Jueves, 9 de agosto de 2007. Año: XVIII. Numero: 6444.
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Un etarra abandona en el Pirineo a su 'hijo' al creer que le seguía la Policía
Un pastor francés encontró al niño de 13 años perdido en la montaña y éste dio a los gendarmes un nombre falso del histórico 'Aitona', compañero sentimental de su madre, que fue detenida
FERNANDO LAZARO

MADRID.- ¿La prisión o la familia? Para los históricos de ETA que aún siguen en libertad, la elección parece clara: cualquier cosa antes que ser capturado por los gendarmes franceses.

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El histórico miembro de ETA José María Zaldua Corta, Aitona, abandonó el jueves de la semana pasada en el Pirineo francés al hijo de su pareja, de 13 años, para darse a la fuga, después de confundir a un grupo de excursionistas con policías.

Zaldua ya logró huir en 2002 tras ser detenido en Francia y puesto en libertad poco después, ya que el tribunal de Pau consideró prescrito, por error, el primer delito por el que fue arrestado. Entonces acababa de regresar de Uruguay para reincorporarse a la cúpula etarra.

Agentes franceses detuvieron a primera hora de la mañana del martes en la localidad de Hasparren a Lourdes Garay Aguirre, la madre del menor y compañera de Aitona. Quedó en libertad tras prestar declaración. El jueves, día 2, por la noche, un pastor francés encontró al niño vagando solo por el monte, con signos de estar desorientado y perdido, en la zona de El Portalet, cercana a la frontera española y a la localidad oscense de Sallent de Gállego, según informa Vasco Press.

El pastor se hizo cargo del menor y lo trasladó hasta un parque de bomberos, cuyos efectivos lo llevaron al hospital de Pau para someterlo a una revisión médica. Una vez internado en el centro sanitario, fue alertada la Gendarmería para que averiguara la identidad del menor y las circunstancias por las que se encontraba abandonado en los Pirineos.

Los gendarmes que acudieron al hospital se encontraron con que el menor se mostraba muy reacio a hablar con ellos y a informarles sobre por qué se encontraba abandonado en pleno monte. Facilitó su nombre, pero no quiso decir con quién estaba antes de quedarse solo, hasta el punto de que los agentes llegaron a pensar que su acompañante podía hallarse también perdido o haber sufrido algún percance.

Después de numerosos intentos, el niño indicó dónde vivía, quién era su madre y proporcionó un nombre falso de su acompañante, con el que tiene una relación paterno-filial, según las fuentes consultadas.

De acuerdo con la reconstrucción realizada por la Gendarmería, José María Zaldua y el hijo de su pareja habían salido en julio a pasar unos días juntos. El jueves por la mañana, cuando se encontraban de excursión por la zona cercana a El Portalet, se encontraron con unos excursionistas que se dirigieron al miembro de ETA para entablar conversación.

Al parecer, Zaldua Corta sospechó que los excursionistas no eran tales, sino policías camuflados, y decidió separarse del menor para huir. Antes de dejarle le indicó por dónde tenía que caminar, pero el niño pasó varias horas perdido antes de ser localizado por el pastor.

El 19 de abril de 2002, la Policía Judicial francesa detuvo a Zaldua Corta en Ciboure, junto a un matrimonio con el que compartía vivienda. El histórico etarra fue capturado poco después de regresar a Francia desde Uruguay para, según las informaciones facilitadas entonces por el Ministerio del Interior, incorporarse a la organización terrorista.

El tribunal de Pau lo envió a la prisión de Gradignan y España reclamó su extradición el 24 de mayo de 2002 por varios delitos de asesinato cometidos en los años 80. Sin embargo, las autoridades del país vecino decidieron el 30 de mayo poner en libertad a Zaldua Corta al interpretar que el primer crimen por el que se pedía su entrega a España había prescrito conforme a la legislación francesa, que establecía entonces un plazo de 10 años desde la comisión del delito hasta la apertura del sumario.

El Convenio Schengen ya fijaba en aquellas fechas que el plazo de prescripción que rige en las demandas de extradición será el que figure en la legislación del país solicitante. España lo reclamaba por asesinato, que no prescribe hasta 20 años después de su comisión.

Los delitos de asesinato por los que se pedía la entrega de Zaldua Corta, por tanto, no habían prescrito, porque el sumario de la Audiencia Nacional se incoó a comienzos de 2001. Además, existen otras siete órdenes de detención internacionales contra Zaldua dictadas por esa sede judicial que habrían impedido su puesta en libertad.

En menos de 10 horas, el tribunal francés rectificó su decisión y volvió a dictar orden de detención contra Aitona, que ya no pudo ser localizado. En cualquier caso, la puesta en libertad de este etarra se produjo como consecuencia de un error informático por parte de las autoridades francesas. El sistema debía hacer que, si la primera petición estuviese prescrita, saltase automáticamente la siguiente, algo que no ocurrió debido a un fallo del programa.

José María Zaldua Corta nació en Ezquioga (Guipúzcoa) el 17 de diciembre de 1949. Se integró en el comando de Urola, compuesto por legales, en octubre de 1978. En su historial delictivo aparecen hasta 14 presuntos asesinatos, entre ellos los correspondientes a cinco guardias civiles, tres policías, un teniente coronel y el entonces alcalde de Olaberria, José Antonio Vivo.

La pista en Francia de Zaldua Corta desapareció en 1985, cuando se cree que huyó a Argelia y posteriormente a Uruguay. Tras su detención en abril de 2002, el entonces vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior, Mariano Rajoy, afirmó que la organización terrorista había pedido a Zaldua Corta su regreso a Francia para reforzar el aparato logístico de ETA, muy debilitado en aquel entonces por los golpes policiales. Aitona está considerado un experto en la fabricación y manejo de explosivos.

En mayo de 2003 se difundió que Zaldua Corta y Raúl Angel Fuentes Villota habían comunicado a la organización terrorista su decisión de abandonar la «lucha armada» alegando «cansancio».

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