Martes, 24 de julio de 2007. Año: XVIII. Numero: 6428.
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Barcelona paralizada y a oscuras por un fallo en cadena de la red eléctrica
NANDO GARCIA

BARCELONA.- A las 11.00 horas de ayer se hizo de noche en Barcelona. La caída de un cable de alta tensión en la subestación de Collblanc, en L'Hospitalet de Llobregat, causó un apagón que dejó sin luz a cerca de 350.000 usuarios de la capital catalana y de su área metropolitana durante horas. De todos ellos, 110.000 abonados seguirán hoy sin luz y algunos tendrán que esperar aún varios días para recuperarla. Red Eléctrica informó de que, en los últimos meses, dos acciones causadas por obras habían dejado el sistema «en situación comprometida». Caos circulatorio, comercios obligados a cerrar, transportes públicos cancelados e intervenciones quirúrgicas suspendidas fueron sólo algunas de las molestias causadas por este apagón sin precedentes. Minutos antes de las 11.00 horas, un cable de 110 kilovoltios cayó en la subestación de Collblanc sobre el parque de transporte de la Red Eléctrica, de 220 kilovatios, lo que inmediatamente provocó la pérdida de tensión en las subestaciones de la calle de Urgell de Barcelona y del paseo Maragall.

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La última de las centrales fue la más afectada y sufrió diversos incendios consecutivos que provocaron una densa columna de humo. Bomberos y técnicos centraran sus esfuerzos durante toda la mañana y bien entrada la tarde en apagarlos. La pérdida de tensión provocó que se incendiaran diversos transformadores.

El ministro de Industria, Joan Clos, que se encontraba en la capital catalana para asistir a la Ejecutiva del PSC, descartó por la mañana que se tratara de un sabotaje, una posibilidad que se barajó a primera hora, sobre todo ante la aparente simultaneidad de los incidentes. No obstante, las averías registradas en los distintos puntos de la ciudad habrían sido causadas por la caída de cable, según los primeros análisis.

Nueve de los 10 distritos de la capital catalana resultaron afectados por el apagón y, a excepción de Ciutat Vella, en todos se registraron pérdidas del suministro eléctrico.

El Ayuntamiento de Barcelona activó el plan de emergencia por falta de suministro y para poder hacer un seguimiento de los servicios afectados. Por su parte, el Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña constituyó un gabinete de crisis para coordinar y distribuir enfermos urgentes de hospitales que se hubieran quedado sin electricidad. Cuatro centros tuvieron que suspender intervenciones quirúrgicas no urgentes..

Tráfico colapsado.

Las primeras consecuencias del apagón se trasladaron rápidamente a las calles. Según datos del Consistorio, un 60% de los semáforos de la ciudad quedó inutilizado, lo que colapsó diferentes puntos de la capital y afectó a las principales arterias viarias, como la Diagonal, la avenida Meridiana, el paseo de Gràcia o el de Sant Joan.

Medio millar de agentes de la Guardia Urbana y 300 mossos d'Esquadra se encargaron de regular el tráfico en la mayoría de los cruces donde los semáforos no funcionaban. Además, la Policía catalana dobló el número de patrullas que circulan por las calles.

Las líneas 1, 3 y 5 del Metro quedaron sin servicio durante media hora, y dos líneas de los Ferrocarriles de la Generalitat también fueron suspendidas hasta las 12.45, lo que provocó que 12.700 personas resultaran afectadas. Algunos de los usuarios quedaron atrapados durante algunos minutos en los convoyes, pero no se produjeron mayores incidentes que escenas de nervios y angustia.

Los Bomberos de Barcelona también tuvieron que dirigirse a 63 ascensores de la ciudad para rescatar a ciudadanos que se habían quedado atrapados por culpa del apagón.

Además de la capital catalana, el apagón afectó a las localidades de L'Hospitalet de Llobregat y Esplugues, en las que se restableció el suministro por la tarde. La zona más afectada de estas ciudades fue la parte norte, que limita con la ciudad de Barcelona y con la central eléctrica siniestrada. Éste es el caso del barrio de La Florida de L'Hospitalet, donde millares de usuarios se han quedado sin suministro eléctrico hasta las 14.00 horas.

El Hospital General de L'Hospitalet y el Hospital de Sant Joan de Déu de Esplugues tuvieron que activar sus generadores especiales para estas ocasiones, aunque su asistencia no se vio afectada y pudieron funcionar con normalidad.

Horas después de que se restableciera el suministro en estas poblaciones, en la vecina localidad de Cornellà se produjeron nuevas interrupciones del servicio. Durante toda la jornada se sucedieron un mínimo de cinco cortes de luz en barrios de esta localidad del Baix Llobregat.

Muchos comercios barceloneses tuvieron ayer que cerrar sus puertas, entre ellos los del sector de la carnicería o charcutería, que denunciaron pérdidas millonarias.

La Confederación de Comercio de Cataluña anunció que pedirá responsabilidades a la «Administración Pública» por los daños ocasionados, según explicó su secretario general, Miguel Angel Fraile. En su opinión, la responsabilidad de la avería no sólo debe atribuirse a las empresas eléctricas porque «también hará falta comprobar que la Administración contaba con mecanismos de tutela para asegurar que las compañías tenían protocolos para afrontar estas situaciones».

Por su parte, la Agencia Catalana del Consumo aconsejó a los ciudadanos afectados que reclamen a Fecsa-Endesa, que es con quien tienen contratado el suministro. Anguera explicó que los afectados deben exponer los hechos ante Fecsa-Endesa, «independientemente de quien sea el responsable de la avería». Respecto a la culpa de lo sucedido, el delegado de Red Eléctrica en Cataluña, Lluís Pinós, explicó que en los últimos meses se habían producido dos accidentes causados por unas obras y que afectaron al cableado y dañaron estaciones. En concreto, se trata de un siniestro ocurrido a principios del mes de junio registrado en la construcción de un aparcamiento cerca de la calle de París, que afectó al cable que conecta las subestaciones de Collblanc y Urgell.

El segundo accidente ocurrió hace una semana en unos trabajos de una obra civil que dañaron las líneas de Besós a Trinitat y de Badalona a Sant Andreu. Estos siniestros dejaron el sistema «tocado». Ayer acabó hundido.

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