JAVIER ESPINOSA
Mahmud Heci se comunicó con este diario a través del teléfono cuando regresaba a Erbil después de visitar el hospital de Dohuk, donde los supervivientes de la masacre acaecida en el área de Sinyar describieron lo sucedido como «horripilante». El ministro de Asuntos Yezidis del gobierno del Kurdistán, él mismo miembro de esa minoría, reconoce que esta brutal serie de atentados podría no ser la última.
Pregunta.- ¿Cuál es la situación en la región de Sinyar?
Respuesta.- La aldea más afectada ha sido Qahtaniya, donde hicieron explotar dos camiones bomba, uno tras otro. Cuando se agrupaban los que habían venido a ayudar a las víctimas del primer atentado estalló el segundo. La población se había reunido en el centro del pueblo, porque había una fiesta popular y un mercado. Los heridos dicen que fue horripilante. Hay decenas de niños y mujeres entre los muertos. Sólo en el hospital de Dohuk hay 84 heridos y, de ellos, 62 son niños y mujeres.
P.- Las informaciones hablan de hospitales desbordados...
R.- Los heridos están siendo trasladados a diferentes lugares, incluso en helicóptero por los americanos que los están llevando a sus bases de Tal Afar y Balad. En Dohuk la situación es grave pero está controlada porque la principal necesidad, sangre, ha quedado cubierta con las donaciones de 1.500 yezidis que se presentaron en el hospital de manera voluntaria para ayudar a su comunidad.
P.- ¿Existe alguna explicación para este estremecedor ataque?.
R.- Simplemente que esos locos de Al Qaeda quieren exterminar a los yezidis. Es una repetición de la persecución que lanzaron en abril. Hace unos días mataron a dos yezidis en Kirkuk y a otros dos en Mosul. Les sacaron del coche y al comprobar en su tarjeta de identidad que eran de esa religión los ejecutaron. Desgraciadamente no creo que éstos sean los últimos atentados.
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