La operación policial contra ETA llevada a cabo ayer en Francia de forma conjunta por las fuerzas de seguridad españolas y del país vecino es sin duda el golpe más importante contra la banda terrorista después del fin de la tregua. Los cuatro etarras detenidos en Cahors, una localidad al sur de Francia, son miembros muy destacados de la banda terrorista y están detrás de la voladura de la T-4, del intento de atentado de este verano en Castellón con una furgoneta bomba y de los 115 kilos de explosivos que fueron abandonados en un coche cerca de Ayamonte (Huelva). Precisamente Ander Múgica, el terrorista que abandonó este vehículo y posteriormente una bolsa con material explosivo en un taxi en Torreblanca (Castellón) al avistar un control policial, se encuentra entre los detenidos. Es obvio que las fuerzas de seguridad españolas habían logrado muchos datos sobre Múgica y probablemente seguían de cerca sus pasos hasta que lo descubrieron literalmente con las manos en la masa.
El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, informó que los detenidos preparaban un coche bomba en el mismo momento de ser capturados, por lo que ya son seis los atentados inminentes que han evitado las policías española y francesa desde el fin de la tregua. Las detenciones que más daño le hacen a la banda terrorista -porque golpean de lleno el núcleo duro de su estructura operativa y criminal- son las de Luis Ignacio Irruretagoyena, considerado el mayor experto en fabricación de armas y explosivos de la banda y Ohian Barandalla, a quien el ministro identificó como «el lugarteniente» de Txeroki, jefe militar de ETA. Barandalla participó en el robo de las 350 pistolas en Francia cuando la banda todavía mantenía teóricamente el alto el fuego. Con las detenciones de ayer, ya son 26 los terroristas arrestados desde el final de la tregua.
Hace sólo unos días, con motivo de unas declaraciones muy contundentes del presidente Zapatero en las que afirmaba que el Gobierno sería implacable con ETA, decíamos en estas mismas páginas que lo que le hace daño a los terroristas no son los discursos, sino los hechos. Los hechos de ayer, por los que hay que felicitar a la Guardia Civil, a la Policía y a los responsables políticos del Ministerio del Interior, son fundamentales para el debilitamiento de una banda criminal que se veía a sí misma crecida tras la equivocada gestión del mal llamado proceso de paz por parte del presidente del Gobierno.
Afortunadamente, todas las fuerzas políticas democráticas reaccionaron ayer al unísono felicitando a las fuerzas de seguridad. Seguramente la actuación policial sostenida y sin cuartel es la mejor fórmula para la imprescindible unidad contra el terrorismo. Al PP, que ayer felicitó a las fuerzas de seguridad, no le deberían doler prendas en admitir que el tándem Rubalcaba-Mesquida está logrando éxitos importantes en el combate contra ETA. Y ello no es incompatible con pedirle al Gobierno -como ayer hizo Mariano Rajoy- que aplique la Ley de Partidos y pida la ilegalización de ANV, cuyos concejales se han negado a condenar los últimos atentados.
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