El primer sábado de agosto amaneció con un colosal colapso en el tramo sur de la AP-7, entre Martorell (Barcelona) y El Vendrell (Tarragona). Ni más ni menos que 70 kilómetros en sentido sur, en los que los coches difícilmente podían moverse. Sólo ante un desbarajuste de tal magnitud la Generalitat y Acesa decidieron levantar las barreras de los peajes. Un hecho nunca visto hasta ahora en Cataluña. «El levantamiento de las barreras es una medida excepcional a una situación excepcional», dijo el conseller de Interior, Joan Saura.
Un cóctel de circunstancias acabó por ser inasumible para el tramo entre Martorell y El Vendrell. Por estas fechas, esos 70 kilómetros siempre habían soportado con más o menos éxito -pero siempre con más que el de ayer- la suma de operaciones salida, el incremento del tráfico de cualquier fin de semana veraniego y las aportaciones de los inmigrantes magrebíes que cruzan las carreteras españolas en sus vehículos rumbo a sus países.
Ayer, no. La autopista no pudo más y se convirtió en un avispero de vehículos pese a que acostumbran a pasar por ella entre 60.000 y 70.000 vehículos cada día. Un trayecto que acostumbra a durar 50 minutos se podía prolongar ayer más de tres horas. El caos ferroviario en el área metropolitana de Barcelona, que se vivió el viernes con más de 400 personas abandonando un tren por las vías a las puertas de una estación de Sants totalmente paralizada, fue la gota que colmó el vaso. Muchos usuarios del ferrocarril acabaron utilizando su vehículo y contribuyeron al colapso sin precedentes de la AP-7, como admitían desde la propia Acesa.
El Servicio Catalán de Tránsito (SCT) y Acesa adoptaron las medidas «excepcionales» a las 13.45 horas para intentar descongestionar el tráfico, que sufría retenciones desde las 7.00 horas, sobre todo por la acumulación de vehículos en los peajes de El Vendrell y Tarragona. Según fuentes del SCT, los peajes sólo se habían abierto anteriormente por accidentes de tráfico o situaciones climatológicas adversas, pero nunca se había dado paso gratuito a los vehículos por las colas motivadas por una operación salida. Nadie sabe todavía quién pagará esa supuesta gratuidad de la autopista y la supuesta pérdida de negocio que podría representar ésta para la concesionaria. La solución se decidirá próximamente.
Colas cuatro horas después
Una vez tomada la medida, el conseller de Interior de la Generalitat, Joan Saura, explicó que el levantamiento de las barreras de los peajes de El Vendrell y Tarragona podría llegar a normalizar el tráfico en un plazo de «dos o tres horas». Sin embargo, a las 17.00 horas continuaban las colas de hasta 30 kilómetros en los mismos tramos.
El Parlamento catalán instó hace unos años a la Generalitat a negociar con la concesionaria Acesa el levantamiento de las barreras de sus peajes cuando se produjeran atascos importantes tras las numerosas quejas de los automovilistas que denunciaban que, a pesar de las retenciones, debían pagar por un servicio que la autopista no ofrecía. No obstante, se seguía analizando la redacción de un protocolo que permitiera tomar la medida en situaciones excepcionales.
Saura aseguró que la medida «excepcional» se adoptó con el Departamento de Política Territorial y el director del Servicio Catalán de Tráfico (SCT), Josep Pérez Moya, que negociaron con la concesionaria Acesa el levantamiento de las barreras «para intentar paliar el colapso circulatorio».
Según Saura, el SCT preveía tráfico intenso y retenciones, pero que la situación «se ha agravado por la gran afluencia de vehículos procedentes de Francia». Cabe recordar que en la operación salida del mes de julio las máximas retenciones que registraron fueron de 15 kilómetros en estos mismos tramos.
Con todo, la situación podría mejorar en el futuro, o así lo espera el conseller, tras la construcción de un tercer carril en el tramo comprendido entre la confluencia de la AP-7 y la AP-2, y Vila-seca y Salou (Tarragona), «que eviten en un futuro que se repitan retenciones de esta magnitud». La concesionaria Acesa adjudicó el pasado 30 de julio las obras de construcción de ese tercer carril en el tramo sur de la AP-7. La previsión que se baraja es que las obras del nuevo carril comiencen el próximo mes de septiembre, con una inversión aproximada de unos 150 millones de euros.
En esta misma autopista también se registraron retenciones de 13 kilómetros entre Sant Cugat del Valles y Martorell (Barcelona) en dirección a Tarragona y de siete kilómetros en La Jonquera (Girona). También en La Roca del Vallés (Barcelona) en dirección a Girona, se acumulaban colas de cuatro kilómetros, mientras que en la carretera N-340 en Vilafranca del Penedès y en El Vendrell las colas llegaban hasta los 12 kilómetros en sentido sur. Las retenciones ya se iniciaron el viernes por la tarde, pero con sólo cinco kilómetros de caravanas.