La Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil difundió ayer las fotografías de seis de los etarras más buscados con el fin de recabar la colaboración ciudadana. Se trata de miembros de ETA que han formado parte de comandos que han estado preparando atentados en los últimos meses en territorio español y que, dado que la banda ha cambiado su modo de actuar, pueden permanecer todavía en él.
Viene de primera páginaLa mayor parte de ellos ha tenido que huir al frustrarse los atentados en los que iban a intervenir pero, dado el nuevo modo de funcionamiento de la banda, nada garantiza que no se hayan quedado para poner en marcha otro grupo operativo.
Así pues las fotografías difundidas corresponden a Ander Mujika Andonegi, Mikel Olza Puñal, Eneko Zarrabeitia Salterrain, Aitzol Etxaburu Artexe, Leire López Zurutuza y Saioa Sánchez.
Y los teléfonos a los que pueden llamar los ciudadanos que tengan alguna sospecha sobre su paradero o hayan creído poder indentificarlos son dos: el 900 100 091 del Cuerpo Nacional de Policía y el 900 100 062 de la Guardia Civil.
De todos ellos, quien más repercusión ha alcanzado en los últimos días es Ander Mujika por haber protagonizado dos huidas verdaderamente llamativas -la primera en Ayamonte y la segunda en Castellón-producto de los nervios y de la falta de preparación. Mujika es el presunto etarra que el pasado 19 de julio se dirigía en taxi desde la estación de trenes de Castellón hacia el casco viejo de Tarragona y huyó al avistar un control de la Guardia Civil de Tráfico en las proximidades.
Precipitadamente le dijo al conductor que sentía ganas de vomitar y salió corriendo hacia la localidad costera de Torreblanca. La batida organizada en las horas siguientes no consiguió dar con su paradero pero fue indentificado porque se dejó una bolsa con enseres personales y conn material para la fabricación de al menos dos bombas lapa: dos temporizadores, algo de explosivo y algunos objetos con el anagrama de ETA impreso..
Inseguros.
Al principio, los investigadores tuvieron dudas pero el sábado, el laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil concluyó que, efectivamente, las huellas de la bolsa de Castellón coincidían con las encontradas en el retrovisor del Ford Focus alquilado en Portugal y abandonado en Ayamonte (Huelva), con 115 kilos de explosivos en su interior.
No es un comportamiento habitual entre los miembros de ETA y es un indicio de la debilidad de la banda que un terrorista identificado y detectado en suelo español, permanezca en él y, para colmo, pase a engrosar otros comandos. Hasta el momento, por razones de seguridad, los etarras habían sido instruidos para regresar a Francia y permanecer un tiempo allí antes de incorporarse de nuevo a otro comando que no solía ser el mismo. Hace ya años que, la banda, ha cambiado los modos de funcionamiento renunciando así a parte de su blindaje, a pesar de ser este un asunto que obsesiona a sus dirigentes. Subdividió los tres aparatos fundamentales en once y se han dado casos, antes impensables, de miembros de diferentes comandos que tienen contacto entre sí cuando antes eran compartimentos estancos concebidos de ese modo para evitar que la caída de uno de los grupos arrastrase al resto.
El hecho es que ETA permite que algunos de sus miembros pasen de un comando a otro sin solución de continuidad y, por si el caso se repite, las Fuerzas de Seguridad han difundido los rostros de algunos de los detectados: para que los ciudadanos avisen si los ven y para que ellos mismos se sientan tan inseguros que les compense huir a Francia.
Eneko Zarrabeitia Sorgin y Saioa Sánchez Hintza han sido identificados por su participación en la preparación de un atentado en Santander a mediados de este mes. Su compañero Aritz Argindoniz fue detenido cuando se encontraba en la estación de autobuses de la ciudad y explicó ante el juez que, a los tres, Txeroki, el presunto jefe del aparato militar, les había ordenado constituir el comando Larrano. Habían recabado ya los primeros datos para atentar contra el Ayuntamiento santanderino y la Plaza Porticada, y tenían la orden de recoger el 10 de julio, en la localidad vizcaína de Usánsolo, los explosivos para ejecutar la acción.
De Mikel Olza Puñal se sabe que fue condenado por la Audiencia Nacional a quince meses de prisión por realizar pintadas amenazantes contra PP y PSOE en 2001. Aitzol Etxaburu está relacionado con la colocación de un coche bomba en septiembre de 2005 frente a la empresa Imcodávila, en un polígono a cinco kilómetros de Avila.
En cuanto a Leire López era miembro del comando Donosti desarticulado por la Guardia civil el pasado mes de marzo en una operación importantísima. En los registros fueron localizadas instrucciones para atentar contra socialistas, pero sólo si se trataba de militantes que se mostraron abiertamente críticos con el proceso como Maite Pagazaurtundúa. También fueron localizadas pruebas que permitían la ilegalización de ANV y resúmenes internos de la banda sobre lo que había sido la negociación con el Gobierno hasta el pasado otoño..
PIES DE FOTO TITULADA.AITZOL ETXABURU.Se le atribuye la colocación de un coche bomba frente a una empresa abulense en septiembre de 2005.
ANDER MUJIKA.24 años. Huyó de un taxi en Castellón al ver un control de tráfico. Sus huellas estaban en el coche de Ayamonte.
ENEKO ZARRABEITIA.Huyó el 10 de julio al ser detenido su compañero en Santander, donde iban a colocar un coche bomba.
MIKEL OLZA PUÑAL.Condenado a 15 meses de prisión por realizar pintadas amenazantes en las calles de Pamplona.
LEIRE LOPEZ.Miembro del comando Donosti desarticulado en marzo. Tenían objetivos señalados y documentos sobre la negociación.
SAIOA SANCHEZ.Otra de las componentes del comando Larrano que se disponía a atentar contra el Ayuntamiento santanderino.