SILVIA TAULES. Enviada especial
PRAIA DA LUZ (PORTUGAL).-
La confusión se ha apoderado del caso Maddie y las informaciones sobre la niña británica, desaparecida desde el pasado 3 de mayo, dan vueltas sobre sí mismas. El portavoz de la Policía Judicial en Portimâo, Olegario da Souza, confirmó ayer que Madeleine McCann, de cuatro años, podría estar muerta, una información que había desmentido el día antes. En declaraciones a la BBC, el inspector Souza aseguró que han aparecido «nuevas pistas» que dan «intensidad» a la hipótesis de la muerte. Pero no concretó más. Mientras, en la comisaría de Portimâo dan una única respuesta: «Que la niña estaba muerta ya lo dijeron la televisión y los periódicos, para nosotros no es nada nuevo».
Por ley, los agentes policiales lusos tienen prohibido hablar sobre las investigaciones que están llevando a cabo, pero parece que no todos siguen la norma a rajatabla. El Diario de Noticias y el Jornal de Noticias, dos periódicos lisboetas, han pasado la semana ofreciendo claves sobre el caso que nadie ha querido confirmar o desmentir y que han sido siempre atribuidas a fuentes (anónimas) de la investigación. Según estos rotativos, se halló sangre en la habitación en la que dormía la niña cuando desapareció. La sangre, señalaron, era humana, de un cadáver, y alguien había intentado limpiarla.
Más adelante, se ha explicado que fueron perros rastreadores traídos de Gran Bretaña los que hallaron estas pruebas, los mismos canes que -siempre según la prensa portuguesa- pasearon después por las playas del Algarve para encontrar más restos de sangre, ya que se había seguido un nuevo rastro. Se dijo también que, puesto que la niña podía estar muerta (por accidente o con violencia), las investigaciones se centraban ahora en los padres de la pequeña. El Diario de Noticias se mantiene en la hipótesis de que las escuchas telefónicas y el rastreo del correo electrónico entre los padres y sus amigos les habían puesto en la diana policial. Olegario da Souza desmintió ayer esto último, y se limitó a asegurar que ni los progenitores ni sus amigos son sospechosos.
El inspector Souza niega ahora la mayor, pero entre los amigos que cenaban con los McCann la noche en que su hija desapareció, hay una mujer que nunca ha sido identificada de forma oficial, lo que ha provocado que aumenten los rumores y las sospechas. Como tampoco ha quedado nunca claro quién fue la última persona que vio a Madeleine con vida aquella noche.
Lo que parece que se confirma es que la sangre que los perros identificaron se encuentra en estos momentos en un laboratorio de Birmingham para ser analizada. Sobre el ADN, el portavoz policial indicó que se mantienen abiertas otras líneas de investigación, como un posible secuestro, y adelantó que los testigos del caso podrían volver a ser interrogados. Todo indica que las respuestas genéticas se harán públicas esta próxima semana.
En cuanto los resultados del ADN resuelvan si pertenece o no a la pequeña, el rumbo del caso quedará más definido. Por ahora, ni siquiera el director nacional de la Policía Judicial, Alipio Ribeiro, pudo explicar detalle alguno del suceso en su única comparecencia pública. «El caso está lejos de esclarecerse», fueron sus palabras.
A la espera de un camino concreto, la investigación se sitúa en el mismo punto que el primer día, lo que ha provocado una reacción airada en Gran Bretaña, donde se ha acusado a la policía portuguesa de dejación. Los resultados del ADN son la única pista que puede dar algo de luz a este oscuro suceso.
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