El presunto asesino de la joven de 15 años Fernanda Fabiola Urzúa confesó en la mañana de ayer el crimen y accedió a guiar a los agentes de la Guardia Civil hasta el lugar donde estaba enterrada la joven, después de que en el registro de su vehículo apareciesen un pendiente y un piercing que pertenecían a la menor.
Este individuo, de 28 años y nacionalidad colombiana, tiene antecedentes policiales por un presunto delito de agresión sexual cometido hace cinco años en el sur de Tenerife. Un segundo arrestado fue puesto anoche en libertad tras prestar declaración en el cuartel de la Guardia Civil en Playa de las Américas. Se trata de un hombre de nacionalidad rumana a quien no se considera coautor del crimen, sino en todo caso encubridor, informe Efe.
El general jefe de la Guardia Civil en la zona de Canarias, Miguel Martínez, relató que, gracias a la colaboración ciudadana, pudieron centrar sus pesquisas en la búsqueda de un vehículo todoterreno de color azul. Una vez que se dio con él, el pasado lunes, se ordenó un dispositivo de vigilancia sobre su propietario.
«Las sospechas se acrecentaron cuando nos dimos cuenta de que no movía el vehículo. Lo había dejado aparcado y no lo sacaba», detalló el mando. El miércoles, varios agentes registraron durante 10 horas el coche, aunque fue suficiente con «una cuarta parte», ya que se hallaron varios objetos. Entre ellos, un pendiente y un piercing que los padres de Fernanda Fabiola reconocieron. Inmediatamente, se detuvo al sospechoso, que ante las evidencias acabó confesando el crimen y guiando a los agentes hasta el punto donde estaba el cuerpo sin vida de la joven.
El general Martínez explicó que ya se había rastreado «hasta tres veces por el lugar donde estaba enterrado el cadáver», pero que nunca lo habrían «encontrado pues estaba oculto, cubierto por piedras y rastrojos en un terreno abrupto», añadió.
Cuando se conoció el sitio exacto donde estaba oculto el cuerpo, amigos, familiares y vecinos comenzaron a caminar hacia allí, donde depositaron flores.
Martínez explicó, asimismo, que en las investigaciones existen «indicios de posibles abusos sexuales», pero matizó que habrá que esperar los resultados de la autopsia para determinar las causas de la muerte. No obstante, el general sí precisó que el detenido está acusado de presuntos delitos de detención ilegal, agresión sexual y asesinato.
Este mando indicó también que el hallazgo de una zapatilla playera y del cinturón de la joven en un camino rural resultaron «elementos que determinaban una hipótesis que se centraba en una desaparición forzada de la menor, y que presumiblemente había sido utilizado un vehículo en el hecho». Además, añadió que al barajar esta tesis se sospechó que, con los controles policiales que suelen disponerse en la zona, ese automóvil no podía haber ido muy lejos.
En la mañana de ayer, fue el delegado del Gobierno en Tenerife, José Segura, quien confirmó el fatal desenlace de la búsqueda de la joven Fernanda Fabiola Urzúa Marín, desaparecida el pasado 26 de julio en el barrio de El Fraile, cuando regresaba a casa tras pasar la tarde con unas amigas.
Segura reveló que había hablado con el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero y que junto al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, le habían transmitido su pesar y condolencias para los familiares de Fernanda Fabiola.
El delegado del Gobierno matizó que la muerte de la joven «nada tiene que ver con las desapariciones de Sara y Yeremi, y añadió que «no hay ninguna base que conduzca a la existencia de estructuras organizadas de secuestro en Canarias».
Desde que en la madrugada del pasado 26 de julio y tras la denuncia de sus padres, medio centenar de personas comenzaron la búsqueda de la joven chilena, fue aumentando diariamente ese contingente, llegándose a reunir cerca de 300 personas.
Esa misma madrugada se encontró una zapatilla, que sus familiares reconocieron como un objeto perteneciente a la menor en el camino Don Virgilio, sendero que la joven utilizó para volver a casa. A partir de este momento, el dispositivo de búsqueda se incrementó con la llegada, desde Madrid, de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. El viernes se localizó el cinturón.
De este modo, se desarrolló un intenso operativo de búsqueda con la colaboración de 97 soldados del Regimiento de Infantería Ligera de Tenerife, dos helicópteros, las patrullas de Playa de Las Américas, la Policía Local, el grupo de seguridad subacuática, el grupo rural de seguridad, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), dos unidades caninas, y un gran número de voluntarios.
Sara y Yeremi, en el recuerdo
El caso de Fernanda Fabiola ha tomado aún más relevancia pública porque no es el primero de estas características que se produce en los últimos meses en las islas: Yeremi Vargas y Sara Morales continúan desaparecidos y parece que no hay ninguna pista fiable que pueda conducir a su resolución.
Sara Morales tenía 14 años de edad el 30 de julio de 2006. Ese día salió de su casa en Las Palmas de Gran Canaria, con la intención de ir al cine en un centro comercial cercano. Nunca llegó al lugar donde había quedado con sus amigas y las cámaras de seguridad del edificio no registraron su imagen. No se sabe dónde pudo desviarse de su camino o si fue abordada por alguien.
Aún más repercusión a nivel nacional ha tenido la desaparición de Yéremi Vargas, el pasado 10 de marzo. El niño, de ocho años, jugaba con sus primos junto a la vivienda de sus abuelos, en Vecindario, Gran Canaria, cuando se le perdió la pista. A pesar de los miles de carteles pegados por toda la isla y al enorme despliegue policial, no ha vuelto a haber noticias suyas. Se han peinado 11 kilómetros de costa, más de un centenar de pozos y los alrededores del lugar de su desaparición sin encontrar ningún indicio que conduzca al menor.