Los investigadores barajan la hipótesis de que los actuales dirigentes de la organización hayan formado una suerte de comando de atentados especiales.

Se trataría de un grupo de terroristas que recibe las órdenes de los jefes de la banda para la preparación de los atentados con más envergadura o con una pretensión táctica muy definida; atentados como el de la T-4, el de Castellón o éste dirigido contra la Delegación del Ministerio de Defensa de la capital riojana, cuya pretensión sería la de reforzar y confirmar la amenaza lanzada horas antes.

Respecto al atentado concreto de Logroño, la información que se desprende de la configuración y el trayecto seguido por el coche bomba desactivado ayer por la mañana por los Tedax, y que había sido cargado con 61 kilos de amonal, proporciona algunos elementos de interés para la investigación. De hecho, el vehículo utilizado para atentar fue sustraído -y su matrícula cambiada- el pasado día 3 en Francia, dos días después de la operación policial en la que fue localizado el cuartel general de la banda en Cahors. El Ministerio del Interior informó entonces de que habían sido arrestados Oihan Barandalla, al que asignó el cargo de lugarteniente de Txeroki -el jefe de comandos de ETA-, e Ignacio Iruretagoyena, considerado el mayor experto en explosivos de ETA.

Aproximadamente a las 23.00 horas del domingo, un comunicante anónimo llamó a Gara en nombre de ETA para avisar de que la banda había colocado un artefacto que iba a estallar media hora más tarde frente a la Delegación del Ministerio de Defensa de Logroño. Los efectivos policiales acordonaron la zona, pero no lograron avistar la bomba porque los terroristas evitaron especificar que no se trataba de un paquete sino que el explosivo estaba en el interior de un vehículo.

A las 23.30 horas, efectivamente, se escuchó una explosión. Se trataba del detonador que se había conectado pero que no había logrado activar la carga por culpa de una deficiencia en el cordón detonante. La ruptura de los cristales del coche permitió su identificación y su recuperación en buenas condiciones para ser investigado. Los expertos en explosivos comprobaron que los terroristas habían colocado en la parte posterior dos ollas grandes de tipo industrial y una garrafa que contenía cinco litros de líquido inflamable. Aproximadamente a las 06.00 horas, y con ayuda de un robot, los agentes lograron abrir el vehículo con total seguridad.

La matrícula del Ford Fiesta, cuyo robo fue denunciado el pasado día 3, fue falsificada con una troqueladora robada por dos etarras el 13 de mayo de 2002 en la localidad guipuzcoana de Usurbil.

Más talleres

El hecho de que la banda haya tardado tan poco tiempo en intentar un atentado de estas características tras la citada operación de Cahors, y los datos recogidos, llevan a deducir que ETA puede tener más talleres donde fabricar amosal y donde componer coches bomba.

Respecto a los lugartenientes de Txeroki y los expertos en el manejo de explosivos, o Iruretagoyena dejó este artefacto montado y se lo hizo llegar antes de su detención a otros militantes, o la banda tiene otros expertos capacitados para hacerlo. Fuentes policiales advierten, asimismo, de que el jefe de comandos cuenta con un par de hombres de confianza al margen del arrestado Oihan Barandalla, que responderían a los nombres de Asier Ezaiza y Aitzol Iriondo, éste último huido en 2002 cuando fue detectado el comando Zelatum.

Los investigadores que barajan la hipótesis de la existencia de un comando de operaciones especiales recuerdan en cualquier caso que, además de Barandalla, fueron hasta seis los terroristas que participaron en el secuestro en Francia de la familia propietaria de la furgoneta que estalló en Castellón hace un par de semanas, y que éstos no han sido arrestados.

Las Fuerzas de Seguridad admiten que el comando que ha colocado el coche bomba en Logroño podría haberse desplazado desde Francia y haber regresado al país vecino tras su instalación. Pero se inclinan por otra posibilidad que se ha dado en ocasiones anteriores cuando el objetivo ha sido La Rioja: un comando habría realizado una incursión desde el País Vasco, después de que un legal -miembro no fichado de la banda- hubiese traído el coche bomba desde la localidad gala en la que fue montado.

El secretario de Estado de Interior, Antonio Camacho, que compareció ayer para realizar el relato de los hechos y facilitar algunos datos, felicitó ayer a las Fuerzas de Seguridad por su «extraordinaria pericia» a la hora de desactivar los explosivos y advirtió a los miembros de la banda que han optado por el camino de la violencia de que «lo único que van a conseguir es la cárcel».