Las especulaciones sobre su posible incorporación al equipo de Mariano Rajoy como candidato estrella para los próximos comicios se desataron tras anunciar Rato por sorpresa, el pasado 28 de junio, su decisión de abandonar el FMI cuando todavía le quedaban dos años de mandato.

Había pasado sólo un mes desde que el PP ganara las elecciones municipales y autonómicas, y en el partido mucha gente vinculó la decisión del ex ministro de Economía y Hacienda con su vuelta a la arena política.

Aunque el propio director gerente del FMI dejó claro (en sus declaraciones a EL MUNDO y a El País) que los motivos de su dimisión al frente del organismo internacional no tenían nada que ver con supuestos planes políticos, sino con su deseo de estabilizar su vida personal y familiar, la clase política dio por hecho que regresaba para incorporarse a la dirección del PP.

La especulación fue en aumento durante los meses posteriores. No sólo desde la militancia del PP, sino también desde sectores económicos y financieros, se alimentó la vuelta de Rato como la baza más segura de Rajoy para ganarle las elecciones a Zapatero.

Las encuestas (ver la última publicada por EL MUNDO el pasado día 3) no sólo dan un empate técnico entre el PSOE y el PP a sólo seis meses de los comicios, sino que reflejan la alta valoración de Rato tanto entre los votantes del PP como en el conjunto de los ciudadanos.

En ese contexto, y con el mar de fondo de la nueva ofensiva de Alberto Ruiz-Gallardón para estar presente en las listas del partido, el líder del PP desveló el pasado lunes que la posible incorporación del gerente del FMI estaba pendiente de «conversaciones privadas» sobre cuyo contenido no quiso dar detalles.

Sin embargo, las fuentes consultadas por este periódico señalan que entre Rato y el líder del PP no ha vuelto a haber ninguna conversación desde la que mantuvieron el pasado 28 de junio, cuando aquél le informó de su decisión de abandonar el FMI tras la Asamblea General del organismo que tendrá lugar este mes de septiembre.

Según las mismas fuentes, Rato se vio sorprendido por las declaraciones del presidente del PP, ya que dan pábulo a la hipótesis de que el carismático dirigente pueda ser una de las caras del cartel electoral popular del próximo mes de marzo.

«Hay que perder toda esperanza de que eso sea así», dijeron las fuentes con absoluta rotundidad. «Cuando Rato dijo en junio que no volvería a la política, estaba diciendo la verdad, no lanzando cortinas de humo. Desde entonces, no ha habido nada que le haya hecho cambiar de opinión», aseguran para despejar cualquier tipo de duda al respecto.

Según parece, el todavía responsable del FMI tiene ya prácticamente cerrada su incorporación al consejo de un gran banco internacional (no español), lo que, naturalmente, imposibilitaría no sólo su candidatura, sino incluso su participación política activa en actos de la campaña electoral del PP.

«Una cosa es que Rato diga que es militante del PP y que diga que votará al PP y otra que aparezca en actos como mítines en la próxima campaña. Eso también hay que descartarlo», dijeron personas cercanas a quien fue vicepresidente económico durante los gobiernos de Aznar.

De hecho, la relación entre Rajoy y Rato, que ha sido formalmente cordial, se enfrió después de que en agosto de 2003 Aznar optara por el gallego como candidato en detrimento del que era considerado entre la militancia como «sucesor natural».

Desde que Rato se incorporó a la dirección del FMI, los contactos entre ambos han sido mínimos. «Rajoy ha hecho el equipo y la política que ha creído convenientes sin contar con Rato, lo cual es absolutamente legítimo y natural», señalan las fuentes. «Volver en las actuales circunstancias sería absurdo. Rato está en otra circunstancia personal, ha pasado página y, aunque le siga apasionando la política, no aceptará estar en las listas aunque se lo pidan, lo que, por cierto, aún no ha sucedido», comentan personas de su círculo.

La decisión de Rato despeja muchas dudas en el PP, pero también deja el camino abierto a las aspiraciones de otros líderes populares que sueñan con el ansiado número dos de la lista por Madrid.

Rajoy, por su parte, quiere demostrar que es capaz, sin necesidad de recurrir a fichajes estrella, de ganar las elecciones generales. El pasado martes, en la reunión con su grupo parlamentario, advirtió que los comicios municipales y autonómicos los había ganado él con su actual equipo y también dijo que ahora se siente «mejor que nunca». Además, advirtió que las personas de las listas para las próximas elecciones serán las que a él y al PP le interesen. Rato no será una de ellas.