El líder del PP aseguró que la única posibilidad que tienen los terroristas para lograr sus objetivos es que «alguien esté dispuesto a negociar con ellos a cambio de dejar de matar». Rajoy recalcó que aceptar estas negociaciones es un grave error y se comprometió a que si llega al Gobierno «no se negociará nunca más con organizaciones terroristas».

Con este mensaje, lanzado en un acto de partido en el castillo de Soutomaior, el presidente de los populares dio inicio al curso político, mostrándose convencido de que ganará las próximas elecciones generales y sustituirá a Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno.

Rajoy hizo una encendida defensa de la labor de oposición llevada a cabo por su partido en materia de lucha antiterrorista, tras lo cual insistió en que no basta con que Zapatero «prometa ahora firmeza» porque «a ETA no le dañan las palabras, sino los hechos».

Por ello, reivindicó la recuperación de la Ley de Partidos que es, en su opinión, «lo que verdaderamente preocupa a los terroristas», y exigió al presidente «iniciar desde ya» los trámites para ilegalizar ANV.

«He intentado convencer al presidente», afirmó Rajoy, «de que no se podía negociar con una organización terrorista y creo que Zapatero confundió sus deseos con la realidad, que es el más importante de los errores que puede cometer un dirigente».

Centrándose ya en el nuevo curso político y dando por hecho que el PP ganará las próximas elecciones generales, Rajoy defendió la necesidad de «recuperar consensos» y prometió pactar con los socialistas en materia territorial, en la lucha antiterrorista, en política exterior, en el Estado de bienestar y en la inmigración. El líder popular también prometió modificar la Ley electoral para que gobierne la lista más votada.

Ante 2.500 militantes congregados en los jardines del castillo, el líder del PP afirmó: «Lo único que tengo en la cabeza es ganar las elecciones generales. Las vamos a ganar, igual que hemos ganado las municipales».

Rajoy anunció un periplo por España para explicar sus propuestas, algunas de las cuales adelantó ayer. Frente a los «bandazos», «ocurrencias» e «improvisaciones» que jalonan la política de Zapatero, que llegó al Gobierno «sin un programa» que ejecutar, el líder conservador indicó que con el PP todos sabrán cómo va actuar La Moncloa, ya que su reto es «responder a las necesidades» de los españoles y enterrar el «ideologicismo» del PSOE.

«Ofrezco un Gobierno eficaz y fiable», aseguró estableciendo una comparación entre las comunidades que gobierna el PP y las que están en manos de los socialistas, «que no dé bandazos y genere seguridad, un Gobierno con un programa conocido, desde el que se hace justicia, se es neutral y se trata a todos por igual».

«Desde el PP», añadió, «queremos una España con ciudadanos libres, iguales y con más riqueza. No queremos discriminaciones por condición económica o lugar de residencia» y, en consecuencia, prometió, no suscitar enfrentamientos «ni por el agua, ni por la lengua, ni por la financiación, ni por las infraestructuras».