Eduardo Zaplana, portavoz en el Congreso, sugirió que el Gobierno ha trazado una cortina de humo para confundir a la opinión pública y pidió la urgente comparecencia de Alberto Saiz en la Comisión de Secretos Oficiales. El PP solicitará también seguramente la del ministro Moratinos para que explique la falta de reacción diplomática ante el Gobierno ruso.

La respuesta de Diego López Garrido, portavoz del PSOE, no se hizo esperar: el director del CNI acudirá al Congreso en septiembre cuando se reanude la actividad parlamentaria pero no antes, ya que considera que las explicaciones dadas son suficientes.

El PP tiene razón en solicitar una inmediata comparecencia de Saiz porque sus revelaciones no han hecho más que suscitar la alarma sobre el funcionamiento interno del CNI y sobre los daños que la seguridad nacional pudo sufrir por las revelaciones de Roberto Flórez, en prisión sin fianza tras ser acusado hace pocos días por la Fiscalía de traición ante un juzgado de Tenerife.

La primera incongruencia de este asunto es que la Fiscalía impute ahora a Flórez tras años después de que el CNI forzara su renuncia en febrero de 2004 -cuando todavía gobernaba Aznar- tras detectar aspectos muy sospechosos en su comportamiento. ¿Por qué se ha esperado ese tiempo para actuar?La segunda de las incongruencias es la propia comparecencia ante los medios de Alberto Saiz para descubrir la vulnerabilidad de su organización, algo sin precedentes en los servicios secretos occidentales, que acostumbran a tapar sus errores y traspies.

Y la tercera de las incongruencias es que si el juez de Tenerife decide seguir adelante con una investigación penal, todo lo sucedido saldrá a la luz y el Gobierno tendrá que desclasificar probablemente documentación reservada si está dispuesto a colaborar con la Justicia.

Nada en este asunto tiene sentido y menos que Alberto Saiz comparezca en una rueda de prensa -convocada de madrugada con visos de máxima urgencia- para hacer público el caso y que, al día siguiente, el Gobierno demore las explicaciones en el Congreso alegando que no hay nada que no pueda esperar hasta septiembre.

Este cúmulo de contradicciones ha dado pábulo a numerosas especulaciones relacionadas con la muerte de nuestros agentes en Irak, el paso de Flórez por el País Vasco o su supuesto conocimiento de asuntos muy graves que el CNI trataría de tapar. Llegados a este punto, la única respuesta lógica y coherente del Ejecutivo sería esa inmediata comparecencia parlamentaria de Alberto Saiz para que explicara todos los pormenores de lo ocurrido.