Viernes, 13 de julio de 2007. Año: XVIII. Numero: 6417.
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 ESPAÑA
JUICIO POR UNA MASACRE / Los implicados
Una negligencia policial impidió que se sentase en el banquillo un presunto autor material del 11-M
Las huellas de Mohamed Afalah, 'mano derecha' de Lamari, no fueron cotejadas en España tras haber sido detenido en Turquía en julio de 2004
MANUEL MARRACO

MADRID.- Cuatro meses después del 11-M, la Policía española recibió desde Estambul las huellas dactilares de Mohamed Afalah, detenido en Turquía con un pasaporte falso. Para entonces, las huellas del marroquí, que ya estaba en busca y captura por la masacre, habían aparecido en Leganés y Morata, pero los datos no se cruzaron y Afalah quedó en libertad. Según informaciones recibidas recientemente en la Audiencia Nacional desde la Embajada de España en Ankara, las autoridades turcas detuvieron a Afalah en julio de 2004 con documentación a nombre de Tarek Hamed Hamu. Los agentes detectaron que el pasaporte estaba falsificado y lo remitieron al consulado de Estambul. Al mismo tiempo, internaron a Afalah en un centro para extranjeros.

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A través del agregado de Interior se hace una primera gestión: solicitar a la Dirección General de la Policía que le remita una fotografía de Tarek Hamed, para compararla con la que figura en el pasaporte empleado por Afalah. Desde España llega la foto, pero el fax es de tan mala calidad que no es posible distinguir el rostro.

A continuación, la policía turca decide tomarle las huellas y remitirlas a España. La respuesta, una semana más tarde, es escueta: la ficha decadactilar no corresponde a la del verdadero Tarek Hamed. Pero nada más. Según se subraya desde la delegación diplomática en Turquía, la Unidad de Documentación de Españoles no les comunicó en ningún momento la identidad real que correspondía a esas huellas.

Es decir, la Policía española no cotejó las huellas con las correspondientes a los presuntos terroristas en busca y captura por el 11-M, lo que hubiera permitido la identificación de Afalah. Sin causas pendientes en España, el terrorista pudo salir del centro de internamiento con un documento de residencia válido por dos meses.

El nombre falso que empleaba Afalah no estaba precisamente limpio. La Policía española detuvo al año siguiente al auténtico Tarek Hamed, dentro de la operación Tigris. El juez Baltasar Garzón le procesó el pasado mes de junio por su presunta pertenencia a una célula terrorista radicada en Ceuta.

Según el auto de procesamiento, Hamed era un suministrador habitual de documentos falsos para islamistas que pretendían viajar a Irak. Así, «entregó su propio pasaporte número P561037 a un tal Abdelah a cambio de 100 Euros [...] El tal Abdelah no es otro que Mohamed Afalah, implicado en los atentados del 11 de Marzo de 2004».

Parte de la infructuosa detención de Afalah en Turquía fue relatada en el juicio del 11-M por Kamal Ahbar, otro procesado de Tigris, que según Garzón también proporcionó documentación falsa a Afalah, con el que coincidió en Estambul. Para sorpresa de la fiscal Olga Sánchez, Ahbar hizo una extensa declaración en la que aportó multitud de detalles de los atentados, en particular sobre la huida de los cuatro acusados en busca y captura: Afalah, Said Berraj, Daoud Ouhnane y Mohamed Belhadj. Sus palabras también sorprendieron al juez Juan del Olmo, que pidió a la Policía que corroborara algunos de los datos que ofreció en su declaración como testigo.

Según Ahbar, Belhadj y Afalah habían sido detenidos en Francia cuando viajaban en tren en la madrugada del 4 de abril de 2004, al día siguiente del suicidio de Leganés. Sin embargo, la policía francesa ha comunicado a la española que no puede confirmar ese dato.

Siguiendo el relato de Ahbar, Afalah también fue interrogado por agentes marroquíes en la embajada de Rabat en Turquía. Tras quedar en libertad, logró un pasaporte tunecino y volvió a ser detenido cuando intentaba entrar en Siria.

Ahbar afirmó que los otros tres huidos del 11-M habían muerto en atentados en Irak. Sobre Afalah, no sabía si estaba vivo. «¿Afalah? La última vez que le vi fue el 13 de febrero de 2005, en Siria». Según los investigadores, Afalah también se suicidó en Irak, aunque este dato no ha podido ser corroborado.

APOYO#La 'mano derecha' de Lamari que pasó por Leganés y MorataMADRID.- El 26 de abril de 2004 el juez Del Olmo ordenó la busca y captura de Mohamed Afalah, que entonces tenía 28 años. Las huellas dactilares que Turquía iba a remitir tres meses más tarde ya habían aparecido en dos escenarios clave de la masacre: el piso de Leganés y la casa de Morata de Tajuña. Además, en junio de ese mismo año localizó su ADN en el vehículo Skoda Fabia supuestamente empleado por la célula para trasladarse, junto a la Renault Kangoo, a los alrededores de la estación de Alcalá de Henares.

En el auto de procesamiento, el juez Juan del Olmo hace referencia al hallazgo de este rastro genético y añade: «Reseñar que Mohamed Afalah ya había sido identificado por huellas tanto en el piso de Leganés como en la casa de Morata de Tajuña».

Los investigadores consideran que Belhadj actuaba en las fechas próximas a los atentados como lugarteniente de uno de los suicidas de Leganés, el argelino Allekema Lamari, cuyo ADN también apareció en el Skoda. En los comienzos de la investigación, él señaló a Lamari como probable líder de la célula, un papel que finalmente se ha atribuido a El Tunecino y El Chino. Según el escrito final de acusación de la Fiscalía, Afalah pertenecía junto al acusado Abdelmajid Bouchar a un grupo bajo las órdenes del presunto cerebro del 11-M Yusef Belhadj.

Afalah fue quien proporcionó al también huido Mohamed Belhadj el dinero para alquilar el piso de Leganés. Según Del Olmo, Afalah y Belhadj huyeron de Madrid en dirección a Barcelona tras la explosión en el piso, el 3 de abril, en un coche propiedad de un hermano de Afalah. La ruta que supuestamente siguieron -y que coincide con el relato del islamista Kamal Ahbar- pasa por Holanda y Bélgica.

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