Ha sido en plenas vacaciones estivales cuando el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero ha dado una contestación, que no una respuesta, a los interrogantes que la formación catalana le planteó en el Congreso de los Diputados, por medio de su diputado Jordi Jané, portavoz de CiU en la comisión parlamentaria sobre el 11-M. En concreto, este diputado elevó un total de 11 preguntas al Ministerio del Interior el 24 de mayo de 2005. Se interesaba por el episodio en el que fue detenido por agentes de la Guardia Civil de Tráfico el vehículo de Jamal Ahmidan, El Chino, cuando trasladaba, según la versión de la fiscal, parte del explosivo con el que se perpetró la masacre de Madrid. La detención e identificación se produjo apenas 11 días antes de los atentados.

El diputado quería que el Ministerio del Interior le aportara detalles sobre este incidente.

La batería de preguntas fue presentada por CiU en el Congreso en mayo de 2005, cuando al frente del Ministerio del Interior estaba el actual titular de Defensa, José Antonio Alonso. Este permaneció al frente de Interior hasta abril de 2006, fecha en que la cartera pasó a Alfredo Pérez Rubalcaba.

Pero ha sido a finales del pasado mes de agosto, en concreto el día 21, casi dos años y cuatro meses después, cuando el Ejecutivo ha dado respuesta a CiU. Apenas tres renglones le han bastado al Gobierno para dar respuesta al diputado convergente. Casi 28 meses después, responde: «En relación con las diversas cuestiones por las que se interesa su señoría, el Ministerio del Interior se remite a las conclusiones derivadas de la vista oral del juicio celebrado por la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional en el sumario instruido con ocasión de los atentados del 11-M».

Efectivamente, varias de las 11 preguntas se referían directamente a las investigaciones sobre el incidente de El Chino con la Guardia Civil en vísperas del 11-M. Pero en más de la mitad, seis de las 11, CiU se interesaba por las decisiones adoptadas por el Gobierno tras el incidente de los agentes de tráfico con el sospechoso. La formación nacionalista preguntó por las circunstancias en que se produjo la detención del vehículo de El Chino el 29 de febrero, 11 días antes de la masacre. Las peticiones de Jané se desglosaron en varios interrogantes sobre los detalles de la parada de la Guardia Civil al vehículo.

Pero, además, CiU preguntaba también al Gobierno si se había producido descoordinación policial en esta actuación. Además, le indicaba cuáles, a su entender, eran los aspectos «que no funcionaron de manera adecuada en el transcurso de la mencionada detención del vehículo». Jané quería saber cuáles fueron las actuaciones posteriores del Ministerio del Interior tras tener conocimiento de estos hechos. «¿Qué recomendaciones de futuro ha realizado el Gobierno tras la comprobación de todos los posibles fallos que se dieron en la mencionada detención?», preguntaba hace 28 meses el diputado catalán. Asimismo, se interesaba por conocer si el Ejecutivo había dado instrucciones específicas a las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado para evitar situaciones similares.

Sobre estos planteamientos últimos, CiU no ha obtenido aún respuesta porque ni en el sumario ni en el juicio se contemplaron las decisiones adoptadas por el Ejecutivo tras este incidente con El Chino.

Los insultó y los amenazó. Llevaba dos maletas con ropa robada, tres cuchillos de grandes dimensiones, una enorme maza y un gran fajo de billetes de 50 euros. Pensaron que su documentación belga podía ser falsa. Y el vehículo de gran cilindrada que conducía no estaba a su nombre. Pero no lo detuvieron. Los dos guardias civiles que dieron el alto a Jamal Ahmidan, 'El Chino', en Madrid en diciembre de 2003, admitieron en el juicio que sospecharon de él, pero no lo suficiente. Fue el primero de los tres incidentes de tráfico en los que se vio implicado 'El Chino'. Los otros se produjeron ya apenas 11 días antes de los atentados. Sobre ese primer incidente, los dos guardias describieron cómo en la noche del 5 de diciembre de 2003 localizaron un BMW 530 averiado en una estación de servicio en Buitrago de Lozoya. Uno de ellos recordaba haber visto el vehículo esa misma mañana, en sentido contrario: tuvo que cortar la autovía de Burgos para que pasase un cortejo fúnebre y, casualmente, el coche de 'El Chino' había sido el primero al que obligó a parar. Su ocupante les «levantó sospechas», porque se identificó con una placa belga que les «llamó la atención». Cuando le requirieron su documentación, les advirtió: «Os vais a enterar».