Domingo, 16 de septiembre de 2007. Año: XVIII. Numero: 6482.
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 ESPAÑA
EL NUEVO CURSO EN CATALUÑA (IV) / Los colegios privados
Carmelo Gónzalez tropieza dos veces en la misma piedra: la Generalitat
El padre que denunció que su hija no podía aprender castellano en la escuela pública se encuentra ahora, en una privada, con asignaturas sólo en catalán e inglés - En el centro le explican que reciben «presiones» gubernamentales
CAROL ALVAREZ

BARCELONA.- Lo denuncian los padres de alumnos que acuden a colegios privados, algunos de ellos centros elitistas y, en cualquier caso, sin concierto escolar. Varios centros concertados también justifican el desequilibrio en la enseñanza de las lenguas castellana y catalana, en favor de la que se considera propia de Cataluña, en la imposición del Govern. Lo cierto es que son muchas voces, pero hablan con la boca pequeña porque «no quieren líos» con la escuela, no quieren entorpecer el normal desarrollo de sus hijos, ni presiones o problemas en la escuela.

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Carmelo González tuvo problemas en 2005 con la escolarización de su hija de tres años de edad, que le negaban en lengua castellana. Se amparó en la Ley de Política Lingüística 1/1998, que en su artículo 21.2 afirma que los niños tienen derecho a recibir la primera enseñanza en su lengua habitual, ya sea ésta el catalán o el castellano.

Sin embargo, Carmelo sigue batallando por hacer cumplir la ley, después de que la Generalitat le haya denegado nuevamente un recurso a una resolución del centro contra su solicitud.

Su hija acabó el curso en el colegio de Sitges donde asistía a clases, en catalán, «porque no quería más problemas», cuenta Carmelo González. Con todo, la mala experiencia le llevó a cambiar a su pequeña de clase e inscribirla en un centro privado inglés, al igual que a su hijo pequeño, de tres años ahora, para que pudieran recibir una enseñanza con garantía de aprendizaje de la lengua castellana.

Su sorpresa estos días ha sido mayúscula: su hija mayor, que ya ha empezado Primaria, recibirá clases en inglés, toda la enseñanza prácticamente, y dos asignaturas de lengua catalana. De castellano, ni rastro en el horario escolar que han repartido estos días a los padres de alumnos.

Carmelo Gómez paga 650 euros por cada uno de sus hijos para que reciban enseñanza en el centro, y llevado por la perplejidad, acudió a la escuela para pedir explicaciones. Según Gómez, en las instrucciones educativas se indicaba que «es necesario para los niños que se familiaricen con su entorno lingüístico, donde se usa el catalán».

El padre pidió más explicaciones, y lo que le explicaron en el centro es que el catalán se ha de primar porque «es más difícil de aprender y es mejor iniciar antes la enseñanza» en esta lengua. También le señalaron que es el catalán la lengua del entorno social, pero la más inquietante explicación que le dieron es que «reciben presiones del Govern» para fortalecer el catalán en la escuela. Carmelo Gómez no sale de su asombro, y estudia recurrir a los tribunales para reclamar un derecho que le hurta el día a día del mundo educativo.

En otros centros escolares privados con enseñanza alemana o suiza, por ejemplo, también se ha detectado en los dos últimos cursos escolares una mayor presencia lingüística del catalán en detrimento de la enseñanza de lengua castellana, y es que la lengua vehicular de estos centros es siempre extranjera.

De hecho, uno de los padres afectados, que prefirió mantener el anonimato, denunció a este diario que la asociación de padres y alumnos de una escuela alemana de Barcelona se reunió el curso anterior con la dirección del centro para instarles a emplear libros de texto en castellano y no en catalán, y que la escuela les respondió que si querían otros libros, deberían reunir entre todos el importe total al que asciende el concierto educativo que mantienen con Educación. Otro padre consultado, que lleva a sus hijos a un colegio alemán sin concierto educativo, también dijo haber detectado una mayor presencia lingüística del catalán en las clases.

La Generalitat también cuenta con unas extensas instrucciones para la organización y el funcionamiento de los centros educativos privados de educación infantil y Primaria y de educación especial para el curso 2007-2008.

En su primer apartado, el que concierne a la organización general del centro, la Generalitat señala como un objetivo prioritario la consolidación de la lengua catalana «como eje vertebrador de un proyecto plurilingüe».

La elaboración por parte de cada centro de un proyecto lingüístico es una de las primeras instrucciones de la Generalitat, pero además se concretan los principales puntos que ha de contemplar tal proyecto. Reuniones escolares, informes y comunicaciones han de ser también en catalán.

En esta línea, la Generalitat establece que los centros privados han de desarrollar pautas de uso lingüístico favorables al catalán «para todos los miembros de la comunidad educativa», y debe garantizar que todas las actividades administrativas y las comunicaciones entre el centro y el entorno sea en lengua catalana, «sin perjuicio de que se arbitren medidas de traducción en el periodo de acogida en las familias del alumnado recién llegado».

Las instrucciones son idénticas para el desarrollo de la enseñanza en centros de educación infantil, Primaria y educación especial. Desde el sector educativo, se admite que todo queda un poco al arbitrio de cada centro y de su adaptación a las circunstancias del alumnado, lo que en muchos casos acarrea que la hora extra que contempla el sistema educativo se imparta en lengua castellana en los centros educativos.

Desde Ciutadans se denuncia que la lengua que la normativa establece como única para la comunicación entre la escuela y la familia del alumnado sea el catalán. «La escuela tiene la obligación de educar al alumno, pero no a su familia, a la que ha de limitarse a informar», cuenta la filóloga Pilar Barriendos. Para informar, la escuela podría emplear la lengua más cómoda para los progenitores, y no la que se ha establecido como vehicular para la enseñanza.


LA RESPUESTA JUDICIAL

Enrique López ha sufrido en primera persona y en la de su hija esta situación. Cuando vivía en Badalona, llevó a los tribunales al centro escolar donde estudiaba su hija porque no le daban clase en lengua castellana. Tras un largo proceso judicial, con recursos ante el TSJC incluidos, le acabaron dando la razón, pero lo suyo fue obtener satisfacción con el cumplimiento de la ley. «Apenas duró dos meses la efectividad de la medida, porque nos tuvimos que trasladar a otro municipio por cuestiones laborales». Para Enrique López, en cualquier caso, la efectividad de la medida era absurda. «Mi hija estaba en clase junto al resto de niños y el profesor de turno impartía la asignatura en catalán, a ratos pasaba al castellano, y cuando se dirigía específicamente a mi hija lo hacía sólo en lengua castellana».

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