La dimisión de Fernando Puras como diputado y portavoz del Partido Socialista de Navarra en el Parlamento autonómico ha terminado por precipitar la crisis en esta formación. Puras, con poco peso en la organización -fue apadrinado directamente desde Madrid por José Blanco-, arrojó ayer la toalla ante la presión de una parte de las bases, descontenta con el veto de la dirección nacional al acuerdo para formar gobierno con Nafarroa Bai. Y eso pese a que en Ferraz se había solicitado a Puras que procurase retrasar la crisis para enfriar los ánimos, al menos hasta septiembre. Ahora tendrá que ser el propio secretario de Organización del PSOE el que dé explicaciones el primero de mes. Al menos, ayer fue convocado para ello por la ejecutiva del PSN.
Puras admitió en su despedida que si en el futuro el PSOE no atiende a las bases y respeta la autonomía de sus decisiones, existe el riesgo de que el actual «desajuste» acabe provocando incluso una escisión en el partido. Zapatero es el primero que ha dado alas a las aspiraciones del PSN al haber consentido que otras federaciones socialistas alcanzaran acuerdos de gobierno con nacionalistas radicales, incluso independentistas, como en los casos de Cataluña, Baleares y Galicia.
Aunque hoy por hoy la mayoría del PSN ha decidido acatar la decisión de la dirección federal, no se descarta que pueda haber alguna dimisión más entre los parlamentarios. Ahora será el secretario general del PSN, Carlos Chivite -en su día desautorizado por Blanco para ceder el protagonismo a Puras-, quien tenga que hacerse cargo de la situación, y no es aventurado pensar que todo desemboque en un congreso extraordinario, ya que los críticos también exigen su dimisión.
En estos momentos no peligra la elección de Miguel Sanz (UPN) como presidente de Navarra, pero en función de la nueva correlación de fuerzas que pudiera establecerse en el PSN, el compromiso de Blanco para no interponer una moción de censura podría quedar en nada. Aunque se trata de un caso aislado, el pacto del alcalde de Sartaguda con ANV, ya ha mostrado la disposición de algunos cargos socialistas a no respetar las directrices de Ferraz.
Tal y como se suponía, la iniciativa de la dirección federal del PSOE de no permitir un acuerdo de gobierno con Nafarroa Bai, pese a estar ajustada al reglamento, va a tener un coste político. En realidad, ésa ha sido su única decisión acertada tras haber fracasado primero con la elección de Puras como cabeza de lista -con quien el PSN ha pasado a ser la tercera fuerza en Navarra- y después con la pésima gestión realizada desde el 27-M para la búsqueda de posibles pactos para gobernar. La postrera desautorización al PSN, después de haber jugado semanas y semanas a la ambigüedad, ha sido la llama que ha terminado por encender el partido tras tanta torpeza.
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