Bola negra. Los mandos policiales han preferido dejarle de momento al margen de sus responsabilidades. El pasado lunes, el director adjunto de la Policía Nacional, Miguel Angel Fernández Chico, tomó la decisión de apartar de su cargo al hasta ahora jefe de la Unidad de Coordinación Internacional de este cuerpo, el comisario Mauricio Moya. El 12 de julio declaró por una denuncia de acoso sexual de una inspectora.
Esta decisión se produce apenas unos días después de que este mando policial acudiera a prestar declaración en los juzgados de Madrid por una denuncia de acoso sexual formulada contra él por una ex inspectora de la Policía Nacional que estuvo trabajando a sus órdenes.
Nadie vincula directamente el cese de Moya con esta denuncia, pero sí coincide en el tiempo. De hecho, en los juzgados se ha puesto en marcha esta actuación por un presunto caso de acoso a instancias de la Fiscalía de Madrid, después de recibir un completo informe elaborado por los servicios de Asuntos Internos de la Policía.
Moya es uno de los máximos responsables en la Dirección General de la Policía. Accedió al cargo tras la victoria electoral del PSOE en 2004. Este caso de acoso habría comenzado en diciembre de 2005. Internet fue el método utilizado por personas cercanas a la presunta acosada para dar a conocer esta situación.
Pero en el blog utilizado por el entorno de la inspectora también se dejaron ver otras mujeres, agentes del Cuerpo Nacional de Policía, que estuvieron destinadas en el entorno del comisario denunciado. Estas mujeres también se sirvieron de internet para denunciar haber sido víctimas de casos de acoso. Pero todo era anónimo. Nadie había dado aún el paso para que la Justicia pudiera actuar. El asunto llegó a conocerse en internet como caso Angustias.
Pero los hechos no habían pasado desapercibidos para la Inspección de Personal y Servicios de Seguridad de la Secretaría de Estado, bajo la dirección del comisario Maximiliano García Cantos.
Sobre estas pistas se pusieron a trabajar los agentes de la Unidad de Asuntos Internos. En breve llegaron a identificar a la inspectora cuyo entorno había denunciado este presunto caso de acoso sexual, según explicaron a este periódico fuentes de la investigación.
Los agentes de Internos contactaron con esta mujer, que les explicó con todo detalle su relación laboral con el comisario denunciado. Esta ex inspectora estaba trabajando en la Unidad de Coordinación Internacional y, según su testimonio, fue acosada sexualmente por su jefe. Tan es así, siempre según su relato, que su comisario la destituyó en destino cuando se negó a mantener relaciones sexuales con él. Incluso, siempre según su versión, el mando policial se le acercó físicamente; no sólo fue una proposición verbal. Anteriormente le había recomendado que fuera a trabajar en falda y prescindiera del pantalón.
Esta mujer pidió inmediatamente la excedencia en la Policía y se marchó a trabajar fuera de España. Sólo cuando se pusieron en contacto con ella los agentes de Asuntos Internos decidió dar el paso y acusar a su presunto acosador. La investigación policial llegó a identificar a otras dos agentes de la Policía, que actualmente están destacadas en embajadas y que también declararon haber sufrido acoso sexual por parte de este mando policial.
Con estos datos, todos por escrito, la Inspección policial elaboró un detallado informe, de más de un centenar de folios, en el que incluía el testimonio firmado de al menos tres policías que aseguraban haber sufrido acoso por parte de este mando policial. Este detallado dossier llegó a manos de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que decidió enviar una querella a los juzgados ordinarios al observar elementos que recomendaban abrir una investigación judicial.
Y así nacieron las diligencias previas 1294/2007 que están siendo instruidas por un juzgado de Madrid. Y ante este juzgado acudió ya a declarar el pasado 12 de julio Mauricio Moya, que negó todos los extremos de la denuncia y aseguró que no había acosado a nadie. Indicó que la funcionaria que le ha denunciado actúa por venganza, al no conseguir profesionalmente lo que estaba buscando.
Se da la circunstancia de que este comisario, cuando transcendió que existía un blog en internet en el que le acusaban de acosador, presentó una denuncia contra la funcionaria denunciante. No fue admitida a trámite. Aún está pendiente de que se resuelva su recurso.
Este mando policial, en conversación con EL MUNDO, negó todas las acusaciones. Aseguró que las denuncias de la funcionaria son una venganza. Moya se mostró molesto con la actuación de la Unidad de Asuntos Internos y afirmó que está muy confiado en que este asunto sea archivado sin que se hagan más gestiones ya que la denuncia, a su entender, es de todo punto inconsistente.
Fuentes cercanas a este comisario recordaron que han sido numerosos los casos recientes en que las investigaciones iniciadas por las unidades de Asuntos Internos se han quedado en nada. Recordaron, entre otras, las indagaciones sobre el caso de los Centauros que, según Internos, extorsionaban a ciudadanos chinos en Madrid. «Esas actuaciones se han quedado en nada, todos los acusados han quedado en libertad», recuerdan estas fuentes, que defienden la profesionalidad de Moya.