La marcha no era más que la respuesta al anuncio de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que ha ordenado investigar la protesta del jueves al apreciar un delito de injurias y ha ordenado a la Generalitat que le entregue toda la información disponible sobre aquellos actos, incluida la identidad de las dos personas que quemaron con alcohol el retrato.

La plataforma Alerta Solidària, con el apoyo de diferentes organizaciones pertenecientes al independentismo radical, hasta ocho, convocó la marcha. El número de asociaciones implicadas podía hacer prever un mayor número de partícipes en la protesta y, probablemente, fue el causante del despliegue policial: más de un centenar de agentes, entre antidisturbios de los Mossos d'Esquadra y policías municipales de apoyo, acordonaron el avance de los manifestantes. Su amplio despliegue,de hasta 25 furgonetas, intentaba impedir nuevas acciones ilegales, además de salvar la imagen de pasividad exhibida durante los incidentes del pasado jueves.

De hecho, los convocantes apenas reunieron en el Pont de Pedra de Gerona algo más que 50 militantes. Con banderas independentistas y telas en las que se podía leer: «Yo también soy antimonárquico» junto a una corona en llamas, avanzaban al grito de «los catalanes no tenemos rey». Después, una vez ya en la plaza del Vino, donde se encuentra la sede consistorial, a los manifestantes se les sumaron dos centenares de personas que esperaban allí para participar en la protesta y que recibieron a los organizadores con aplausos.

Allí fue donde se pudo escuchar el grueso de las proclamas habituales del independentismo radical: los referencias a la secesión de Cataluña, a Terra Lliure y gritos de «fuera la bandera española», que ayer sí ondeaba en el Consistorio de Gerona, junto a la catalana, la municipal y la perteneciente a la Unión Europea. Menos habituales son los cánticos referentes a los monarcas.

Fueron apenas 30 minutos de protesta que concluyeron con la lectura de un manifiesto firmado por la autodenominada Esquerra Independentista, que agrupa a entidades con discurso de izquierdas y, sobre todo, independentista.

En el comunicado, los manifestantes protestaron por la investigación judicial, que consideran que «atenta directamente contra un acto de resistencia civil» como fue el de la quema del retrato de Juan Carlos I y Doña Sofía. Los convocantes consideran que la petición de información sobre los dos radicales que llevaron a la práctica la acción es similar al secuestro de la revista satírica El jueves por una portada en la que aparecían caricaturizados el Príncipe Felipe y Letizia.

Las recriminaciones, no obstante, no sólo recayeron sobre la Audiencia Nacional. El manifiesto advierte que la Conselleria de Interior y su titular, el ecosocialista Joan Saura, serán «corresponsables, otra vez, del procesamiento de catalanes o catalanas por motivos ideológicos en un tribunal especial español». Esta última referencia obedece a la actuación del Gabinete de Saura en el caso de Nuria Pòrtulas, también gerundense, imputada en un caso de asociación a banda terrorista.

La Conselleria envió ayer por la tarde a la Fiscalía de la Audiencia Nacional las diligencias abiertas en las que constan indicios para identificar a uno de los dos encapuchados que quemaron las fotos de los monarcas. El secretario de Seguridad Pública, Joan Delort, explicó que los Mossos d'Esquadra tienen «indicios más que suficientes para identificar a uno de los implicados», aunque se «continúa trabajando» con otros indicios para identificar al otro encapuchado.