Jueves, 23 de agosto de 2007. Año: XVIII. Numero: 6458.
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LA 'GUERRA CONTRA EL TERROR' / El presidente de EEUU reescribe la Historia y alega que el repliegue de las tropas en el país asiático provocó «la agonía de millones de ciudadanos inocentes». / Mueren 14 de sus soldados en Kirkuk
Bush dice que retirarse de Vietnam fue un error y que por eso no saldrá de Irak
Declara ante los veteranos que 'millones de inocentes pagaron que EEUU se fuera del país asiático' / Su discurso coincide con la muerte de 14 'marines' al estrellarse un helicóptero, el mayor número de bajas en un día desde 2005
CARLOS FRESNEDA. Corresponsal

NUEVA YORK.- George W. Bush llegó ayer más lejos que nunca a la hora de justificar la permanencia en Irak. El presidente estadounidense reescribió a su manera la Historia y criticó la retirada de Vietnam, alegando que el repliegue norteamericano provocó «la agonía de millones de ciudadanos inocentes». «Al cabo de tres décadas hay un debate legítimo sobre cómo entramos en la guerra de Vietnam y cómo salimos», dijo Bush ante cientos de veteranos en Kansas City, Misuri. «Cualquiera que sea la posición que uno tome en este debate, un legado irrebatible de Vietnam es el precio de la retirada de América».

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Bush desempolvó los fantasmas de los «campos de exterminio» y de los «campos de reeducación» como consecuencia de la retirada del Vietnam y defendió a toda costa la permanencia indefinida en Irak, el mismo día en que 14 soldados norteamericanos morían tras estrellarse un helicóptero Black Hawk en el norte del país. La muerte de otro soldado en Bagdad convirtió el día de ayer en el más trágico para las tropas norteamericanas desde enero del 2005. Además, 37 civiles iraquíes murieron y 81 resultaron heridos en la explosión de un coche bomba en la ciudad de Baiji.

El discurso de ayer fue el primero de una nueva ofensiva de la Administración Bush para allanar el terreno al general David Petraeus, que comparecerá a mediados de septiembre en el Congreso para dar cuenta sobre los resultados de la «nueva estrategia» de Irak, tras los refuerzos que han elevado el número de soldados a 160.000.

Ayer, recogiendo el envite de la guerra de Vietnam, el portavoz demócrata en el Senado y candidato presidencial, Joe Biden, replicó de esta manera a Bush: «Es la política del presidente la que nos está llevando a otro momento como el de Saigón, con los helicópteros sobrevolando nuestra propia embajada, algo que él mismo ha dicho que quiere evitar a toda costa».

El discurso de ayer de Bush, con las sangrantes imágenes de fondo, provocó una cierta consternación entre los analistas políticos, que esperaban una defensa más pragmática y menos ideológica de la permanencia en Irak. El portavoz de la Casa Blanca, Gordon Johndroe advirtió con antelación que Bush pondría la guerra contra el terror «en un contexto más amplio». No hubo referencias esta vez a la Alemania nazi, como en ocasiones anteriores, pero sí a la amenaza de Japón durante la II Guerra Mundial y a la Guerra de Corea. «Hay muchas diferencias entre las guerras que luchamos en el Lejano Oriente y las que estamos luchando hoy», admitió Bush. «Pero una similitud importante es que se trata en el fondo de guerras ideológicas».

«Los militaristas de Japón y los comunistas de Corea y de Vietnam estaban dirigidos por una visión despiadada del orden de la Humanidad», dijo Bush. «Mataron americanos porque nos interpusimos en su camino y en su intento de imponer su ideología por la fuerza sobre otros».

El presidente norteamericano recordó la rendición de Japón y cómo muchos dudaron en su día de la capacidad del país para transformarse en una democracia. «Entonces, como ahora, los críticos argumentaron que algunos pueblos no son aptos para la libertad», dijo ayer Bush. «Hoy, desafiando a los críticos, Japón permanece en alto como una de las grandes sociedades libres».

«Los ideales e intereses que llevaron a que EEUU ayudara a los japoneses a convertirse en una democracia son los mismos que nos llevan a seguir comprometidos en Afganistán e Irak», concluyó Bush, que se trasladó después a la península coreana, y se refirió nuevamente a «los críticos que argumentaron que aquella guerra era inútil, que nunca deberíamos haber mandado nuestras tropas».

«Aunque es cierto que la Guerra de Corea atravesó dificultades, América nunca faltó a su palabra», agregó Bush. «Sin la intervención americana durante la guerra y nuestra decisión de prestar apoyo a Corea del Sur después, millones de surcoreanos estarían viviendo ahora bajo un régimen brutal y represivo (...). La estrategia de defensa que se negó a entregar a los surcoreanos a un vecino totalitario ayudó a crear un tigre asiático que hoy es un modelo de desarrollo para todo el mundo, incluido Oriente Próximo».

El repaso histórico recaló entonces en Vietnam, y Bush llegó a decir que aquella retirada ha servido a la larga para «envalentonar» a los terroristas de hoy y poner en un compromiso la credibilidad de EEUU. El presidente recordó que fue el propio Bin Laden quien instó a los norteamericanos a levantarse contra la Guerra de Irak como en su día contra la Guerra del Vietnam.

«Aquí, en casa, algunos pueden argumentar que la retirada de Vietnam no tuvo un precio para la credibilidad americana, pero los terroristas lo ven de otra manera», dijo Bush, en su último y renovado intento de dar la vuelta a las encuestas. A estas alturas, el 64% de los norteamericanos se opone a la guerra y el 53% afirma no tener confianza en lo que pueda decir el general Petraeus en su inminente examen de septiembre.

El presidente Bush ha decidido este año recortar sus vacaciones en el rancho de Crawford para dar el nuevo impulso a su política de Irak. La próxima semana, en otro escenario militar a su medida (la reunión anual de la Legión Americana), Bush irá más allá en su visión de futuro para Irak.

El presente se escribió ayer con el accidente del helicóptero en Kirkuk que se cobró la vida de 14 soldados. Según un portavoz militar, no hay indicios de que se tratara de un ataque con «fuego hostil» y todo hace pensar en un fallo mecánico. El Pentágono ordenó ayer la apertura de una investigación del accidente, el más trágico desde enero de 2005, cuando murieron 31 marines en otro accidente similar. Tras las muertes de ayer (incluida la de otro soldado en combate al oeste de Bagdad), la cifra provisional de soldados norteamericanos muertos es de 3.715.

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