La noticia causó inmediatamente un fuerte impacto en todo el mundo. De hecho, a media tarde de ayer era la más leída en la página web de la BBC, una de las principales referencias informativas a nivel internacional a través de su sistema de alertas. También fue recogida por las ediciones digitales de los medios de comunicación más importantes del Reino Unido, Francia, Italia, Alemania e incluso Australia. En España, la noticia también era la más visitada en casi todos los portales de información general. En elmundo.es, por ejemplo, lo era con amplia diferencia sobre la siguiente, y eso que el tráfico de internautas decae de manera considerable los viernes por la tarde en relación con el de la mañana.

Además, El jueves, que tiene una tirada semanal, según su editor, de 120.000 ejemplares -de los que habitualmente se vende una cuarta parte-, prácticamente se agotó en las horas siguientes a que se hiciese público el auto, hacia las 15.00 de ayer, y su página web (que siguió mostrando la polémica portada hasta dos horas después) se colapsó.

La medida de secuestrar el número en los puntos de venta, ciertamente excepcional y con escasos precedentes en los últimos 30 años, la justifica Del Olmo en que, a su juicio, El jueves se habría «extralimitado» en el ejercicio de su derecho a la libertad de expresión y que, por tanto, «no puede verse amparado legalmente en el mismo para evitar las consecuencias de sus actos».«Se trataría de una caricatura que afecta al honor y al núcleo último de la dignidad de las personas que en la misma se ven representadas, y que resulta innecesaria y desproporcionada para la formación de la opinión pública», expone el juez, que concluye que «no existe otra medida menos lesiva o moderada» para asegurar la persecución eficaz del delito.

El juez respondía así a una denuncia presentada ayer mismo por el fiscal Miguel Angel Carballo, en la que señala que los Príncipes, «caricaturizados pero fácilmente identificables», aparecen «en actitud claramente denigrante y objetivamente infamante». Por ello, pide que «se proceda a la retirada y prohibición de difusión y distribución de los ejemplares de tal publicación», y que «se averigüen los autores del escrito o estampa», que habrían incurrido en un delito de injurias al Heredero, castigado con de seis meses a dos años de prisión si son graves, o multa si son leves; o de utilización de su imagen para desprestigiar a la Corona, penado también con multa.

Por la tarde, Carballo pidió al juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo que adopte las medidas oportunas para cerrar www.eljueves.es. El fiscal se refiere a la página web de El jueves, si bien precisa que la difusión de la caricatura en otros medios supondría soslayar los efectos perseguidos con el secuestro de la revista.

La decisión de denunciar a la revista El jueves y solicitar su secuestro por un presunto delito de injurias a la Corona fue adoptada personalmente por el fiscal general, Cándido Conde-Pumpido, en la mañana de ayer, y no respondió a ninguna indicación ni de La Zarzuela ni del Gobierno.

Así lo indicaron a EL MUNDO fuentes de la Fiscalía, que explicaron que tanto la Casa del Príncipe como el ministro de Justicia fueron informados a posteriori de la decisión de Conde-Pumpido y de su estimación por el juez Juan del Olmo, que se encontraba de guardia ayer en la Audiencia Nacional.

Fue la Secretaría General Técnica, que dirige Elvira Tejada, la que dio cuenta ayer al fiscal general de la portada de El jueves. Un ejemplar de la publicación había llegado a la Fiscalía General en la tarde del jueves por la denuncia de un particular.

A primera hora de la mañana de ayer, el órgano de apoyo técnico al fiscal general ya había hecho un estudio sobre la tipificación del dibujo y del texto que aparece en la viñeta como posibles delitos de injurias al heredero de la Corona o de utilización de su imagen de forma perjudicial para su prestigio.

El fiscal general compartió el criterio de la Secretaría General Técnica y ordenó que se trasladase el asunto al fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, que en ese momento se encontraba en un encuentro institucional con fiscales británicos.

Antes de presentar la denuncia, la Fiscalía consultó el criterio de Del Olmo, que examinó la portada de El jueves y también le pareció injuriosa. Ello permitió al Ministerio Público formalizar con cierta tranquilidad el escrito, lo que hizo a última hora de la mañana el fiscal de guardia, Miguel Angel Carballo.«Ese dibujo no es libertad de expresión. Afecta a la dignidad y al prestigio de dos personas fácilmente identificables en la viñeta y de la institución que encarnan. Hoy son los Príncipes de Asturias, pero mañana puede ser el presidente del Congreso o Mariano Rajoy. Hay que poner un límite a la utilización de las personas para la burla», explicaron fuentes del Ministerio Público.

Según las mismas fuentes, la Fiscalía era consciente de la publicidad añadida que la iniciativa iba a dar a El jueves y del riesgo de que se produzca una reacción del resto de los medios de comunicación contraria a la decisión. «Aunque sea así», dijeron, «el Derecho no puede ceder».

También indicaron que «seguramente» el secuestro de la publicación «es poco útil». Pero la Fiscalía consideró «incongruente» instar la apertura de un proceso penal y dejar que la revista siguiera en circulación, sin solicitar una medida cautelar para tratar de impedir que el presunto delito siguiera cometiéndose.

Una vez que la denuncia fue presentada, el jefe de la unidad de apoyo al fiscal general, José Luis Bueren, telefoneó al jefe de la Casa del Príncipe para informarle de la iniciativa. Por su parte, tras conocer la decisión del juez, Conde-Pumpido llamó al ministro de Justicia para ponerle al corriente.

El dibujante Guillermo Torres, que desde 1997 también publica sus trabajos en EL MUNDO, se tomó con humor la decisión del juez Del Olmo, que calificó de «chorrada impresionante». «Soy tan malo dibujando que yo a quien quería dibujar era a Tom Cruise y Katie Holmes. Yo esperaba que me denunciase Tom Cruise. Entonces sí que me buscaría un abogado», ironizó.

Uno de los editores de El jueves, J. L. Martín, subrayó que la publicación había recibido en alguna ocasión alguna querella por otras ilustraciones, pero que siempre se habían considerado amparados por el animus iocandi. Es decir, que su intención no sería nunca la de injuriar, sino la de divertir al lector.

Martín, que también es caricaturista, se mostró sorprendido por la decisión del juez - «en 30 años nunca había sido secuestrada en el punto de venta»-, pero anunció que ya estaban preparando una próxima portada para responder a Del Olmo.

Por la noche, en declaraciones a RNE, el director de la revista, Albert Monteys, desveló que la Casa Real había remitido una carta a la dirección de El Jueves en la que explicaba que, a su juicio, el semanario estaba excediéndose en la libertad de expresión.

Las Fuerzas de Seguridad acudieron ya en la tarde de ayer a la sede de El jueves, en Barcelona, a precintar el soporte informático con el que se edita la revista.

Casi todos los responsables de los medios de comunicación españoles criticaron la decisión del juez Del Olmo, y coincidieron en señalar el «error» en que ha incurrido al contribuir a difundir la caricatura, perjudicando la imagen de la Corona. Dibujantes como Gallego y Rey, Idígoras y Pachi o Forges también lamentaron la medida y expresaron su apoyo a El jueves.

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