La ministra Magdalena Alvarez reconoció que ha habido muchos y serios problemas, se responsabilizó de ellos por ser la titular del departamento de Fomento y pidió disculpas a la ciudadanía. Pero dejó bien claro que, de dimitir, nada de nada: «Cuando el presidente del Gobierno quiera, me cesará; y, mientras tanto, no voy a salir corriendo ni me voy a esconder de ningún problema», aseguró.

Las explicaciones de la ministra no convencieron a los portavoces de esos partidos que la responsabilizan del caos que se vive este verano en los trenes de Cercanías de Cataluña y que quieren verla fuera del Ministerio. No hubo sorpresas y, como habían anunciado, la pidieron que se marche.

Jorge Fernández, del PP, y Jordi Jané, de CiU, recordaron a la ministra que sólo el PSOE apoya su gestión, lo que supone el respaldo de 164 diputados frente al rechazo de los 169 de los cuatro partidos que reclaman su dimisión. Ella les recordó que quien la nombra y destituye es el presidente del Gobierno y no el Congreso.

La ministra desgranó un aluvión de datos sobre las inversiones de Fomento en la comunidad autónoma. Cuando desde la oposición los rebatieron, les acusó de «mentir» y de «hacer trampas».

Magdalena Alvarez compareció ayer en la Comisión de Fomento y Vivienda del Congreso de los Diputados -a petición propia, aunque lo solicitó después de que varios grupos lo hubieran pedido-, para informar «sobre el funcionamiento de las infraestructuras en Cataluña».

Expuso muchos datos, en una sesión que se prolongó durante cinco horas, con un objetivo muy claro: intentar demostrar que, según dijo reiteradamente, en los tres años largos del Gobierno de Zapatero el Ministerio de Fomento ha invertido en infraestructuras en Cataluña más dinero que durante toda la legislatura anterior [cuatro años] de José María Aznar. No sólo ha invertido más, añadió, sino que ha ejecutado más parte del Presupuesto que los populares y ha licitado más obras.

Aunque dio datos y más datos, los portavoces de los cuatro grupos que la quieren ver fuera del Gobierno no sólo no se los creyeron, sino que los rebatieron con otros, pero la ministra dijo que es ella la que tiene los «datos oficiales».

La ministra explicó que el Gobierno está llevando a cabo «una transformación profunda de las infraestructuras y de todos los modos del transporte en Cataluña». Para ello, su Ministerio está realizando «el mayor esfuerzo inversor» de toda la Historia de esa comunidad autónoma.

Los beneficios de una obra de esa magnitud sólo llegarán a la ciudadanía a medio plazo, cuando las infraestructuras estén ya en servicio, añadió. Mientras tanto, hay que hacer una serie de obras que ocasionan problemas a la población de Cataluña, pero cuya situación mejorará mucho en septiembre y será totalmente normal a final de diciembre, dijo la ministra.

Pero, además de esas obras y de las que se llevan a cabo para que el AVE llegue a Barcelona en diciembre, ha habido otras «incidencias» que han causado problemas y que en algún caso están siendo investigadas por la policía: fallos en los componentes electrónicos, en el sistema de alimentación de la energía o en algunos materiales comprados; siete incendios en zonas próximas a la estación, cinco robos de cable de comunicaciones y catenarias; caída de un coche en una vía desde un paso elevado, y de piedras, descarrilamiento de un tren vacío porque circulaba a excesiva velocidad, ocupación de las vías por vecinos que reclamaban más seguridad...

El popular Jorge Fernández dijo que tanto la ministra como Zapatero han viajado a Barcelona para «pedir paciencia y a decir que el culpable es el PP» a los catalanes, pero añadió que, frente a la «incapacidad política y de gestión» que ha demostrado Magdalena Alvarez, la solución no es seguir esperando sino su «cese o dimisión».

Jordi Jané, de CiU, coincidió con el portavoz del PP en que se trata de un problema de «mala gestión» por parte de la ministra. Pidió «menos autobombo, que aterrice» y que deje su cargo.

Los portavoces de ERC, Joan Puig, y de IU-ICV, Joan Herrera, también dijeron que los catalanes no pueden esperar más y que la única respuesta al caos y a los problemas que padecen es la dimisión de la ministra.

En su primera intervención, durante una hora, la ministra se limitó a informar de la inversión y de las obras realizadas. En la réplica, después de que todos los grupos la criticaran -excepto el PSOE y el PNV-, ella también lo hizo con todos los portavoces con su habitual estilo, que sus enemigos llaman prepotencia, incluso con un tinte de chulería, y que ella y sus compañeros dicen que es sinceridad.

A Jorge Fernández le dijo que ayer estuvo «muy disperso» en su intervención, tal vez porque «le ha cogido de vacaciones y no se ha centrado en el tema»; a Jordi Jané lo acusó de haber «hecho trampas» porque habló de las inversiones del Estado en Cataluña cuando ella se refería sólo a lo que invierte su Ministerio; a Joan Puig, que mezclaba lo que gastó el Gobierno de Aznar y el actual en vez de referirse sólo a los socialistas, y a Joan Herrera que coincide con Aznar al criticar el AVE.

De nuevo intervinieron los portavoces de los partidos, que reiteraron los mismos argumentos. Les contestó la ministra, que insistió en la inversión realizada. Su última crítica fue para el Partido Popular: «Están creando ustedes una sensación de que no funciona nada en Cataluña que, además de ser falsa, es absolutamente negativa para los intereses de los catalanes y de los españoles. Están destruyendo lo que se está haciendo», concluyó.