Madeleine McCann, la niña británica desaparecida hace tres meses en el Algarve (Portugal), podría haber muerto por accidente en el cuarto del hotel donde desapareció mientras sus padres cenaban con unos amigos en un restaurante cercano, según publicaba ayer la prensa lusa. En el apartotel Ocean Club se han hallado rastros de sangre de una persona muerta.
La sangre se encontró en una pared de la habitación del matrimonio McCann, en el apartotel donde la pequeña se alojaba junto a sus padres y sus dos hermanos gemelos de dos años, según el rotativo Jornal de Noticias, lo que indica que Madeleine podría haber fallecido dentro del apartamento.
Sin embargo, los investigadores no creen que se haya tratado de un homicidio, a pesar de que, según los elementos recogidos por los peritos forenses, alguien intentó limpiar la sangre, explica el diario, que afirma que estos nuevos indicios pueden llevar a la Policía Judicial a interrogar de nuevo a la familia y amigos de la pequeña desaparecida el pasado 3 de mayo, cuando ésta tenía sólo tres años.
Los agentes portugueses, apoyados por policías británicos y perros adiestrados, hicieron perforaciones de cerca de medio metro con cables de acero para liberar el olor de cualquier pista o cuerpo que se encontrase en el subsuelo y pudiese ser detectado por los canes.
Según informa la agencia Efe, las pruebas fueron descubiertas la pasada semana, gracias al uso de estos perros, entrenados para detectar restos biológicos.
Para que los perros detecten el olor de un cadáver humano, la víctima debe llevar muerta al menos dos horas, lo que indicaría que el cuerpo sin vida de Maddie estuvo en el apartamento «entre dos y cuatro horas», según explicó un policía especialista al rotativo portugués Correio da Manha. En este periódico se podía leer que los investigadores «han descartado definitivamente la tesis del secuestro».
Las autoridades lusas están convencidas de que la sangre pertenece a Madeleine, aunque todavía aguardan los resultados de los análisis de laboratorio.
Con la aparición de esta nueva pista las sospechas se centran ahora en el círculo próximo del matrimonio McCann.
El domingo, la Policía Judicial dio por terminada la búsqueda en la casa del hasta ahora único sospechoso formal por la desaparición de Madeleine, el británico Robert Murat, que reside en el Algarve, en una propiedad situada a poca distancia del Ocean Club. Durante el registro, que duró dos días, se utilizaron también perros rastreadores, pero no hubo resultado alguno.
La prensa británica se ha hecho eco estos días de que existe un segundo sospechoso en la desaparición de Madeleine, que está siendo vigilado por la policía. Este tiene relación con Robert Murat.
Fuentes policiales citadas por The Sun indican que «Murat no es el único nombre. Otro hombre ha estado bajo vigilancia desde hace varias semanas». La policía sospechó de esa persona, debido a «factores relacionados con su pasado y movimientos en el momento de la desaparición», tras las declaraciones de un importante testigo, según las mismas fuentes.
Los tabloides Daily Mirror y Daily Express detallaron la existencia de este segundo sospechoso.
El supuesto cómplice del raptor sería un hombre que llevaba una niña envuelta en una manta la noche en que Madeleine desapareció.
Según el periódico británico The Times, el hombre con la pequeña en brazos se dirigió hacia Praia da Luz ya entrada la noche. Varios detectives han entrado en contacto con un oceanógrafo para descubrir qué le habría ocurrido o dónde habría acabado un cuerpo arrojado al mar la noche que la pequeña Maddie desapareció de la habitación de su hotel.
El Times insiste en las declaraciones de Martin Smith, un testigo irlandés que vio al hombre con una niña rumbo a la playa, y que insiste en que el sujeto no era el sospechoso Robert Murat. «Le conozco desde hace muchos años y si hubiera sido él le hubiera reconocido de inmediato», ha afirmado el testigo.
Por su parte, el Daily Mirror citó una fuente de la investigación portuguesa, que señalaba que «es posible que otro hombre no esté implicado físicamente en el rapto, pero sabe quién es y está escondiendo el crimen».
Los tabloides británicos también señalaron la existencia de testigos que sitúan a Robert Murat borracho, en un bar, la noche en que desapareció Madeleine, lo que dejaría sin validez la coartada del sospechoso, que dice que estaba en su casa con su madre. Además, la policía le registró ayer el coche.
Mientras, los padres de Madeleine, que han emprendido una campaña internacional para pedir ayuda en este caso, preparan nuevas acciones para el próximo viernes, día en que se cumplen 100 días de la desaparición de su hija.
En el Reino Unido, se ofrecen más de cuatro millones de euros por pistas que ayuden a encontrar a Madeleine y se han recaudado donaciones de 1.500.000 de euros en la página web abierta por los abogados de los McCann.