La revisión del Euribor al alza por vigésimo tercer mes consecutivo dará un nuevo disgusto a las decenas de miles de españoles que tienen suscrita una hipoteca cuando, en los próximos días, se actualicen sus cuotas. En una hipoteca media, se calcula que la mensualidad se incrementará en cerca de 90 euros. El indicador del precio del dinero al que están referenciados la mayor parte de los créditos de vivienda en España terminará agosto con una nueva subida, esta vez de 0,1 puntos, y cerrará el mes en el 4,66%, o lo que es lo mismo, en niveles similares a los de hace siete años. El lógico retraimiento en el consumo que cabría deducir de estos datos abona el fantasma de la crisis, y ello podría empujar al Banco Central Europeo a tener que cambiar de política e interrumpir en los próximos meses el incremento de tipos.
Junto a la subida del Euribor hay otros datos que abonan el pesimismo. En primer lugar, el que se refiere al incremento de precios de alimentos básicos como la harina o los huevos, que en el conjunto de la Unión Europea ha crecido un 75% y un 28%, respectivamente, en los últimos meses. El otro tiene que ver con la propia economía española. Según las dos principales agencias de calificación crediticia, nuestra etapa de crecimiento camina hacia un «final abrupto». Moody's y Standard & Poors coinciden en subrayar la sobredependencia que la economía nacional tiene del mercado inmobiliario. Las dificultades de éste, unido a la repercusión que se prevé pueda tener en Europa la crisis de Estados Unidos, podrían acabar con el actual ciclo de bonanza.
Mientras los indicadores económicos encienden las alarmas, tres años después de que el Gobierno prometiera medidas para facilitar el acceso a la vivienda -lo que podría haber ayudado a atenuar la burbuja inmobiliaria-, todavía se discute en el Ejecutivo cómo impulsar el alquiler. La ministra Chacón aboga por las deducciones fiscales a los arrendatarios, pero el vicepresidente económico, Pedro Solbes, se opone, ya que vaticina que la medida se traduciría en un aumento de los precios de alquiler. Entre tanto, se calcula en tres millones el número de pisos vacíos. Ese volumen sólo se explica por la falta de seguridad jurídica del arrendador, que ante la falta de garantías y las duras condiciones que le impone la ley, prefiere no entrar en el mercado.
El Euribor, la construcción, el alquiler... Queda claro que la vivienda está en el centro de nuestra economía, que ha sido la causa de su despegue y que puede ser también la de su descalabro.
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