«Yo me he reunido justo antes de las vacaciones con el señor Zapatero, que había regularizado a cientos de miles de inmigrantes clandestinos, y que lo lamenta hoy amargamente, y que en todo caso se ha comprometido a no volver a hacerlo», señaló. Fillon cometió esta indiscreción a lo largo de una entrevista a la cadena de televisión francesa TF-1.

El primer ministro galo se aferró de esta forma al ejemplo español para justificar el endurecimiento de su política de extranjería, tanto en las repatriaciones como en la reagrupación familiar.

Desde España la réplica se la dio el titular de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Angel Moratinos, que no se atrevió a desmentir directamente a Fillon, pero realizó una encendida defensa de la legalización. «Yo creo que la regularización de inmigrantes fue un gran éxito en España. Muchos países lo han reconocido y es un modelo porque se hizo a través del diálogo; se respetó lo que eran los acuerdos con los agentes sociales, económicos y sindicatos; y, lo más importante, se hizo legales a aquellos que trabajaban para el desarrollo económico de España, y que eran tratados como no ciudadanos», destacó el titular de Exteriores desde Santander.

A pesar de su «éxito», el Gobierno de Zapatero se ha comprometido por activa y por pasiva a no volver a repetir la regularización, que despertó fuertes críticas no sólo del Gobierno francés, sino también desde los ejecutivos holandés y alemán. Uno de los más duros fue el entonces ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, que parece haber encontrado relevo ahora en Fillon.

Desde las filas populares aprovecharon ayer para pedir al presidente del Ejecutivo que las excusas que está ofreciendo a otros gobiernos europeos las presente también a los ciudadanos en el Congreso.

«Es evidente que el proceso de regularización masiva de inmigrantes ha sido un auténtico fracaso. No ha conseguido su objetivo de parar la inmigración ilegal, que sigue creciendo cada día», destacó el secretario ejecutivo de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga. A su juicio, la legalización no logró su propósito, ya que la bolsa de sin papeles en España no ha hecho más que aumentar y ya supera el millón.

Elorriaga también relató que cada vez que el Gobierno español acude a las cumbres europeas para pedir más ayuda, sus socios le recuerdan la regularización emprendida en 2005. Así sucedió durante la cumbre de Helsinki cuando Zapatero reclamó más medios para la Agencia Europea de Fronteras y el entonces presidente francés, Jacques Chirac, le echó en cara la legalización de cientos de miles de sin papeles. También sucedió en la cumbre de Tampere cuando Alemania se negó a dar más dinero y argumentó: «España no se va a hundir por 25.000 inmigrantes que lleguen a Canarias».

En defensa del presidente del Gobierno salió ayer la ONG ecuatoriana Rumiñahui, quien aseguró que Fillon se está escudando en Zapatero para justificar su «fracaso» en inmigración. Desde la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) mostaron su «sorpresa» por las palabras del dirigente galo, puesto que desde el Ejecutivo se les ha trasladado varias veces que el proceso de regularización fue «muy exitoso».

25/9/2005. «Un gran país amigo de Francia decide una regularización masiva. Como estamos en el espacio Schengen envía a los otros países de Schengen a las personas que acaba de regularizar. No podemos aceptar una política así sin que ni siquiera nos hayan advertido».

9/9/2006. «No se le puede decir a Europa que yo decido por mi cuenta regularizar a 500.000 inmigrantes clandestinos y luego pedir socorro cuando se trata de asumir las consecuencias de estas regularizaciones masivas».

14/9/ 2006. «La regularización ha creado un 'efecto llamada' que motiva que el Gobierno español no pueda controlar actualmente el flujo de redes clandestinas».

19/9/2006. «España se ha dado cuenta de la catástrofe que ha provocado. Por su culpa se ha producido una explosión de las demandas de regularización».