ISRAEL RODRIGUEZ
IBIZA.-
Mientras la mancha de carburante y aceites vertidos por el barco Don Pedro invade ya la zona marítima del parque natural de Ses Salines, en Ibiza, el Gobierno intenta a marchas forzadas sellar las grietas del buque, propiedad de la naviera Iscomar, para iniciar las tareas de extracción de las más de 100 toneladas de combustible que aún quedan en sus tanques. La extracción, que llevará a cabo una empresa holandesa, comenzará hoy, según la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, que viajó de nuevo a Ibiza para supervisar esta operación.
Alvarez reconoció que la operación podría demorarse «unos días» y que todo dependerá «de la alternativa que elijan los técnicos», dado que aún deben estudiar varias opciones para extraer el combustible.
La ministra explicó que, a las tres grietas detectadas el sábado en el barco, se sumó ayer una nueva. Añadió que está previsto que hoy sean selladas «estas rejillas» y que, además, se inicie «un drenaje por estos puntos a la superficie». En lo referido a la contaminación de la zona marítima del parque natural de Ses Salines, Alvarez negó que el vertido haya traspasado las barreras absorbentes de contención que la protegen.
Sin embargo, esta versión ha sido desmentida por diversas fuentes, como Greenpeace. Desde el Consell Insular, el presidente Xico Tarrés afirmó que el vertido no había invadido la zona protegida, pero dijo que no es descartable que así suceda.
La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, insistió en que el fuel no ha llegado a las playas del parque y destacó la dificultad de tapar las fisuras del Don Pedro, por lo que considera urgente la extracción del combustible. Narbona inspeccionó el estado de las playas afectadas en el litoral ibicenco -tres en total- y constató su mejora progresiva gracias a los trabajos de limpieza.
La recogida de vertidos en las orillas de las playas de Figueretes y Playa d'en Bossa, en las que trabajan 70 operarios, continúa a buen ritmo. Narbona destacó que ésta última «es la que más combustible ha recibido en las últimas horas». A pesar de ello, varios turistas tomaban el sol ajenos a la amenaza ambiental.
El Gobierno anunció un aumento de los efectivos destinados a la limpieza y a la contención de la contaminación en la zona marítima afectada. Dos mil metros más de barreras absorbentes llegaron ayer a la isla, una dotación que se suma a los cinco kilómetros ya dispuestos a lo largo de los ocho de litoral afectado. Unas 300 personas controlan el vertido por tierra, mar y aire.
La ministra cifró en más de 100 toneladas la arena contaminada recogida, de las que 5.000 kilos son combustible. «En torno al 5% de lo que se recoge es fuel», advirtió Narbona, que dijo que es «muy difícil cuantificar cuánto fuel queda dentro del carguero». Según informó Iscomar el día del naufragio, el buque contenía 150 toneladas de fuel y 50 de gasoil.
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