PARIS.-
Los cuatro etarras detenidos ayer en una vivienda en la localidad francesa de Cahors tenían en su poder dos recipientes adecuados para llenarlos con hasta 200 kilos de explosivo cada uno, según indicó el fiscal adjunto antiterrorista de París, Jean-Michel Bourles.
Alguno de los recipientes estaba ya cargado de explosivo, aunque a falta de introducirle los detonadores y el sistema de iniciación. Se trata de un tipo de bomba que se utiliza dentro de los coches para orientar las onda expansiva hacia un determinado objetivo y provocar así daños mayores.
El magistrado Bourles se desplazó a la casa de Cahors para hacer un seguimiento de la operación llevada a cabo por las policías francesa y española declaró que la casa contenía «todo lo necesario para crear cargas explosivas importantes que podían provocar explosiones enormes», informa Efe.
El experto judicial antiterrorista coincidió con Rubalcaba en la importancia de la operación y consideró que «va a generar una desorganización del aparato de ETA durante un tiempo». No obstante, recordó que «es evidente que ETA tiene la costumbre de volver a formar muy rápidamente a otras personas para ese tipo de misión».
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