Viernes, 24 de agosto de 2007. Año: XVIII. Numero: 6459.
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BALANCE EN EL ELISEO / El presidente francés bate su récord de popularidad al alcanzar el apoyo del 65% de los ciudadanos / La reforma de la seguridad social y del contrato laboral serán la prueba de fuego de su gestión
Sarkozy cumple 100 días sin desgastar su imagen
ASUNCION SERENA. Especial para EL MUNDO

PARIS.- Nicolas Sarkozy desconoce las maravillas del dolce far niente. Ya lo dijo nada más llegar hace 100 días al Elíseo: No estoy aquí «para durar» sino «para actuar y deprisa», «haremos todas las reformas al mismo tiempo y no una detrás de otra». Los ciudadanos franceses, ricos y pobres, de derechas y de izquierdas, siguen dispuestos a ofrecerle su confianza después de estos primeros 100 días de Gobierno, como refleja el apoyo masivo del 65% que obtiene en las últimas encuestas, una muestra de su alta popularidad. Entre los votantes de la izquierda, hasta un 43% se muestra favorable a la gestión del nuevo presidente de la República.

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Las polémicas de este verano creadas tras la intervención ante el coronel Gadafi para la liberación de las enfermeras búlgaras encerradas en Libia, o las críticas por las lujosas vacaciones pagadas por amigos millonarios, o incluso la amenaza de crisis financiera llevan asociados algunos de sus golpes de efecto.

Cecilia.

Muchos han pedido explicaciones por la presencia de su esposa Cecilia Sarkozy en Trípoli, acompañando a las enfermeras de regreso a Bulgaria, sobre la ausencia de su esposa del colegio electoral el día de las elecciones a la presidencia de la República, o por su plantón a George W. Bush durante las pasadas vacaciones. La actitud de la primera dama ha servido como una forma de atacar a Nicolas Sarkozy pero, de momento, la batalla está perdida.

Hiperactividad.

Nicolas Sarkozy no vive más que para la acción y lo ha demostrado durante sus 100 primeros días en el palacio del Elíseo. La misma tarde de su toma de poder, Sarkozy estaba en Alemania para tratar con Angela Merkel el relanzamiento de la Europa renqueante desde el no de Francia al Tratado de Constitución, y el futuro de Airbus. Dos días después, estaba en Toulouse reunido con lo sindicatos de la constructora aeronáutica para tranquilizarlos sobre la adopción de un acuerdo que permita salir a Airbus de la crisis, y prometerles un proyecto de ley que prohíba los paracaídas dorados que se conceden los grandes patrones cuando son despedidos.

Reformas.

Sarkozy diseñó una estrategia de apertura bien marcada, ofreciendo cargos a simpatizantes y líderes de la izquierda, como Bernard Kouchner, Fadela Amara o Jean-Marie Bockel, entre otros. Justo ayer, almorzaba en un restaurante parisino con François Chérèque, el líder de la principal federación sindical, la CFDT, con el fin de lanzar las tres conferencias sociales programadas a partir de septiembre. Tratarán sobre las condiciones de trabajo, sobre la igualdad profesional y salarial hombres-mujeres y sobre los salarios y el poder adquisitivo.

Sin vacaciones.

Ni siquiera durante los 15 días de vacaciones que se ha tomado este verano ha sido capaz de desconectar: ha visitado la finca de los Bush, volvió en un viaje relámpago a París para asistir al funeral del cardenal Jean-Marie Lustiger, envió una carta a Angela Merkel para pedir la transparencia de los mercados en plena crisis bursátil... Y a la vuelta, una agenda bien nutrida para el primer día de trabajo, y el anuncio en persona del endurecimiento de la ley contra los delincuentes sexuales para hacer frente a la ola de emoción y escándalo que ha sacudido Francia tras la violación de un niño de cinco años.

'Sarko', el salvador.

Que se muere un patrón pesquero tras la colisión entre su barco y un carguero, Sarkozy va a su entierro en el Finisterre y asegura que hará «todo para que los culpables sean juzgados en Francia». Que se cumplen 2.000 días del secuestro de Ingrid Betancourt en Colombia, Sarkozy llama a sus hijos para renovar su compromiso personal en la liberación de la candidata presidencial franco-colombiana.

Apretada agenda.

Hoy ha hecho madrugar a todos los ministros, que tendrán que estar a las 8.30 horas puntuales en el palacio del Elíseo para asistir al consejo de ministros, adelantado para que Sarkozy pueda viajar al suroeste. Allí, en poco más de cuatro horas, piensa reunirse con comerciantes de Arcachon para hablar del progreso del turismo tras un verano de capa caída. También se personará en San Juan de Luz para tratar con los pescadores de sus problemas. Luego, en Bayona, asistirá a la presentación de las unidades movilizadas en la lucha contra el terrorismo con los que analizará la lucha contra ETA.

Horas difíciles.

A partir de ahora comienzan las horas más duras: la reforma de la seguridad social o el contrato único de trabajo. Si la crisis económica se confirma y el Gobierno no puede contar con el crecimiento del 2,25% de la economía francesa en 2007, en el que están basados los presupuestos recientemente diseñados, Nicolas Sarkozy tendrá que endeudar todavía más al país para hacer frente a todas sus promesas. Incumplirá así los compromisos con Bruselas sobre la reducción del déficit para reequilibrar las cuentas en 2012.

En marzo se celebran elecciones municipales. Entonces Sarko pondrá a prueba la acción de estos meses. De momento, cuenta a su favor con un apoyo casi incondicional de la mayoría de los ciudadanos, ha ocupado todo el espacio mediático con su persona y el Partido Socialista se encuentra todavía sin rumbo.


REFORMAS REALIZADAS

Fiscal. Se han reducido los impuestos del tipo individual del 60 al 50%. El impuesto por herencia ha sido virtualmente abolido.

Educación. Las instituciones universitarias podrán gestionar sus finanzas en cinco años, incluyendo el derecho a atraer académicos con salarios competitivos.

Laboral. Los trabajadores en huelga deberán identificarse 48 horas antes del paro. Los servicios mínimos no están garantizados por ley.

Justicia. Los menores de más de 16 años serán tratados como adultos en ciertos delitos.

INICIATIVAS FUTURAS

Laboral. La reforma del mercado de trabajo prevé liberar a las empresas de las rígidas condiciones de empleo, con un contrato laboral más flexible y negociado entre la patronal y los sindicatos.

Empleo público. Los trabajadores de empresas públicas se benefician de jubilaciones anticipadas y un sistema de pensiones fijados en la posguerra. El Gobierno quiere reformar este costoso sistema, junto al de pensiones, para enero.

Sindicatos. Se revisará su derecho a asistir a los trabajadores en las negociaciones laborales, así como en los sistemas de salud y desempleo.

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