Un golpe de viento de Levante envió ayer al mar embravecido del Estrecho a los 16 tripulantes del pesquero Nueva Pepita Aurora. Ocho fueron rescatados con vida, mientras que tres más fueron hallados ya fallecidos. Al cierre de esta edición, un dispositivo formado por 500 personas peinaba las olas en busca de cinco desaparecidos más. Ocurrió poco antes de las dos y media de la tarde. Minutos después la pena inundaba Barbate. «Era un barco moderno, pero con el mar nunca se sabe», aseguró el alcalde del municipio gaditano, Rafael Quirós. El naufragio sorprendió a las víctimas mientras dormían de regreso al puerto.
El motivo exacto del vuelco está todavía por concretar, si bien los pescadores que faenaban en la zona apuntan a un golpe brusco de aire, que entonces soplaba a 100 kilómetros por hora. Al filo de las 15 horas, con la costa gaditana en alerta naranja por el fuerte vendaval, la estación Costera de Pesca recibió una llamada de socorro del pesquero Moby Dick que apuntaba que un golpe de mar había tumbado un pesquero, según la Subdelegación del Gobierno de Cádiz.
Fueron precisamente, los marinos de una nave hermana, la Benamahoma, los que primero acudieron al rescate de los accidentados, que se hallaban a 14 millas de la costa. En un primer momento, intentaron reflotar la embarcación, aunque la intensidad del viento descartó esta posibilidad. La nave se quedó «boca abajo y con una cámara de aire». Otros marineros trataron de acceder a las cabinas por otros métodos, también sin éxito, según fuentes gubernamentales.
El Benamahoma llegó a tierra con siete de los rescatados vivos tres horas después del siniestro. Uno de ellos fue trasladado al Hospital de Puerto Real con síntomas de hipotermia, sufría de hipoglucemia y dos más presentaban heridas leves. Del resto no se facilitaron detalles sobre su estado de salud.
Sancionado por Marruecos
Se da la circunstancia de que el Nueva Pepita Aurora había sido sancionado en junio por faenar en aguas territoriales marroquíes.
Ayer, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) indicó que los supervivientes que llegaron en el pesquero barbateño, entre los que se encontraba el patrón del Nueva Pepita Aurora, José Vega, «no revisten gravedad». Menos suerte tuvo la tripulación del García Lara, que sacó inermes los cadáveres de dos marinos. Los servicios de rescate encontraron flotando en la zona a otro finado, pero su cuerpo llegará, previsiblemente, a primeras horas de hoy al puerto.
La conmoción que ha causado el naufragio en la costa gaditana ha sido desoladora. Desde que se tuvo conocimiento del siniestro, familiares y amigos de los tripulantes se arremolinaron en las inmediaciones de la lonja a la espera de noticias. La Cruz Roja habilitó la Unidad de Catástrofes del Campo de Gibraltar, un hospital de campaña con atención psicológica para calmar a los allegados.
Salvamento Marítimo envió el avión Serviola II, que salió de Jerez, y los buques Salvamar Alkaid y Salvamar Dube, mientras que el Ejército del Aire envió dos helicópteros que siguieron actuando en la zona junto a otro helicóptero de Salvamento Marítimo encargado de las labores de búsqueda de los náufragos, informó la Subdelegación gaditana.
También continuaron actuando dos patrulleras de la Guardia Civil, una de ellas con un grupo de buzos , y el remolcador Don Inda, enviado por Salvamento Marítimo, con más buceadores.