Martes, 14 de agosto de 2007. Año: XVIII. Numero: 6449.
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No olvidemos nunca que el terrorismo es, en el fondo de su naturaleza maligna, una guerra psicológica (Norm Coleman)
 ESPAÑA
Así ven las víctimas catalanas a Xirinacs
Lamentan que muchos políticos olviden ahora que «escupió sobre su dignidad»
M. MARTINEZ GARCIA

MADRID.- Las víctimas catalanas del terrorismo «no pueden permanecer calladas». No entienden a los políticos que han glosado la figura del ex senador Lluís Maria Xirinacs -fallecido el sábado- con «alabanzas» y calificativos como «rebelde» y «profeta», sin recordar «las barbaridades que dijo en 2002». Entonces, en un discurso con motivo de la Diada, el también sacerdote se declaró «amigo» de ETA y llegó a clamar por que los terroristas no pudieran «tener pareja, ni hijos, ni siquiera ir al cine».

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El secretario general de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT), Roberto Manrique, afirma que, sin entrar a valorar el «pasado militante» de Xirinacs, no es de recibo que hayan obviado «las sandeces» que profirió ante centenar y medio de personas en la localidad barcelonesa de Fossar de les Moreres hace cinco años.

Y critica que los dirigentes nacionalistas -el ex president Pujol le elevó a «profeta» y el líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, a «referente de la construcción nacional»- no aludieran a unas declaraciones que acarrearon al independentista una pena de dos años de cárcel por apología del terrorismo. Una condena que no cumplió debido a su avanzada edad y su precario estado de salud, pero de la que nunca se arrepintió.

Por eso, el representante de ACVOT considera «increíble» que «todo el mundo hable bien y se olvide del daño que ha hecho a cientos de víctimas de Cataluña y de fuera». Manrique asegura que el sentimiento de sus compañeros en la asociación es de «absoluta indiferencia» ante el presunto suicidio de Xirinacs. «No podía ser de otra forma», al tratarse de «un individuo» que «se permitió escupir sobre la dignidad y el recuerdo de todos los que han sido azotados a consecuencia de los actos de aquéllos que él mismo reconocía como 'sus amigos'».

A la «ruindad» y el «desprecio» hacia las víctimas que achaca al ex senador se suma que, lejos de arrepentirse, se reafirmara en lo dicho. De hecho, el propio secretario de la ACVOT le dio la oportunidad de rectificar al coincidir con él en una emisora de radio. «No sólo no lo hizo, sino que se ratificó en todo», relata. Manrique precisa que, aunque la denuncia contra Xirinacs se presentó «con las siglas» de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), este colectivo «se desentendió del caso» y fueron tres afectados catalanes los que, «a título individual, prosiguieron los trámites legales» y se personaron con su abogado en un juicio al que el acusado «no tuvo la valentía» de presentarse.

«Entonces, todavía pertenecíamos a la AVT, pero su dirección ni se preocupó ni acudió a la vista». Este «desamparo», unido a pasados desencuentros, condujo poco después -en junio de 2003- a la creación de la ACVOT, que cuenta, según su responsable, con más de 600 miembros, y que este mismo año ha sido distinguida por la Generalitat con la Cruz de Sant Jordi.

El colectivo interpuso hace unos meses una querella -admitida a trámite hace tres semanas por la Audiencia Nacional- contra el Ayuntamiento de Santa Coloma de Cervelló por una presunta vulneración del mismo artículo del Código Penal que infringió Xirinacs: «Menosprecio y humillación a las víctimas y familiares del terrorismo». El Consistorio barcelonés decidió dedicar una calle a Martínez Vendrell, condenado por el Supremo a 36 años de prisión como inductor del asesinato del industrial José María Bultó en 1977 y del ex alcalde franquista de Barcelona Joaquim Viola en 1978.

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