El pánico se apoderó ayer de las Bolsas europeas, tras la publicación de los datos de empleo en los Estados Unidos (EEUU), con una destrucción de 4.000 puestos de trabajo en agosto. La cifra, la peor en cuatro años, significa que la crisis hipotecaria empieza a hacer mella en la economía estadounidense.
El Ibex 35 registró ayer la mayor caída desde que estalló la burbuja inmobiliaria al otro lado del Atlántico, con un recorte del 2,3%, perdiendo los 14.000 puntos. En concreto, el selectivo índice cerró en los 13.873 enteros, el nivel más bajo desde marzo. Dicho de otra forma: el parqué madrileño se encuentra en pérdidas anuales al acumular ya un retroceso del 1,93% en lo que va de ejercicio. Y todo ello, a pesar de que el Banco Central Europeo (BCE) mantuviese esta semana lo tipos de interés en el 4%.
El resto de las plazas europeas también acabaron la jornada en números rojos. El Cac 40 de París protagonizó los mayores descensos con un retroceso del 2,6%. El Dax de Fráncfort terminó con un recorte del 2,4% y el FTSE de Londres con un 1,9%.
El pesimismo y el nerviosimo también se notó de forma importante en Wall Street. Su principal indicador, el Dow Jones, arrancó la sesión en los 13.363 puntos. En cuestión de minutos se desplomaba 160 puntos y llegó a alcanzar un mínimo de 13.123 enteros. Acabó cerrando con una bajada de 249,97 puntos, o un 1,87%, a 13.113 unidades.
«El dato [del empleo en EEUU] ha sido demasiado malo, realmente preocupante, pues abre las puertas a una posible recesión», comenta Juan José Fernandez-Figares, de Link Securities, quien advierte que si la Reserva Federal (Fed) baja los tipos puede ser «contraproducente a corto plazo para las Bolsas pues muchos inversores se asustarían, pensando que se está desacelerando el crecimiento de EEUU».
Habría que irse hasta el pasado 16 de agosto para encontrar otra sesión llena de miedo e incertidumbre por la crisis crediticia. Sin embargo, es el Ibex español el único parqué cuyo nivel quedó ayer por debajo del mínimo registrado el pasado mes. La razón no es otra que su mayor ponderación a banca y construcción, los dos sectores más afectados por la crisis hipotecaria.
Bankinter lideró las caídas del selectivo al ceder el 6,14%, hasta los 10,25 euros. Los títulos de Banesto bajaron el 3,51%, hasta los 13,75 euros, mientras que los del Banco Popular lo hicieron el 3,37%, hasta los 12,89 euros.
Aunque en menor medida, los grandes bancos también perdieron posiciones durante la sesión: el Santander se dejó el 2,87%, hasta los 12,86 euros y el BBVA bajó el 2,44%, hasta los 16,36 euros.
En construcción, de nuevo Sacyr Vallehermoso protagonizó las mayores caídas con un recorte del 5%, hasta los 26,01 euros. La compañía que preside Luis del Rivero acumula un severo descenso. Los títulos han retrocedido nada menos que un 21,5% en el último mes.
Por detrás se sitúa ACS. Ayer, la constructora de Florentino Pérez se dejó en el parqué el 4,9% de su valor y cerró en los 36,29 euros.
Mientras, Acciona cerró con descensos del 4%, hasta los 170,5 euros; Ferrovial terminó la sesión con un recorte del 3,8%, hasta los 59,30 euros, y Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) acabó con una caída del 3,4%, hasta los 59,10 euros.
Investigación
Y en medio del temor a los efectos de la crisis en la economía, ayer se conoció que la Comisión Reguladora del Mercado estadounidense (Sec) está examinando el papel de las agencias de calificación crediticia en la crisis de las hipotecas basura.
Los críticos con las tres mayores agencias de ratings, Standard & Poor's, Moody's Investors Service y Fitch Ratings, afirman que éstas no advirtieron adecuadamente a los inversores del riesgo de los valores respaldados por hipotecas, y señalan que las agencias también son vulnerables por el conflicto de intereses que supone recibir ingresos por parte de las compañías cuya deuda deben calificar.