En los ayuntamientos y también en las calles. Si hace dos días la izquierda abertzale presionaba al alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, para que no izara la bandera española, ayer fueron las calles de San Sebastián el escenario de su estrategia de acoso y derribo a la enseña constitucional. Así, el día grande de la Aste Nagusia donostiarra fue otra vez la fecha escogida para celebrar el tradicional acto en apoyo a la ikurriña y en contra de la rojigualda.
A diferencia de años anteriores, cuando se llegó a prender fuego a la bandera española, la protesta transcurrió sin incidentes. El acto consistió en una concentración junto al Consistorio donostiarra a la que asistieron alrededor de dos centenares de personas, entre las que se encontraban varios dirigentes de la izquierda abertzale como el portavoz de Batasuna, Joseba Alvarez, y el miembro del sindicato LAB Joxean Urkiola.
La protesta se desarrolló bajo un discreto despliegue policial de la Ertzaintza, a quien la Audiencia Nacional había pedido que vigilara el evento y cuidara de que no se cometieran actos delictivos.
La orden fue dada el pasado martes por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, quien, a instancias de la Fiscalía, dictó un auto en el que solicitaba a la Policía Autónoma vasca que le informara en el caso de que hubiera indicios de que la organización o el desarrollo del acto pudieran estar impulsados o dirigidos por ETA o pudieran ser utilizados por «elementos afines» a la banda terrorista.
Además, el magistrado ordenó a la Ertzaintza que interviniera si se registraban delitos de enaltecimiento del terrorismo, algo que finalmente no ocurrió.
Los participantes en el acto se concentraron pasado el mediodía en un lateral del Ayuntamiento donostiarra, donde profirieron gritos en favor de la independencia y la ikurriña y en contra de la enseña constitucional. Los congregados se situaron detrás de una pancarta con el lema de la convocatoria, La solución está en nuestras manos. Ikurriña Bai. Española. Ez., en la que aparecía tachada la bandera española.
Pasados 20 minutos, la protesta se trasladó a los jardines de Alderdi Eder. Allí, los congregados tomaron posiciones frente a la fachada de la casa consistorial, en cuya balconada ondeaban las banderas europea, española, vasca, guipuzcoana y donostiarra.
Finalmente, tras corear gritos en defensa de una Euskal Herria «libre», los presentes en la concentración entonaron el Himno al Soldado Vasco y se dispersaron con total normalidad.
El acto celebrado ayer constituye ya, al igual que la manifestación de inicio de la semana grande, un clásico dentro del programa reivindicativo que la izquierda abertzale organiza para las fiestas estivales donostiarras.
Además, este sector político también traslada su campaña en contra la bandera española al día grande de la Aste Nagusia de Bilbao.
La polémica sobre las banderas se reaviva este año tras la reciente sentencia del Tribunal Supremo que ordena que la bandera española ondee «de forma permanente» en el exterior de la Academia de la Ertzaintza y, por extensión, en el conjunto de las instituciones vascas.
A la luz de este fallo, el Partido Popular de Bilbao ha solicitado a su alcalde que desoiga el llamamiento anual de Acción Nacionalista Vasca (ANV) para no izar la enseña española, y que no sólo la ice, sino que la mantenga siempre en el mástil de la Casa Consistorial. Si no, los populares acudirán a los tribunales.