Cada nuevo día que pasa desde que el presidente Zapatero anunció el cheque de 2.500 euros por el nacimiento de un hijo, resulta más evidente la improvisación y la chapucería que concurren en esta iniciativa. Hoy, cualquiera puede personarse en la Seguridad Social o en la Agencia Tributaria para solicitar la ayuda -también por teléfono o por internet-, y sin embargo ésta no tiene ningún soporte legal, dado que sólo existe como proyecto de ley y ni siquiera ha empezado a ser debatida por el Parlamento. La propuesta de Zapatero podría ser modificada de arriba abajo, e incluso rechazarse. Esa posibilidad no es descabellada en absoluto. Socios habituales del Gobierno ya han mostrado su disconformidad con los términos en que se ha redactado el proyecto.
Para IU, por ejemplo, la ayuda debería otorgarse en función del nivel de renta de los ciudadanos y no con carácter universal. Los grupos nacionalistas (PNV, CiU o ERC) también esgrimen reparos, ya que la medida se arroga competencias que están transferidas a las comunidades autónomas. El PP tiene asimismo sus objeciones, pues duda de la eficacia de esta medida si no va acompañada de otros apoyos a la familia. De hecho, la cuantía fijada es inferior a los 3.000 euros por nacimiento o adopción contemplados en el programa del PP, y ridícula en comparación a las prestaciones vigentes en países como Alemania, Dinamarca, Suecia, Noruega o Austria.
Lo grave, por tanto, es que estamos ante una disposición alegal, sin ninguna validez jurídica y que se publicita sin ningún respeto al Parlamento -que es el que tiene ahora la palabra y, desde luego, la legitimidad-, pese a lo cual el Ejecutivo insiste en que a partir de diciembre empezarán los cobros. ¿Qué pasará si no se aprueba la medida o se modifican las condiciones que se han dado a conocer? Desde el PSOE se da por hecho que los 2.500 euros se cobrarán, como aquel que dice, porque lo ha afirmado Zapatero. Pero así es como funcionan las repúblicas bananeras y no las democracias occidentales. Después de todo lo dicho por el Gobierno ¿qué no estará dispuesto a pagar el Grupo Socialista para garantizarse los apoyos precisos -por ejemplo, vía Presupuestos- y no caer en el mayor de los descréditos al que le abocaría un rechazo a su proyecto de ley?La actuación de Zapatero ha sido irresponsable. Se confirma, como se interpretó desde un principio, que estamos ante una medida improvisada -en tanto que fue poco meditada y trabajada, y cocinada a espaldas del ministro de Economía-, que utilizó en el Debate sobre el estado de la Nación con la clara intención de ganar el favor de los ciudadanos.
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