Nunca en la historia de la F1 una escudería había logrado los dos primeros puestos de la parrilla con tanta polémica. Alonso, que consiguió la pole en Hungría, fue relegado anoche a la sexta posición después de que la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) le penalizara por una maniobra que provocó la queja de su compañero Hamilton, que lo acusa de malas artes en los boxes.
Durante unas horas, Alonso preparó su segunda pole de la temporada, tras una polémica maniobra que obstaculizó a su compañero de equipo, Lewis Hamilton, en las pruebas de clasificación para el Gran Premio de Hungría, en Hungaroring.
Sin embargo, a última hora de ayer, la FIA decidió sancionar al piloto español, relegándolo a la sexta posición en la parrilla de salida de hoy. La organización entiende que McLaren mantuvo a Alonso durante 20 segundos en boxes para «retrasar la entrada en el pit» del piloto británico. «Las acciones del equipo en los últimos minutos de la clasificación son perjudiciales de cara a los intereses de la competición y, en general, hacia el deporte del motor», de acuerdo con el comunicado emitido por la FIA.
La escudería también fue penalizada por la FIA y no podrá puntuar hoy en el Mundial de Constructores; un duro golpe para Ron Dennis, patrón de McLaren, que había autorizado lo que Hamilton calificó como malas artes del piloto español.
La polémica surgió al filo de las 15.00 horas, cuando todo tocaba a su fin sin que Alonso hubiera superado al inglés, en poder hasta ese instante del mejor crono. Faltaba una vuelta más. Hamilton, líder del Mundial con dos puntos de ventaja sobre el asturiano, sufrió un golpe que no figuraba en sus planes; o sí, a la vista de la gresca en que se ha convertido la convivencia entre uno y otro piloto. Alonso entró en el pit lane para preparar su último asalto del día a Hungaroring (y a Hamilton), y ofreció la indisimulable impresión de retrasar voluntariamente su salida para congelar a Hamilton. El McLaren del inglés rugía sólo unos centímetros por detrás del alerón de Alonso. Echaba fuego, pero su némesis estaba justo delante de él y no quería (no podía) apartarse. Se temió lo peor. Alonso parecía esperar órdenes; órdenes para dar una lección de humildad al líder del Mundial. El español, tal vez fortalecido por el espaldarazo de los suyos, firmó la vuelta rápida con la que hoy esperaba ocupar la pole position y poder convertirse en líder.
Desde el principio, Alonso fue sospechoso de haber bloqueado voluntariamente a su compañero y el entorno de Hamilton se encargó de airear esta irregularidad. Sus primeras declaraciones dejaron muy pocas dudas sobre lo que había sucedido: «Preguntad al equipo, yo siempre cumplo órdenes...», dijo el español a los periodistas. Así que había que preguntar. Rascando en lo sucedido, se podría traducir como un castigo ejemplar para Hamilton, que, según los responsables de su equipo, no hizo caso a las instrucciones. «Le dijeron a Hamilton lo que debía hacer y no hizo caso. Yo tenía que dar una vuelta extra en esta clasificación y tenía que salir delante de él. Pero Hamilton se puso delante de mí en la primera vuelta y no me dejó pasar. Después, en boxes, esperé porque tenemos un sistema para saber cuándo hay menos tráfico en la pista y salir en el momento apropiado. Siempre me dejan unos segundos allí para salir en el mejor momento. Fue el único problema que tuvo el equipo. El enfado de Ron [Dennis] y el de todos nosotros fue por que él [Hamilton] no aceptó una orden que se le había dado varias veces en su primera vuelta», afirmó Alonso.
Mientras, Hamilton seguía a lo suyo: «Definitivamente, quiero una buena explicación a esto. No estoy enfadado, de verdad, sólo tengo curiosidad por saber lo que ha pasado». Lo dijo con una media sonrisa que le delataba. Por si de verdad no sabía a qué se había debido el tapón de Alonso, Dennis lo dejó diáfano: «Se saltó nuestras órdenes hasta en seis ocasiones, así que decidimos bloquearle». Más claro, el agua.
Ron Dennis: «Por favor, no hagan de esto un problema»
Después del ruido inicial hubo más ruido. Los comisarios de la FIA decidieron intervenir en la polémica y solicitaron al patrón de McLaren, Ron Dennis, las grabaciones de radio internas del equipo durante la maniobra. También tuvieron que dar sus respectivas versiones los dos pilotos implicados. No hubo consecuencias, tal y como se intuyó al quedar claro que se había tratado de una decisión táctica del equipo. Dennis, que por la mañana había negado fricciones en el seno del equipo en un encuentro con la prensa española, admitió tras el incidente, en otra reunión con los periodistas internacionales, las complicaciones existentes a causa de una relación tan singular entre los dos mejores pilotos del Mundial: «Es difícil gestionar la situación interna con dos deportistas tan competitivos».
Al final, la FIA optó por sancionar tanto al piloto español como a la escudería, que lidera el Mundial de constructores.
