El objetivo del atentado era el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, que ayer visitaba Batna, situada a unos 370 kilómetros al sureste de Argel. El kamikaze no logró su objetivo, pero tiñó de sangre la ciudad. Quince personas murieron y otras 74 resultaron heridas.
El terrorista suicida -cuya identidad se desconocía al cierre de esta edición- se hizo explosionar en el centro de la ciudad. Horas antes, había disimulado la bomba en una bolsa de plástico con la que se acercó a la multitud, junto a una mezquita, que esperaba la llegada del presidente.
Antes de que el jefe del Estado pasara por esa zona, la gente que le rodeaba advirtió su nerviosismo. El terrorista activó entonces el mecanismo sin esperar a que el presidente llegara al lugar.
Los vecinos de Batna quedaron conmocionados. La multitud se vio presa del pánico. Tras la explosión, muchos simpatizantes de Buteflika permanecieron en las inmediaciones y recibieron al presidente con gritos de «¡viva la reconciliación nacional!». Buteflika acudió a visitar a las víctimas en el hospital de Batna. En un mensaje televisado a todo el país, arremetió después contra los criminales.
El presidente aludió a su política de reconciliación nacional y ofreció la gracia presidencial a los islamistas que se arrepientan o se rindan. Hasta ahora, unos 2.000 arrepentidos han sido excarcelados en el marco de esta política, además del abandono de las armas por parte de 300 milicianos.
«No renunciaré al proyecto político que hemos construido sobre la reconciliación nacional y la seguridad para todos los argelinos», afirmó en Batna el jefe del Estado.
Poco antes, se dirigió a un grupo de muyahidin (veteranos de la guerra de la independencia 1954/1962) para reafirmar que «la reconciliación nacional es una elección del pueblo argelino, una elección irreversible».
Abdelaziz Buteflika también ha subrayado que, pese a las reivindicaciones de sus autores, los actos terroristas no tienen «nada que ver con los nobles valores del islam».
Las autoridades argelinas han endurecido en los últimos meses su discurso contra los islamistas que rechazan entregarse en el marco de esta política de reconciliación. «Deben entregarse o morirán», declaró recientemente el ministro argelino del Interior, Yazid Zerhuni.
Este atentado tiene lugar cinco meses después de un ataque kamikaze en el que murieron 30 personas y que tenía como objetivo el palacio de Gobierno en Argel. En julio, en un atentado suicida con un camión bomba murieron 10 militares y 35 resultaron heridos en Lajdaria, uno de los nudos de comunicaciones al sureste del país. Todos estos ataques fueron reivindicados el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, la rama magrebí de Al Qaeda.
Por otra parte, un sitio web vinculado a la organización terrorista anunció ayer que su líder, Osama bin Laden, hará público en los próximos días un vídeo coincidiendo con el sexto aniversario de los atentados del 11-S.