El objetivo del dirigente del partido regionalista, que vuelve a gobernar en la Comunidad Foral gracias al apoyo del PSOE, es que «la voz de Navarra se oiga en el Congreso».

Quien prometió hace unos días un programa «con muchos guiños» a los socialistas navarros y admitió «una diferencia de talante o de forma» con sus hermanos mayores de Madrid, anunció ayer, en una entrevista al Diario de Navarra, que ya ha hablado con el presidente del PP, Mariano Rajoy, acerca de su decisión de emanciparse.

Los populares acogieron la propuesta de distintas maneras. Rajoy ni se dio por aludido; Eduardo Zaplana no le dio «la más mínima importancia», y Miguel Arias Cañete, el portavoz de guardia, dijo que se «dialogará» sobre esta petición.

«He hablado con el presidente del PP, y lo voy a seguir haciendo para configurar, si es posible, un grupo propio de UPN». Con estas palabras, Sanz marcó ayer la dirección que tomará su partido en los próximos meses, dejando ver, eso sí, que no dará ni un paso al frente de cara a las próximas elecciones generales que no cuente con el beneplácito de Rajoy.

Porque, pese a todo, el dirigente regionalista se empeña en negar que esté buscando una «línea de separación» con los populares. Así, su propuesta únicamente persigue conseguir -sin herir a nadie- más protagonismo a nivel estatal.

«Si no tuviésemos una dimensión nacional y europea, terminaríamos difuminándonos entre los grandes partidos nacionales, y eso no lo vamos a hacer. Cuando el PP está en el Gobierno de España, nadie habla de la necesidad de separarnos del PP. Pero cuando no está en el Gobierno, es el momento de reconducir la situación», señala Sanz en la misma entrevista.

Y añade: «Hemos sabido convivir con gobiernos socialistas y populares en Madrid y debemos seguir haciéndolo, impulsando proyectos y marcando nuestros criterios». Estos criterios, viene a decir, deben oírse más alto en el del Hemiciclo que los de Nafarroa Bai.

UPN tiene actualmente dos diputados que están integrados en el Grupo Popular; el PSN posee otros dos, que forman parte del Grupo Socialista, y la coalición Nafarroa Bai, que cuenta con un escaño, tiene voz propia dentro del Grupo Mixto.

«Estamos hablando de un diputado de NaBai frente a los cuatro que sumamos UPN y PSN. Y lo mismo en el Senado. Nosotros tenemos tres senadores», señala Sanz, quejándose de que la coalición nacionalista siempre se atribuya el sentir del pueblo navarro.

Sin embargo, a los conservadores navarros les puede salir el tiro por la culata. Según fuentes del partido consultadas por este periódico, de conformarse en un grupo parlamentario propio UPN no ganaría en protagonismo o en autonomía, sino que se vería abocada a un anonimato «catastrófico» porque dejaría de estar bajo el paraguas protector del pacto de colaboración institucional que en 1991 firmó con los populares.

Por este acuerdo, UPN mantenía su total soberanía en la toma de decisiones que afectaban a Navarra, al tiempo que ganaba más peso en el seno del PP. Así, son regionalistas el portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso, Jaime Ignacio del Burgo, y el portavoz adjunto del Grupo Popular en el Senado, José Iribas.

Del Burgo, además, representa a los navarros en el Comité Nacional del PP. De hecho, UPN es el único partido no popular que ostenta el privilegio de participar en las reuniones de la Ejecutiva Nacional. Por si fuera poco, el Partido Popular Europeo tiene un europarlamentario de UPN, Javier Pomés.

Asimismo, los diputados y senadores del PP están obligados a secundar y dar apoyo pleno a las iniciativas parlamentarias que presentan los navarros. Esto es tremendamente ventajoso para UPN, ya que la limitada fuerza que le dan dos escaños en el Congreso se ve ampliada por la de los populares.

Si UPN se constituyera en un grupo parlamentario diferente, tendría que romper este acuerdo y perdería buena parte de los privilegios de los que hasta ahora viene disfrutando.

Algunas voces en el seno del partido regionalista consideran, de hecho, que la propuesta es «un brindis al sol» destinado a simular un acercamiento hacia los socialistas y a autorreafirmarse en esta nueva etapa «de talante» que los navarros comienzan, pero que tiene pocas posibilidades de llevarse a la práctica.

En primer lugar, el PP tendría que dar el visto bueno para modificar los citados acuerdos. Si no lo hiciera, la escisión debería ser aprobada en Asamblea Extraordinaria por dos tercios de la militancia. Además, según el reglamento del Congreso, UPN necesitaría para formar su propio grupo un mínimo de cinco diputados. Como sólo tiene dos, los tres restantes los tendría que ganar en las próximas elecciones generales o pedirlos prestados... al PP.

Los populares no tienen muchas ganas de deshacer un pacto cuyo espíritu viene a decir que el PP deja de existir en Navarra (su sello es UPN en las elecciones autonómicas y municipales) a cambio de que UPN renuncie a tener vida más allá de la Comunidad Foral. La ruptura obligaría al principal partido de la oposición a crear su propio espacio en Navarra.

Las cosas están bien como están, vino a decir ayer el PP, aunque con matices. Rajoy, de viaje en la ciudad en la que se crió, Pontevedra, evitó pronunciarse sobre la cuestión, a pesar de que habló sobre Navarra (dijo que el Gobierno de Sanz garantizará que «Navarra es España»).

Al secretario de Economía y Empleo de los populares, Miguel Arias Cañete, que se encontraba de guardia en Génova, la noticia prácticamente le pilló por sorpresa. «No se ha tratado en los órganos de dirección del partido», manifestó, aunque añadió: «Este es un tema que se decidirá, dialogaremos con UPN y llegaremos a un entendimiento».

Arias Cañete insistió en que «con UPN ha habido siempre relaciones estrechas y cordiales», y así lo serán «también en el futuro».

«No hemos tenido ninguna fisura», añadió, tras ser consultado por este periódico, el portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, que no le dio «la más mínima importancia» a este asunto.

Zaplana recordó que UPN no puede constituirse en grupo autónomo porque no tiene suficientes diputados. Y añadió: «Si algo ha acreditado con éxito el PP es que hace una política nacional. UPN sabe que en nuestro grupo tienen cabida y calor. Y que sin la presión que ha hecho el PP, las cosas hubieran transcurrido de otro modo en Navarra».

La secretaria de Política Autonómica del PSOE, Carmen Hermosín, dijo a Efe que la oferta de Sanz no es más que «un guiño» de esta formación para «desmarcarse» del PP.