Las sospechas se confirmaron ayer. Mientras el delegado del Gobierno en Cataluña, Joan Rangel, estaba en Madrid en la comisión Estado-Generalitat que gestiona los traspasos del Estatut, los investigadores empezaron a levantar actas de los expedientes de extranjería que constan en los archivos de la Subdelegación de Barcelona y, en las primeras comprobaciones, empezaron a echar en falta documentación que podría implicar a Eduard Planells, que fue detenido el lunes por la mañana por la Guardia Civil.
El ex subdelegado está acusado de prevaricación, cohecho y falsedad documental, así como de dar trato de favor a miembros de la mafia ruso-georgiana. Por otra parte, fuentes de la investigación confirmaron ayer que el arrestado confesó «algunas de las irregularidades» de las que se le acusa al ser interrogado por miembros del Instituto Armado y antes de ser trasladado a las dependencias de la Audiencia Nacional. «Al final, ha derrotado», aseguró ayer uno de los investigadores en puro argot policial.
Fuentes de la investigación explicaron que, ayer por la mañana, efectivos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y miembros de la Fiscalía Anticorrupción se trasladaron a la Delegación y a una nave en la que se guardan archivos para -acompañados de funcionarios- empezar a levantar actas de los expedientes administrativos de permisos de trabajo y residencia en los que intervino Planells y que podrían ser sospechosos de contener irregularidades.
También se inició el análisis de los documentos en los que figuran otros funcionarios, como Gerardo González Bilbao y Carmen Carballada, que también fueron detenidos. Un funcionario aseguró que ambos eran de la «absoluta confianza» del ex subdelegado y llevaban «muchos años con él». Además de estos dos trabajadores, fueron arrestados Víctor Ambiela, un ciudadano ruso que se hacía pasar por abogado, y Elamin Akhazzan, que actuaba como gestor.
El grueso de los expedientes que están siendo analizados se refiere a la época en la que Eduard Planells era el máximo responsable en materia de extranjería hasta que el 15 de junio de 2004 fue nombrado subdelegado por Joan Rangel.
La documentación que será minuciosamente analizada en los próximos días está teóricamente registrada en soporte informático a través de claves y contraseñas que llevan a los documentos físicos.
Son estos papeles -entre los que se encuentran datos de empresas, contratos y fotografías- los que ayer mismo se empezaron a echar en falta. No ha sido ésta, no obstante, la primera vez que los cuerpos policiales han tenido acceso a documentación comprometedora en la que consta el nombre de Planells. De hecho, la carta que el ex subdelegado firmó en favor de Malchas Tetrashvili, uno de los 28 detenidos en la primera fase de la operación Avispa -la mayor redada contra la mafia rusa llevada a cabo en Europa-, estaba en poder de las brigadas de información de distintos cuerpos policiales. Desde hace muchos meses, los expedientes administrativos sospechosos han sido examinados con lupa, aunque casi siempre en soporte informático, hasta que la Guardia Civil recibió la pertinente autorización judicial para acceder al archivo de la Delegación.
Buena parte de los expedientes administrativos que están siendo examinados se encuentra en una nave ante la imposibilidad de almacenarlos en la Delegación. Fuentes de la investigación señalaron que algunas de las tareas de los investigadores se centran en la introducción de nombres de delincuentes en las bases de datos para dar con la documentación de ese archivo. En algunos de estos casos, ya se han echado en falta algunos datos.
Además de Tetruashvili, Planells mantuvo contactos con el capo de la mafia rusa Tariel Oniani, que logró escapar con su mujer el día que se llevó a cabo la operación Avispa tras recibir un chivatazo.
Hasta tal punto era un secreto a voces las irregularidades que se cometían en la Delegación del Gobierno que algunos funcionarios hicieron copias de documentación con la intención de protegerse.
Un antiguo funcionario de la Subdelegación relató a EL MUNDO la forma de proceder de Planells. «Siempre hacía firmar cierta documentación a los mismos trabajadores porque sabía que algunos no íbamos a tragar», señaló esta persona, que rogó mantenerse en el anonimato.
El pasado lunes, la Fiscalía Anticorrupción empezó a interrogar a algunos de los funcionarios de la Subdelegación que trabajaban codo con codo con Eduard Planells con el apercebimiento de que no revelen el contenido de los interrogatorios «bajo ningún concepto». Ayer mismo, algunos trabajadores y ex trabajadores acudieron a Madrid para prestar declaración.
