Según Erkoreka, la dirección del PSOE en Ferraz no «desautorizó» el acuerdo al que habían llegado sus compañeros del PSE, entre otras cosas, porque ETA «no les dio tiempo». «La desautorización se produjo por parte de ETA a los representantes de Batasuna que estaban en las reuniones y que prestaron su aquiesciencia a un documento trabajosamente elaborado al decirles que el acuerdo que se daba prácticamente por finiquitado no era asumible y al hacer que se presentasen con un acuerdo totalmente novedoso», señaló.

Batasuna respondió en un comunicado que se vieron obligados a presentar un acuerdo «concreto» -el de la autonomía única para el País Vasco y Navarra- dado que las negociaciones que se estaban produciendo eran tan abiertas que podían quedar «en una declaración de intenciones».«Se habló de Euskal Herria como nación, del derecho a decidir, de todos los proyectos, de órganos constitucionales comunes pero sin ninguna concreción», precisó. «Las insuficiencias e indefiniciones», así como «los márgenes de interpretación» hacían necesario apostar por un acuerdo concreto porque si no, desde el punto de vista de la formación ilegalizada, no se hubieran cerrado las puertas a nuevas «chapuzas particionistas» y no se hubieran resuelto «los nudos del conflicto: la articulación territorial y el derecho a decidir».

De este modo y, por primera vez, tanto PNV como Batasuna ratifican que se han producido unas reuniones de contenido político que fueron negadas por los socialistas y detalladas ya en otoño por este periódico. Batasuna especifica que su «esfuerzo negociador» se prolongó «incluso en la propia campaña electoral».

El acuerdo al que se refieren y que estuvo a punto de ser firmado fue denominado «Bases para el diálogo y el acuerdo político». Según las informaciones aludidas, «se reconocía la identidad nacional del pueblo vasco, se defendía que las instituciones del Estado respeten las decisiones adoptadas por la ciudadanía vasca y que todos su derechos estén recogidos en el ordenamiento jurídico internacional». También «se comprometieron a promover un órgano común para Euskadi y Navarra con atribuciones ejecutivas y legislativas» .

En el borrador se acordó celebrar una conferencia por la paz y el diálogo el pasado mes de diciembre organizada por la Sociedad de Estudios Vascos Eusko Ikaskunza que serviría de arranque para conformar las dos mesas de negociación; que en enero una delegación de socialistas navarros se sumaría a las conversaciones y que en dos años los acuerdos serían refrendados legislativamente y sometidos a referéndum.

Los tres partidos pactaron depositar la copia final en el Vaticano.

Este periódico publicó en el mes de octubre que se pensaba poner en marcha la mesa política este verano, que se había acordado que su presidencia fuera rotatoria y las decisiones adoptadas por votación «transversal». Ya entonces se estaban negociando diversas definiciones sobre el derecho a decidir y se propuso una fórmula política similar a la económica del cupo vasco por la que «Euskadi no pudiera hacer nada si Madrid no estaba de acuerdo» y «Madrid no pudiera vetar los acuerdos alcanzados en el País Vasco».

Intervinieron en las negociaciones Josu Jon Imaz e Iñigo Urkullu por el PNV, Jesús Eguiguren y Rodolfo Ares por el PSE - éste último fue sustituido por Antonio Pastor en una ocasión- y Arnaldo Otegi, Rufino Etxebarría, Olatz Danobeitia y Arantza Santesteban por Batasuna.