Lunes, 10 de septiembre de 2007. Año: XVIII. Numero: 6476.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Toros
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
No se necesita un gobierno perfecto, se necesita uno que sea práctico (Aristóteles)
Haz Click Aquí
 DEPORTES
FORMULA 1 / Gran Premio de Italia
Alonso acosa a Hamilton
EL ESPAÑOL SE IMPONE CON SUPERIORIDAD EN MONZA Y RECORTA DISTANCIAS CON EL LIDER, QUE SOLO TIENE UNA VENTAJA DE TRES PUNTOS - EL INGLES RECUPERO UNA PLAZA AL FINAL CON UN ESPECTACULAR ADELANTAMIENTO SOBRE RAIKKONEN
JAIME RODRIGUEZ. Enviado especial

MONZA.- «¡Dios, Fernando, qué trafico infernal! Increíble, ¿llegaste en helicóptero?». La pregunta es de Lewis Hamilton a Fernando Alonso, ayer a las 10.45 horas, en medio de la caravana del equipo que domina el Mundial de Fórmula 1. El español responde con una sonrisa educada que «no», y saluda a su rival, también su compañero. Escena de diplomática convivencia entre los dos mejores pilotos del campeonato antes de salir a la pista a arañarse. Dos tipos distintos en un primer vistazo, similares cuando se visten para correr. Ambos, protagonistas del encarnizado Mundial, que llega a sus últimas cuatro carreras con la pareja en cabeza, tan sólo separados ahora por tres puntos.

Publicidad
Fernando Alonso dio un bocado ayer a la distancia para colocarse a un suspiro del inglés. Recortó todo lo que permite este reglamento tacaño con las victorias y generoso con la regularidad. El asturiano ganó en Monza de forma incontestable, siendo amo del circuito italiano, ante la decepción de los tifosi, dolidos con su Ferrari estropeado. Las banderas no bastaron, tampoco el recuerdo a Luciano Pavarotti mientras los pilotos daban la vuelta de presentación. La voz del Big de Módena atronando hasta el cielo un aria de Puccini levantó el ánimo de los hinchas. De nada sirvió la entrega, ante un equipo McLaren convertido en una apisonadora sobre el asfalto. El imperio de plata, amenazado en los tribunales, suma ya siete triunfos y afianza su liderato en la clasificación de pilotos y constructores. El título, con toda probabilidad, será de alguno de sus dos aspirantes, si la Federación Internacional no revienta el tablero con una expulsión del equipo.

«McLaren eres como la Juve», decía una pancarta de la tribuna de meta, equiparando el caso de espionaje donde se ahoga la escudería inglesa con el sistema de compra de árbitros que mandó a Segunda al club turinés. Sólo los despachos aparecen como el mejor aliado de un gigante, Ferrari, que sólo entiende las carreras como un escenario de éxito. Con éste, serían tres temporadas en blanco. Y quizá con un mismo culpable enfrente: Fernando Alonso, su azote.

El asturiano firmó la figura futbolera del hat-trick en el Gran Premio de Italia, el triplete de oro que reconoce al piloto que consigue la , la vuelta rápida en carrera y se lleva el gran premio. Ayer, el bicampeón sumó una corona de laurel más a sus ristra de victorias, 19 ya, escalando en la clasificación de las leyendas de su deporte. Acumula cuatro este año, más que nadie.

De los 14 puntos de diferencia que manejó con Hamilton tras Magny Cours, sólo le quedan tres por recortar. Podría ser líder, sin la extraña sanción de Hungría. Pero el inglés, en su año debut, quiere hacer historia. Está siendo un rival enorme, con una ambición voraz. Aunque ayer, durante dos vueltas estuvo tercero, por detrás de Kimi Raikkonen. Cayó en la trampa del finlandés.

Ferrari decidió jugársela con Raikkonen. Pensaban cubrir 257 kilómetros con sólo una parada y adelantar así a los dos McLaren, preparados para entrar en dos ocasiones en los boxes. «Fernando, debes apretar», pidieron al español por radio en la vuelta 25, cuando los 10,9 segundos de carga de combustible de Kimi (107 kilos) destaparon las cartas rojas italianas. Cómodo con su coche, afinado tras meses de trabajo en oscuridad, Alonso puso ritmo de guerra y se lanzó a por ese medio minuto de ventaja sobre Raikkonen que le garantizaba el liderato.

Cumplió el asturiano, mientras Hamilton le perseguía siempre a más de cinco segundos. El lo tendría peor cuando entrase a rellenar el depósito. Paró en la vuelta 40. Los mecánicos se apresuraron. Ruedas fuera, ruedas dentro. Combustible que cae y señal que se levanta. Sólo seis segundos. ¿Suficiente? No. Se reincorporó a la pista por detrás del piloto de Ferrari. El escenario entonces era de dulce para Alonso y una angustia para Hamilton. Con Raikkonen entre medias, la diferencia en el Mundial se ajustaba al máximo. Un solo punto entre los dos volantes de McLaren.

Alonso apretó el puño cuando vio la situación en la pantalla de su volante y siguió tragando curvas hasta el final. Sólo dos vueltas después, el orden de nombres en la tabla de tiempos se invertía. ¿Qué había pasado? Lewis Hamilton salió del callejón sin salida con un adelantamiento espectacular en la recta de meta, en el mismo lugar donde había protegido su territorio ante Massa. Allí, el brasileño le pasó por la izquierda, pero en la llegada a la estrecha chicane, Hamilton recuperó metros y resistió el duelo. El golpe se lo llevó el Ferrari y el inglés la segunda plaza. En la batalla, pisó los pianos por fuera del asfalto para volver a la pista tras el rastro de Alonso. En esta ocasión, el choque le costó caro al paulista, obligado a retirarse en la vuelta nueve.

En esa chicane, Hamilton sobrepasó a Raikkonen por fuera, con decisión y atrevimiento. Aprovechó el desgaste físico del finlandés, con el cuello dolorido tras el fuerte accidente del sábado, y el agotamiento de las ruedas del monoplaza de Maranello tras 19 vueltas con el deposito a rebosar. El rookie vio el hueco y coló el morro de su Mercedes sin contemplaciones. Llevaba varias vueltas marcando cronos de hasta dos segundos mejor, por lo que se sentía con el poder suficiente para intentar el asalto. Su maniobra le permitió salvar dos puntos ante el acoso en el campeonato de Alonso, su sombra implacable.


LAS CLAVES DE LA CARRERA

Salida. Mientras que Alonso supo conservar su posición, Hamilton dudó ante el acoso de Massa.

Retirada de Massa. El abandono del brasileño trastocó la estrategia ofensiva del Ferrari.

Aceleración. Alonso cimentó su triunfo en el tramo entre el primer y el segundo repostaje, cuando aventajó a Raikkonen en medio minuto.

Repostajes. Raikkonen apostó por sólo una parada en 'boxes', lo que le hizo perder mucho tiempo en la segunda parte de la carrera.

Adelantamiento. Lewis Hamilton fue segundo tras adelantar a un monoplza de Raikkonen demasiado cargado de combustible.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
 publicidad
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad