Pero su postura tiene el aval que otorga su confianza en que una hipotética repetición de las elecciones daría a su partido la mayoría absoluta, en coalición con el CDN de Juan Cruz Alli. Una situación que se produciría en el caso -que Sanz ve hoy «lejano»- de que Navarra fuese «ingobernable» y de que la oposición sometiera al Parlamento foral a una situación de «bloqueo».

Pregunta.- ¿Se siente aliviado o ya intuía este desenlace?

Respuesta.- Bueno, quizá yo tenía unos indicios que me llevaban a pensar que imperaría el sentido común. También intuía que el Partido Socialista tendría muchas dificultades para pactar con Nafarroa Bai porque es muy difícil para un partido constitucionalista explicar que pacta con una coalición de partidos nacionalistas tan dispares.

P.- ¿Desde cuándo tenía esta intuición?

R.- Desde que ETA rompió la tregua unilateral que había decretado. Era muy difícil soportar un gobierno con partidos recientemente escindidos de la banda, en una coalición con formaciones que tienen en sus planteamientos políticos los mismos objetivos, aunque difieren en la estrategia, que los que tiene y ha exigido ETA en esta última negociación.

P.- ¿Qué garantías le ha dado José Blanco? Porque en público no cerró la puerta a una moción de censura.

R.- Me ha dado las garantías que pueden darse en estas circunstancias, y giran en torno a la experiencia que se tiene en Navarra, donde siempre ha habido colaboración entre UPN y PSN, estuviese uno u otro en el poder o en la oposición. Ese camino de consenso que siempre ha existido se rompió en los últimos tiempos, y él me dice que si todos hacemos esfuerzos podemos recuperar esa senda de entendimiento.

P.- Durante los últimos meses ha vivido en primera persona una situación de tensión y enfrentamiento, e incluso planteó un decálogo de exigencias a los socialistas. ¿Se ha olvidado de él?

R.- No, no, ese decálogo está vivo y estoy convencido de que va a ser respetado porque, entre otras cosas, más de ocho principios están recogidos en el programa de investidura del Partido Socialista y los otros dos estaban referidos a la estabilidad política, institucional, económica y social de Navarra. Y en ese sentido iba también el último apartado del decálogo, el relacionado con la moción de censura: nadie pretende eliminar ese mecanismo constitucional que tiene nuestra democracia para que, en ocasiones excepcionales, se pueda plantear esa moción de censura.

P.- Pero una cosa es la asución genérica de unos principios y otra, firmar un documento.

R.- La firma de un papel tiene el mismo valor que un compromiso público, que es lo que adoptó ayer [por el viernes] el secretario de Organización del PSOE.

P.- ¿Se arrepiente de algo de lo ocurrido los dos últimos meses?

R.- Yo no me arrepiento de nada, lo cual no significa que no haya cometido errores, como seguramente habrán hecho todos.

P.- Si alguien le hubiera dicho hace un año que estaría alabando la postura de la dirección federal del PSOE, ¿le habría creído?

R.- Quizá no, porque en aquel momento el PSOE estaba absolutamente involucrado en el llamado proceso de negociación. Yo no podía prever que el proceso se iba a quebrar por la ruptura de la tregua de ETA.

P.- Esta decisión deja muy tocado al PSN. ¿Por qué cree que el PSOE ha tomado esta decisión, en contra de la voluntad de los socialistas navarros?

R.- Creo que por un cúmulo de circunstancias. No descarto que haya habido un cálculo electoral, que todos hacemos, y probablemente la decisión del Partido Socialista también esté condicionada por la proximidad de las elecciones generales. Lo importante es hacer coincidir esos intereses electorales con los generales.

P.- Habida cuenta de su reflexión sobre la búsqueda de cauces de entendimiento, ¿su Gobierno tendrá perfil técnico o político ?

R.- Tendrá un carácter político, porque las circunstancias y los momentos son distintos. En esta ocasión, que es necesario y oportuno extender la acción de Gobierno al ámbito parlamentario, es imprescindible integrar en él a gente con condiciones de interlocución política innatas. Será un Ejecutivo con un alto compromiso político.

P.- Luego su voluntad es fortalecer las relaciones con el Partido Socialista de cara a futuro.

R.- Sí, porque este proceso ha dejado al descubierto la gran brecha que se ha abierto entre UPN y el PSN. Se necesita el esfuerzo de todos para ir reduciendo esa brecha y volver a los cauces de entendimiento que siempre han existido alrededor de los temas fundamentales.

P.- Pero resulta paradójico que usted se proponga esa colaboración a futuro cuando los socialistas navarros han apostado por desalojarle del Gobierno, y si no lo han hecho ha sido por directrices superiores.

R.- Bueno, pero al final uno tiene que situarse en la realidad de los temas. Entiendo que el PSN lleve 16 años sin tocar poder y que mucha de su estrategia de los últimos días viene derivada de ese ansia de recuperar el poder, que perdieron en un momento determinado por causas única y exclusivamente imputables a su mal hacer, como fueron los asuntos de corrupción.

P.- ¿Qué pasaría si en un año nos encontramos con que las posiciones siguen siendo antagónicas?

R.- Si Navarra se hace ingobernable, nuestro ordenamiento jurídico permite al presidente disolver la Cámara, aunque hoy veo esta opción muy lejana. Confío en nuestras posibilidades, en nuestra experiencia y capacidad de diálogo.

P.- Ante una reedición electoral, ¿UPN ganaría las elecciones?

R.- Estoy convencido de que UPN podía haber incrementado considerablemente su respaldo ciudadano en el supuesto de que hubiese habido nuevas elecciones. Pero ése no era nuestro objetivo porque el ciudadano tiende a castigar a quien provoca nuevas elecciones, a quien no hace posible la gobernabilidad de nuestra tierra. Y si se hace inevitable porque no te aprueban los presupuestos, porque funciona una situación de bloqueo en el Parlamento y no queda otro remedio, el ciudadano sabrá castigar a quien provoca este tipo de actitudes y corresponder a quien se ha visto obligado a hacerlo.

P.- ¿Con mayoría absoluta?

R.- Creo que sí. El ciudadano tendería a polarizar el voto y habría que jugar con las coaliciones, en nuestro caso con CDN.