar.